El 25 de noviembre de 1960, tres hermanas ―Patria, Minerva y María Teresa Mirabal― fueron halladas muertas al fondo de un barranco en La Cumbre, un tramo montañoso de la República Dominicana.

El jeep en el que viajaban había caído 150 metros y quedó reducido a un amasijo de hierros. Parecía un accidente, salvo por un detalle: los cuerpos de las hermanas, y el de su chofer, mostraban signos evidentes de golpes y estrangulación.

En aquel entonces, el país estaba bajo el régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, un dictador que durante más de tres décadas gobernó con censura, vigilancia y represión. Silenciar a opositores era una práctica habitual, ejecutada con total impunidad.

Las Mirabal estaban entre quienes se atrevieron a enfrentarlo. Nacidas en una familia acomodada, desarrollaron una temprana conciencia política ante los abusos de la dictadura, muchos de ellos sufridos en carne propia.

Minerva, la primera mujer en obtener un título de abogada en el país, había rechazado las insinuaciones sexuales de Trujillo. Desde entonces, fue hostigada, se le negó la licencia para ejercer y vivió bajo constante vigilancia.

La historiadora Nancy P. Robinson escribió en 2006: "El odio de Trujillo hacia las hermanas no era solo político, sino personal: estaba furioso porque Minerva rechazó sus pretensiones, viéndolo como una ofensa al machismo que sostenía su liderazgo autoritario".

El surgimiento de "Las Mariposas"

Junto con sus hermanas y sus esposos, Minerva impulsó el Movimiento 14 de Junio, una red clandestina que distribuía panfletos, organizaba células de resistencia y denunciaba los crímenes del régimen.

El nombre en clave de las hermanas era "Las Mariposas". Minerva y María Teresa fueron detenidas y liberadas varias veces por su participación en actividades opositoras.

El día en que las asesinaron, regresaban de visitar a sus maridos presos. Su auto fue interceptado por la policía secreta de Trujillo. Las golpearon y estrangularon, y luego colocaron sus cuerpos en el jeep, que fue arrojado por un precipicio para simular un accidente.

Aunque Trujillo se presentaba como defensor de los derechos de las mujeres ―otorgó el voto femenino en 1942 y envió a una de las primeras delegadas mujeres a la ONU― en la práctica, las funcionarias en su Gobierno no tenían poder real. Su dictadura reforzaba ideales de domesticidad, sumisión e incapacidad femenina. Tras el asesinato de "Las Mariposas", la fachada de su supuesto progresismo quedó completamente desmontada.

Seis meses después, Trujillo fue asesinado. La muerte de las Mirabal se convirtió en un punto de quiebre para el régimen.

De tragedia local a símbolo global

Minerva solía decir, con inquietante clarividencia: "Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte".

En 1981, un grupo de feministas latinoamericanas reunidas en Bogotá propuso declarar el 25 de noviembre como día para honrar a las víctimas de violencia de género. Así nació el actual Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Diez años más tarde, el primer Instituto de Liderazgo Global de las Mujeres lanzó una campaña de 16 días que destacaba la necesidad de eliminar la violencia de género, que ahora se realiza anualmente del 25 de noviembre al 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

Estos esfuerzos sentaron las bases para futuras campañas, incluida la iniciativa "Pintemos el mundo de naranja", de ONU Mujeres, lanzada en 2014.

Un patrón global de opresión

El feminicidio de las hermanas Mirabal no fue un hecho aislado. Forma parte de una larga y global cadena de violencias contra las mujeres, y de resistencias.

En 2006, la activista estadounidense Tarana Burke acuñó la frase "Me Too" para apoyar a sobrevivientes de violencia sexual, especialmente mujeres jóvenes racializadas.

Más de una década después, el hashtag #MeToo se expandió por el mundo tras las denuncias contra el productor Harvey Weinstein. Millones compartieron sus experiencias, exigiendo justicia.

En 2022, Jina Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, murió bajo custodia policial tras ser detenida por supuestamente violar la ley del hiyab. Su muerte desencadenó las protestas más grandes en la historia de la República Islámica.

Violencia digital y desinformación de género

Hoy, la violencia también ocurre en el espacio digital. La violencia de género facilitada por tecnología (TFGBV, por su sigla en inglés) se usa cada vez más para hostigar, silenciar y dañar a mujeres. Noticias falsas creadas con inteligencia artificial, ciberacoso y amenazas en línea se traducen en miedo real y riesgos concretos.

Una lucha vigente 65 años después

En Brasil, la reportera Patricia Campos Mello fue blanco de acoso en línea tras investigar la campaña de Jair Bolsonaro. Recibió insultos sexuales, amenazas de violación y videos difamatorios que la acusaban de prostitución.

Más recientemente, en septiembre de 2025, el femicidio de dos mujeres jóvenes y una adolescente en Argentina fue transmitido en vivo por un grupo privado en redes sociales con alrededor de 45 espectadores. El ataque fue supuestamente una "advertencia" de una banda narco.

El caso generó conmoción mundial y dejó claro que, pese a avances, la violencia de género persiste y se transforma.

Sesenta y cinco años después del asesinato de las hermanas Mirabal, el 25 de noviembre sigue siendo un llamado global a reconocer esa realidad, y a enfrentarla.

(md/rml)