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"Las metas para el desarrollo deben partir de la base social"

Enrique López Magallón25 de marzo de 2014

En entrevista con DW, la ministra de Planeación del Desarrollo de Bolivia habla sobre la agenda global que sustituirá los Objetivos del Milenio. El tema fue discutido durante un simposio celebrado en Berlín.

Viviana Caro Hinojosa, ministra boliviana de Planeación del Desarrollo.
Viviana Caro Hinojosa, ministra boliviana de Planeación del Desarrollo.Imagen: Getty Images/Afp/Jorge Bernal

Deutsche Welle: Usted tiene a su cargo la planeación estratégica del gobierno boliviano hacia el futuro. ¿Cómo ve usted a Bolivia dentro de 20 años? ¿Cuál es la visión de país que tiene el ministerio a su cargo?

Viviana Caro Hinojosa: Esta visión se ha plasmado en nuestra agenda patriótica, la Agenda 2025. Es una serie de compromisos a largo plazo. Nuestra visión es la de un país mucho más equilibrado, con un desarrollo importante de su aparato productivo, y en el cual se habrán cerrado las brechas más importantes en servicios sociales, en infraestructura. Adicionalmente, queremos lograr que nuestra propuesta de modelo económico se incremente, que nuestro desarrollo en la industrialización de recursos naturales sea una realidad y que, en consecuencia, nuestra matriz productiva tenga un desarrollo importante. Esto contempla una participación más equilibrada de toda la población.

Hablando de dicha participación, ¿cuál es el papel de la población indígena en esta visión estratégica?

Lo que buscamos en primer lugar es subsanar todo el incumplimiento que teníamos en la atención a esa población. Además, queremos que la población indígena, preservando su identidad y su cultura, se incorpore activamente a nuestro modelo político, social y económico. Son parte ya de la construcción del Estado plurinacional, han sido actores importantísimos de este proceso, pero queremos una participación completa en los procesos que estamos realizando.

¿Cuáles son los principales ejes concretos en esta planeación a futuro?

Nos hemos planteado como meta la erradicación de la pobreza extrema; lograr niveles por debajo de lo que es la tasa de crecimiento natural de la población. Eso implica un esfuerzo importante a través del modelo económico. Otro eje es el crecimiento sostenible de la economía. Además, queremos reducir la desigualdad. La reducción de la pobreza es muy importante, pero acabar con la desigualdad es una meta que no debe dejarse de lado porque va a coadyuvar a una reducción efectiva de la pobreza. El desarrollo institucional es otro de los ejes estratégicos. Tenemos un modelo autonómico que tiene que continuar desarrollándose y debe consolidarse, porque tiene objetivos distintos en cada región del país, aunque siempre en el marco de una visión nacional.

Nuestra planificación reconoce las distintas realidades regionales, pero éstas tienen que enmarcarse en los lineamientos de largo plazo. Además, tenemos una serie de proyectos muy importantes en infraestructura como nuestro tren bioceánico o la industrialización de recursos naturales; por ejemplo, la instalación de plantas para la explotación de hidrocarburos. Queremos llegar a la etapa de manufactura en cuanto a la minería y la explotación del litio. Finalmente, queremos desarrollar una serie de polos nuevos en actividades que tradicionalmente han sido de economía local o doméstica, en otras actividades que están mostrando potencial y que merecen contar con esa oportunidad de apoyo estatal.

¿Qué papel juega la cooperación internacional? ¿Qué expectativas tiene Bolivia en cuanto a la cooperación internacional a fin de cumplir estos objetivos?

En esa materia, Bolivia ha dado un cambio sustancial en los últimos diez años. Hace una década, el 70 por ciento de nuestra inversión pública se financiaba con recursos externos. En muchos casos, eso limitó la formación de un modelo propio de desarrollo, por la misma naturaleza de cómo se daban los flujos de financiamiento internacional. Ahora este porcentaje se ha invertido: el 30 por ciento de nuestra inversión pública, que además se ha quintuplicado, es financiado con recursos externos, sobre todo a través de endeudamiento y no con mecanismos de cooperación. El 70 por ciento lo financiamos hoy con recursos propios. Esto le ha permitido al país mucha mayor soberanía, capacidad de decisión, definición de programas y proyectos de largo plazo, así como identificación de lineamientos estratégicos en los principales sectores. Al mismo tiempo, se han ido abriendo otras líneas de cooperación en tecnología y asistencia técnica. La cooperación Sur-Sur es un elemento creciente, en el cual hemos dejado de ser solamente receptores de ayuda para ser también proveedores de asistencia técnica en temas como el desarrollo rural y local, en los cuales hemos desarrollado modelos y enfoques que están teniendo éxito. A nivel internacional va a haber una nueva agenda, la Agenda Post -2015. En ella, Bolivia, además de las metas sociales, plantea que se incorporen temas como el cambio climático y el desarrollo sostenible. En cuanto al cambio climático, los países desarrollados tienen una deuda pendiente que deben cumplir en relación con los países en desarrollo. Debe haber metas cuantificables y una comunidad internacional mucho más rigurosa, que haga un seguimiento continuo de estos indicadores.

El ministerio alemán de Cooperación al Desarrollo y la ONU realizaron hace unos días un simposio en Berlín, a fin de analizar la posible composición de la Agenda Post-2015. ¿Hubo avances, desde su punto de vista, en cuanto a la definición de estas y otras metas globales de desarrollo?

Rescato dos elementos de la discusión. Uno, avanzamos en modelos orientados hacia lo que la población busca. El modelo boliviano, por ejemplo, comenzó en las voces de nuestras organizaciones sociales. Se reconoció la importancia de que las metas para el desarrollo posteriores a 2015 sean apropiadas y provengan de la misma base social, lo cual es un elemento sustancial para su legitimidad. El segundo elemento es el de la responsabilidad: la rendición de cuentas, que para nosotros está anclada en la Constitución. El tema, a nivel nacional e internacional, estuvo presente en la discusión. No solo se plantearon definiciones o principios, sino medidas mucho mas concretas que realmente van a llevar a un mejor ejercicio de la rendición de cuentas. Sin embargo, aún queda mucho por definir en el ámbito internacional: cómo se van a llevar adelante los mecanismos de rendición de cuentas. En este aspecto creemos que se va a producir una discusión más amplia que no solo involucra a los gobiernos, sino también a la sociedad civil.

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