Las dudas de Volkswagen llegan hasta México
7 de octubre de 2015 La promesa que realizaron las máximas autoridades de Volkswagen es clara: las inversiones que el grupo automotriz tiene previstas en México para el período 2014-2018 no se verán afectadas con los recortes que se prevén en la compañía tras el escándalo por el fraude de las emisiones de gases en vehículos diésel. Se trata de negocios por cerca de 4 mil millones de dólares, que incluyen una planta de Audi en Puebla y una ampliación de la fábrica de VW en la misma ciudad.
Para hacer frente a la crisis, VW se verá forzada a hacer despidos a nivel mundial. El director general del grupo, Matthias Müller, dijo que se revisarán todas las inversiones y se cancelarán las que la empresa considere innecesarias. “Aparte del enorme daño financiero que aún no es posible cuantificar, este problema (el de los vehículos diésel) es ante todo una crisis de confianza”, apuntó el ejecutivo, quien no tuvo reparos en decir que las medidas que adoptará serán “muy dolorosas”.
Pese a ello, hasta ahora la versión oficial es que la planta que funciona en Puebla se mantendrá incólume a los avatares de su central en Alemania. El líder sindical Antonio Flores confirmó que en México no habrá cambios en la plantilla de trabajadores, la producción y las inversiones. “Hemos mantenido un diálogo constante con los representantes de la empresa”, dijo Flores a Radio Fórmula. No es un dato menor: la planta de Puebla es la segunda mayor de Volkswagen, tras la de Wolfsburgo, y buena parte de la vida de ese estado depende de los dineros que fluyen desde la empresa, que da empleo directo e indirecto a 78 mil personas.
¿Inversiones seguras?
Hasta ahora, la única señal de cambios en el corto plazo fue una modificación de esquema laboral, que supone el término de los turnos los días sábado. Pero Flores insiste: “lo más importante es que no habrá ajustes en la plantilla de trabajadores en lo que resta de año”. ¿Y luego? Al menos las inversiones para la fabricación de la camioneta Tiguan siguen adelante y se espera que en 2017 comience su producción en serie. La incertidumbre es mayor en España, donde hay inversiones prometidas que no han sido confirmadas, y también en Brasil y Argentina, donde VW tiene plantas de producción que podrían verse afectadas.
Pero en tiempos de incertidumbre, las palabras oficiales no siempre van acompañadas de credibilidad. En Puebla ya corren rumores de cambios más drásticos, los que se vieron alimentados por declaraciones del Secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico, José Macari, quien dijo que VW realizaría paros técnicos para evitar despidos. Esto fue rápidamente desmentido por la firma mediante una carta publicada en el diario Reforma, donde la compañía sí reconoce que habrá suspensión de trabajo en la jornada sabatina. Esto “se aplica solo a un segmento de la planta”, añade el comunicado, lo que no afectará la producción diaria de 2.065 automóviles.
Pero la sombra es más grande, y los proveedores locales temen que Volkswagen haga menos pedidos, lo que repercutiría fuertemente en la economía poblana. La empresa alemana, en cambio, se empeña en dar señales de normalidad. El presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, Eduardo Solís, reiteró que el compromiso de VW es invertir en México. “Esto es algo que la empresa confirmó a la Secretaría de Economía”, dijo Solís al diario El Financiero. Pero la importancia de la planta hace difícil que no se vea afectada por los planes de recortes que Matthias Müller tiene en mente.
DW contactó a Volskwagen México para tratar el tema. Mediante un comunicado, la empresa señaló que “haremos todo lo posible para recuperar plenamente la confianza que muchas personas ponen en nosotros y haremos todo lo necesario para evitar daños mayores”.