Hace 30 años caía el Muro de Berlín. Una frontera hecha de hormigón que dividía el mundo fue superada. Michel Friedman aprovecha la ocasión para reflexionar sobre fronteras y limitaciones, libertad e infinito.
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El filósofo Ludwig Wittgenstein escribió: "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". Eso vale, por supuesto, también para mí, que trato de pensar acerca de los límites, aunque mi pensamiento es limitado, mi conciencia es insuficiente, de modo que mi lenguaje, inevitablemente, se topa con sus límites.
Las fronteras son dinámicas y no estáticas, como muchos esperarían. Están en movimiento porque la gente está en movimiento, porque el nuevo conocimiento muestra las limitaciones del viejo conocimiento, y lo convierte en incorrecto o simplemente lo invalida. Las percepciones que emergen del nuevo conocimiento conforman por un instante un signo de exclamación y pueden derribar viejos límites y dibujar otros nuevos. Pero incluso aquellos que han ocasionado ese proceso, son etiquetados rápidamente como poco conocedores del tema.
El anhelo por el "más allá”
Paradójicamente, las fronteras necesitan libertad. El anhelo de cruzar las fronteras, ya sean los límites del pensamiento, los límites emocionales, los límites del tiempo, los límites físicos, los límites nacionales, los límites del universo, el anhelo de experimentar lo que hay "más allá", nos lleva a la luna, a Marte, y a todo el universo, en el mejor de los casos.
Al mismo tiempo, el hombre depende de las fronteras, aunque sólo sean temporales, las cuales proporcionan orientación y apoyo. El cerebro necesita de patrones para poder funcionar. Límite no significa necesariamente limitación. En primer lugar, solo delimita, y solo adquiere su carácter excluyente a través de atributos añadidos. Las fronteras pueden ser destructivas, o creadoras de identidad.
Para el hombre, la conciencia de la limitación temporal de su propia existencia, es decir, la idea del fin, al menos de estar aquí, es una profunda ofensa. Pero el hecho de que la fantasía y la imaginación apenas puedan pensar en mundos diferentes y nuevos, o en la infinidad del universo, o sea, la dimensión espacial, no significa que nuestras fronteras mentales sean insuperables. La inteligencia emocional y cognitiva, así como la empatía social, han hecho posible que el hombre, desde sus orígenes, supere sus propios límites para desarrollar nuevos conceptos y técnicas de supervivencia. Las limitaciones del pensamiento, al parecer, son temporales y están abiertas a nuevas soluciones y pensamientos, incluso si surge la sensación de que a veces esto sucede con demasiada lentitud, y no siempre con un propósito.
Aislamiento vs. permeabilidad
Todas las fronteras, especialmente las físicas (territorios) o las nacionales (Estados), son construcciones. Al mismo tiempo, representan un intento de crear comunidades a partir de grupos de personas, en parte con una identidad nacional, y de defender esa delimitación por todos los medios del poder y de la violencia. A veces, al parecer, esas fronteras son inútiles.
Las construcciones fronterizas siempre tienen un componente económico. La preservación de la propia riqueza y privilegios es uno de los motivos más fuertes para aislarse y solo permitir falsas aperturas cuando son en beneficio propio. Con toda claridad, estamos experimentando este pensamiento, aún dominante, y no solo en la Unión Europea. Es evidente que las fronteras tienen diferentes grados de permeabilidad y que hay que renegociarlas una y otra vez.
La falta de fronteras internas en la UE se ha relativizado en muchos ámbitos. La voluntad de mirar a la gente a los ojos –independientemente de su color de piel, religión, género y origen– en lugar de confrontarlos defensivamente y con prejuicios, experimenta un amplio retroceso en las democracias liberales.
La llave de la prisión interna
Cada "nosotros" necesita un "ustedes"; cada frontera no es solo la defensa del intruso externo, sino también una "prisión" para los que están dentro. La clave de la prisión interna está en uno mismo, pero solo puede ser encontrada cuestionando ese "yo", lo que permite que se produzcan grietas en las verdades hechas de cemento.
Hace 30 años se demostró en Alemania que los muros que una vez fueron construidos podían ser derribados de nuevo. Vale la pena señalar que fueron los ciudadanos de la dictadura alemana de la RDA quienes, a pesar de su justificado temor al sistema, pusieron en marcha la energía necesaria para derribar ese muro, es decir, esa frontera física. Todos los líderes políticos que hoy vuelven a construir muros deben ser conscientes de que es posible reprimir y limitar la libertad humana, pero nunca el deseo de libertad, y de que el anhelo de un poco más de libertad es la esperanza impulsora de nuestra existencia.
Michel Friedman es abogado, publicista y periodista de televisión. Es profesor de Derecho Inmobiliario y Medios de Comunicación en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fráncfort del Meno. También dirige un centro de investigación sobre temas europeos y es uno de los cuatro directores del "Center for Applied European Studies", fundado en 2016. En la Deutsche Welle, modera los programas de charla "Zona de conflicto" y "Auf ein Wort..." con Michel Friedman".
(ee/cp)
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El Muro de Berlín y su caída, según el cine y la televisión
De Billy Wilder a Steven Spielberg: el Muro de Berlín fue tematizado por los grandes directores de Hollywood. Y también en películas alemanas. Aquí les presentamos un recorrido en imágenes.
Imagen: 2014 Twentieth Century Fox
Sorprendidos por el Muro: "Uno, dos, tres"
Cuando Billy Wilder, de origen europeo, filmaba en Berlín "Uno, dos, tres" para Hollywood, en junio de 1961, el Muro de Berlín aún no estaba construido. Se comenzó a edificar durante el rodaje. Wilder y su equipo integraron este suceso más tarde en el guión de la comedia, que se convirtió en un documento histórico del arte cinematográfico y llevó al éxito a su director.
Imagen: Imago-Images/Prod.DB
La Cortina de Hierro: "El espía que vino del frío"
Una vez construido el Muro de Berlín, el tema de la Guerra Fría fue un lugar común del cine occidental. La famosa novela de espionaje de John Le Carré, "El espía que vino del frío", de 1963, fue llevada al cine de Hollywood por Martin Ritt. De producción británica, con Richard Burton como protagonista principal (foto), se rodó en Inglaterra, Holanda y en el Checkpoint Charlie, en Berlín.
Imagen: picture-alliance
Escenarios belineses: "Funeral en Berlín"
Un año después se filmó "Funeral en Berlín", del director británco Guy Hamilton, con Michael Caine en el rol principal y varios actores alemanes. Se rodó en el sector occidental de Berlín, también en el Checkpoint Charlie. Las escenas en el puente Glienicke se filmaron, en realidad, en el puente Swinemünde, en Alemania Occidental.
Imagen: picture-alliance/KPA
James Bond en Berlín: "Octopussy"
Pasaron algunos años hasta que James Bond se hizo presente en el Checkpoint Charlie y en otros escenarios berlineses importantes. El famoso espía británico, protagonizado por Roger Moore, también tuvo su película sobre el Muro de Berlín: "James Bond 007 - Octopussy" llegó a los cines en 1983. Roger Moore no sabía en ese momento que el Muro iba a permanecer allí solo seis años más.
A nadie sorprende que Berlín fuera escenario de muchas películas luego de la caída del Muro. El británico John Schlesinger filmó allí el drama "El inocente", en 1993, basado en una novela de Ian McEwan. Los protagonistas: Isabella Rossellini y Campbell Scott. El guión nos lleva a 1950 y a 1989. Sin embargo, la cinta no tuvo el éxito esperado.
Imagen: picture-alliance/dpa/United Archives/IFTN
Comedia sobre el Muro: "La avenida del sol" ("Sonnenallee")
Luego de la reunificación alemana, el cine alemán también trató de modo risueño la vida en la Alemania del Muro de Berlín. En 1999, el director teatral Leander Haußmann llevó al celuloide "La avenida del sol", con guión de Thomas Brussig, que relata la vida de unos jóvenes en el sector oriental de Berlín, en 1973. En la foto, el actor Detlev Buck.
Imagen: picture alliance/dpa
La división alemana: "Helden wie wir" (Héroes como nosotros)
Menos conocida, pero muy entretenida y de un humor más fino, es la comedia "Helden wie wir" (Héroes como nosotros), que llegó en 1999 a la pantalla grande. Thomas Brussig coescribió el guión, basado en una novela suya. El film, dirigido por Sebastian Peterson, muestra aspectos de la división de Alemania de forma tierna y graciosa. La película se estrenó en el 10 aniversario de la caída del Muro.
Imagen: picture-alliance/dpa/Senator
Motivo en series de televisión: "Der Tunnel" (El túnel)
En los años siguientes a la caída del Muro de Berlín se produjeron numerosas películas de cine y televisión que trataban el tema de la huida de los alemanes orientales hacia Alemania Occidental. Uno de los más espectaculares es "El túnel", de Suso Richter (2001), que también se proyectó en televisión en dos partes. En 1962 huyeron a través de un túnel unas 29 personas.
Imagen: Imago Images/Prod.DB
Éxito espectacular: "Good Bye Lenin!"
En 2003, una película dramática y a la vez tierna y risueña hizo de la caída del Muro de Berlín un éxito alemán y mundial: "Good Bye Lenin!". El director Wolfgang Becker cuenta cómo un joven (protagonizado por el actor Daniel Brühl) intenta ocultar a su madre, que despierta de un coma, que el Muro ha caído, con todas las consecuencias que eso implica.
Imagen: imago/EntertainmentPictures
Más de lo mismo:"Querido Muro" ("Liebe Mauer")
Los directores que rodaron luego de la caída del Muro se encontraron con el problema de que este, obviamente, ya no existía. Por eso, algunas escenas fueron rodadas en los lugares donde aún había restos del Muro, o en interiores, con escenografía. Peter Timm, nacido en 1950 en el sector oriental de Berlín, realizó varias películas sobre el tema, como "Meier", "Go Trabi Go" y "Liebe Mauer" (foto).
Estrés durante la caída del Muro: "Bornholmer Straße"
Christian Schwochow escribió varios guiones junto con su madre acerca de la historia de las dos Alemanias. El último fue "Deutschstunde" (La hora alemana). Pero, sin duda, el film más logrado y humorístico sobre la caída del Muro fue "Bornholmer Straße", de 2014, con Charly Hübner (foto) en el papel principal.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Wolf
Steven Spielberg en Berlín: "Bridge of Spies" (El puente de los espías)
Hollywood volvió nuevamente hace cuatro años a la época de la Guerra Fría con "El puente de los espías", dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks. El escenario, por supuesto, fue la ciudad de Berlín, y también se filmó en los estudios Babelberg. Aquí, una foto del rodaje. La cinta trata sobre un caso auténtico y legendario de intercambio de espías.