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Las esperanzas de los ecuatorianos en el extranjero

23 de mayo de 2017

Alianza País ganó en el extranjero, aunque con menos apoyo que en 2013. Pese a la decepción, el ecuatoriano migrante optó por el sucesor de Rafael Correa.

Ekuador Wahlen Lenin Moreno, Präsidentschaftskandidat
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa

Lenín Moreno fue la opción de la mayoría de los ecuatorianos residentes en España, también de Bélgica. No obstante, si en el 2013 Rafael Correa fue votado por el 83 por ciento de los ecuatorianos de esta circunscripción (Europa, Asia y Oceanía), en el 2017 el sucesor del "correísmo” solo recibió el 54 por ciento de los votos.

 

Más información:

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En la comunidad ecuatoriana en España –con sus 400.000 residentes, la segunda más grande después de Estados Unidos– quien ganó, sin embargo, fue el ausentismo. De los cerca de 168.000 llamados a las urnas, el 60 por ciento no acudió.

Salieron por miles

Cabe recordar que entre 1995 y el 2005 la emigración de ecuatorianos fue masiva. Según datos de un estudio de la Universidad Comillas, si en 1995 se contabilizaron 2.589 en España, para el 2005 eran ya 357.065.

"Huyendo de la gran crisis comenzó a salir hacia Estados Unidos y España tanto personal cualificado como no cualificado. Hacia Bélgica menos, pero también debido a que aquí había una economía estable y sobre todo muchas fuentes de trabajo para mujeres”, cuenta a DW Luis Medina, asesor social de la Federación de Ecuatorianos en Bélgica. En esa década, las remesas de los que habían emigrado sostuvieron la inestable economía de un país que había optado por la dolarización.

"Los gobiernos se sucedían y no tomaban en cuenta a la población que vivía aquí, que recibía asesoría o ayudas sólo de las Iglesias o de las organizaciones de la sociedad civil”, cuenta Medina. No obstante, a pesar de la poca asistencia oficial que se prestaba al emigrante, en 2006 se introdujo la posibilidad del voto en el exterior. Y en 2007 subió al poder Rafael Correa.

Apoyo al migrante

Durante su década en el poder, Correa nunca dejó de recordar el gran aporte económico del migrante; sus encuentros multitudinarios con los colectivos ecuatorianos, sobre todo en España, dejaron huella.

El correísmo venció también fuera de Ecuador, pero con mucho menos apoyo que en 2013.Imagen: Reuters/H. Romero

"A partir del 2009 tuvimos un apoyo muy importante por medio de la embajada del Ecuador. Ahí hubo un apoyo y se decidió organizar la FECBE. Tuvimos proyectos muy buenos, para que la gente aprendiera francés, para que los niños durante los períodos vacacionales tengan pasantías, teníamos también proyectos culturales y deportivos, proyectos con el Ecuador directamente”, recuerda Medina.

Por otro lado, en los consulados, sobre todo en España, se puso a disposición de los migrantes asesorías legales cuando las leyes europeas (a partir del 2008) comenzaron a apretar las tuercas "invitando” a los residentes a retornar. Así las cosas, para su reelección en 2013 Rafael Correa contó masivamente con su voto. 

Crisis y decepción

No obstante, "a partir del 2014 todo comenzó a perderse. Hubo una especie de divorcio. La gente se acercaba a los consulados y ya no había subsidios”, sigue Medina. La crisis de los precios del petróleo explica la falta de fondos para la población en el extranjero. "Y la gente perdió la confianza, se sintieron defraudados”, añade.

A esta decepción se suma, dice el especialista, la información que llega al instante desde los familiares que siguen en el país: "La gente vio cómo cambiaron las cosas con respecto al primer mandato”.

Con todo, y aunque la continuación del correísmo fue la opción ganadora del voto en el extranjero, "se han formado plataformas opositoras. Vienen mayormente de Inglaterra e Italia y se componen en parte de los decepcionados y en parte de la gente cuyos familiares no están de acuerdo con leyes nuevas como la del impuesto a las herencias”, sigue Medina.

A punto de que Lenín Moreno comience su mandato (2017-2021), Medina se hace eco de asociaciones de compatriotas de varios países europeos y habla de que a pesar del cansancio, existe la esperanza de que vuelva a haber un esfuerzo por informar al ciudadano en el extranjero, por asesorarlo jurídica y socialmente. Y también, concluye Medina –que lleva un programa en una radio comunitaria– "de que haya mayor cabida para la libertad de expresión”.

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