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Merkel, en horas bajas

25 de agosto de 2011

La revista “Forbes” ha designado a la canciller alemana como la mujer más poderosa del mundo. Pero, en su propio país, Angela Merkel atraviesa una seria crisis; la matriz de opinión dominante no la favorece para nada.

German Chancellor Angela Merkel speaks during a media conference after an EU summit in Brussels on Friday, June 24, 2011. The European Union said it would help Greece access billions of euros in EU development funds in an attempt to boost the country's struggling economy and sweeten unpopular austerity measures ahead of a tight parliamentary vote. (Foto:Geert Vanden Wijngaert/AP/dapd)
EU-Gipfel in BrüsselImagen: dapd

La revista estadounidense Forbes, dedicada al ámbito de los negocios y las finanzas, acaba de designar a la canciller alemana, Angela Merkel, como la mujer más poderosa del mundo. Merkel, de 57 años ocupa el primer lugar del ranking de las cien mujeres más influyentes que Forbes realiza anualmente, basándose en criterios que van desde la capacidad de una u otra candidata para construir comunidades en torno a la organización que lidera hasta la prominencia de las causas que defiende, pasando por el éxito comercial de sus marcas personales y el peso del país bajo su mando. La lista fue publicada este 24 de agosto.

 
Un cargo no apto para personas de pulso débil
 
Rousseff y Merkel, las dos jefas de Gobierno “más poderosas del mundo”.Imagen: APImages/dapd
De las ocho jefas de Gobierno incluidas en la clasificación –en donde abundan empresarias, ejecutivas, multimillonarias y personalidades del espectáculo–, sólo una, aparte de Merkel, figura en el top ten: la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. La mandataria de 64 años nacida en Belo Horizonte y su homóloga germana no sólo fueron reconocidas por ser las primeras mujeres en llevar las riendas de sus respectivos países, sino sobre todo porque sus bastiones son potencias económicas que juegan papeles protagónicos en la escena política internacional. Y cargos como los suyos no son aptos para personas –hombre o mujer– de pulso débil.
 
Que lo diga Merkel, quien no atraviesa precisamente uno de los momentos más fáciles de su gestión. Sus decisiones de cara a las crisis fiscales que sacuden a la Unión Europea y su actuación en el marco de la difícil situación global la han convertido en blanco de críticas dentro y fuera de Alemania, dentro y fuera de su propio Gobierno. Hasta el ex canciller Helmut Kohl, su mentor en el seno de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la aludió con duras palabras en una entrevista concedida a la revista Internationale Politik que inspiró titulares de primera plana este miércoles (24.8.2011). Kohl la acusó indirectamente de haber perdido “la brújula política”.
 
Angela Merkel, en la mira de todos
 
Helmut Kohl, excanciller de Alemania.Imagen: AP
Entre otras cosas, el ex jefe del Gobierno alemán sostuvo que la administración Merkel estaba logrando que Alemania quedara aislada en el contexto global y marcando pautas erróneas en lo que a la crisis de la deuda griega y la política nuclear interna se trataba. “Hace ya años que Alemania no exhibe la grandeza esperada, ni hacia el interior, ni hacia el exterior”, lamentó el octogenario. “Debemos tener cuidado de no jugárnoslo todo y volver a dejar claro dónde estamos y a dónde queremos ir, que tenemos valores y principios que no son a corto plazo”, siguió Kohl, atribuyéndole a Merkel falta de liderazgo.
 
El político conservador también le reprochó el empeoramiento de las relaciones germano-estadounidenses, la abstención de Berlín en la votación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, con la que se autorizó la intervención de la OTAN en el conflicto interno libio, y la renuencia de Alemania a participar en esa misión militar.
 
“Cada tiempo tiene sus desafíos específicos. Y el Gobierno de cristianodemócratas y liberales trabaja para superar los de nuestro momento con sus socios en Europa y en el mundo”, se limitó a decir Merkel al diario alemán Süddeutsche Zeitung.
 
Críticas desde sus propias filas
 
Christian Wulff, presidente federal de Alemania, ante los Premios Nobel.Imagen: AP
Merkel rechazó los señalamientos de Kohl, pero se abstuvo de atizar la polémica. Y es que, en este momento, la matriz de opinión dominante no parece favorecerla en Alemania, diga lo que diga. Cuando el presidente federal alemán, Christian Wulff, asistió a un evento que reunió a varios ganadores del Premio Nobel de Economía en la localidad de Lindau este 24 de agosto, aprovechó la ocasión para objetar la política del Banco Central Europeo (BCE) por la compra masiva de deuda soberana de países comunitarios en graves dificultades. La crítica iba dirigida también a la canciller y debe de haber dolido porque, como Kohl, también Wulff pertenece a las filas de la CDU.
 
Este jueves (25.8.2011), la timonel del Gobierno alemán canceló un viaje a Rusia, pautado para el 7 de septiembre, porque coincide con la discusión en el Bundestag de la ley alemana para la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF); una reforma contra la cual se han posicionado las empresas medianas del país. Ese mismo día se celebrará el debate general en relación con el presupuesto de Alemania para 2012 y, en el Tribunal Constitucional Federal de Karlsruhe, se decidirá si los auxilios financieros europeos atentan contra el derecho presupuestario alemán. Y ausentarse de esas sesiones no es un lujo que la mujer más poderosa del mundo pueda darse.
 
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editor: Pablo Kummetz
 

 

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