Las leyes de Núremberg: 90 años de una ideología letal
12 de septiembre de 2025
¿Quién es alemán? ¿Cómo se llega a serlo? Los alemanes llevan siglos debatiendo sobre esta cuestión, que la Constitución resuelve de forma sobria y concisa: cualquier persona con pasaporte alemán es alemán. Su ciudadanía no puede ser revocada y discriminar a los ciudadanos por su religión, origen o idioma viola los valores fundamentales de la Constitución.
Esta es una de las lecciones del régimen de terror nazi que, entre 1933 a 1945, privó de sus derechos, aterrorizó y asesinó sistemáticamente principalmente a la población judía alemana, pero también a gitanos, homosexuales, personas socialmente desfavorecidas y opositores políticos. Su identidad alemana les fue negada de forma arbitraria.
Racismo no superado
Resulta preocupante que, 80 años después del fin del régimen nazi, el pilar fundamental de la igualdad de todos los alemanes cada vez está más cuestionado.
"Tu genética determina si eres alemán o no, no un papel" declaró en X en 2023 Stefan Möller, que preside el partido Alternativa para Alemania (AfD) en el estado federado de Turingia. Sus palabras ponen en tela de juicio la igualdad de los alemanes y, por cientos de declaraciones como estas, numerosos tribunales alemanes han confirmado repetidas veces la inconstitucionalidad de parte de AfD.
En parte debido a este tipo de afirmaciones, el historiador Rolf-Ulrich Kunze, del Instituto Tecnológico de Karlsruhe, considera al partido AfD como parte de una continuidad histórica: "Desde mi perspectiva, la plataforma de AfD conecta a la perfección con la ideología nazi", explica Kunze a DW. "En aquella época, la distinción entre ciudadanos del Reich y ciudadanos estaba regulada en la llamada Ley de Ciudadanía del Reich de las Leyes de Núremberg, lo cual tiene una semejanza directa con la idea de AfD de distinguir entre 'alemanes de verdad' y 'alemanes de pasaporte'".
Cuando Adolf Hitler logró que el Parlamento aprobara sus llamadas "leyes raciales" en Núremberg, el 15 de septiembre de 1935, la persecución de la población judía ya era una práctica común. Las tropas paramilitares de Hitler aterrorizaban a la gente en las calles y ya se habían abierto los primeros campos de concentración, pero las leyes que privaron de derechos a la población judía constituyeron un paso significativo en el camino hacia la política de exterminio en Alemania.
Leyes de Núremberg: legalización de la injusticia
"Supuso lo que hoy llamamos la legalización de la injusticia", explica Kunze. Las leyes tenían dos elementos clave: primero, prohibían a la población judía casarse con los llamados 'arios' e incluso penalizaban las relaciones sexuales. Además, los judíos dejaron de gozar de los mismos derechos. Aunque seguían siendo ciudadanos alemanes, dejaban de ser ciudadanos del Reich, perdieron sus derechos políticos y fueron declarados ciudadanos de segunda clase.
"Se trata de una teoría sobre la superioridad de la llamada raza blanca sobre todas las demás, su autoempoderamiento para gobernar el mundo", explica Rolf-Ulrich Kunze. "Este tipo de discriminación racial es consecuencia directa de la forma de discriminación más antigua que conocemos en la historia cultural europea: el antisemitismo".
En la realidad social, las leyes condujeron a un absurdo proceso de análisis sobre quién debía ser considerado judío. Los abogados de la burocracia nazi distinguieron entre "de sangre alemana", "mestizos de primer grado", "mestizos de segundo grado" y "judíos de cuarto grado". En última instancia, estas categorías determinaban la vida y la muerte.
La política de exterminio terminó en 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundialen Europa, la victoria sobre la Alemania nazi y la adopción en Alemania de una nueva constitución liberal, pero el racismo basado en el origen étnico parece haber permanecido sin resolver hasta el día de hoy. "Algunas personas en Alemania son más iguales que otras", critica Karen Taylor, presidenta de la Conferencia Federal de Organizaciones de Migrantes. "En pocas palabras: la promesa de igualdad en la Constitución se aplica principalmente a las personas de 'sangre alemana'. Los migrantes, en particular, experimentan que no están protegidos en la misma medida", dice Taylor a DW. Las demandas de la derecha radical de revocar la ciudadanía alemana a los migrantes refuerzan esta impresión.
Migración: hablar de aspectos positivos
¿Qué se necesita para superar el racismo étnico en la sociedad? "Hablamos muy poco de los aspectos positivos de la migración", afirma Karen Taylor. "En Berlín, nos enorgullece que la ciudad ofrezca viajes culinarios por todo el mundo y nuestra diversidad cultural. Pero la migración es más que comida y programas culturales: se trata de personas, sus historias y sus tradiciones, que enriquecen a Alemania a largo plazo".
Karen Taylor hace un llamamiento: para superar los prejuicios racistas y antisemitas contra sectores de la sociedad alemana, cada individuo debe hacer su parte: "Es un error esperar al Estado. Todos y cada uno de nosotros, en la escuela, en los clubes y en la vida cotidiana, podemos asumir nuestra responsabilidad".
(ms/dzc)