Las ONG hacen mucho ruido en Doha
3 de diciembre de 2012 Martin Kaiser se ve algo cansado al salir del centro de conferencias de Doha. Todavía falta mucho para que acabe la jornada laboral para el director de Política Internacional del Clima de Greenpeace-Alemania. Aún debe reunirse con otros activistas, intercambiar información sobre el estado de las negociaciones y escribir un reporte para su blog. Para los miembros de las ONG como él, los días en esta primera semana de la Cumbre Climática se hacen largos; casi eternos.
Apoyo a los delegados
“Tenemos que hacer mucho más para detener el calentamiento global”, dice Martin Kaiser. “El paso de tortuga con que se opera en estos edificios es un verdadero desafío”. Él y sus colegas quieren inyectar ritmo a las delegaciones para alcanzar un acuerdo eficaz de protección del clima, y en ese esfuerzo han encontrado eco en varios países. “Hay más de un centenar de estados que quieren una protección del medio ambiente mucho más ambiciosa”, dice Kaiser. “Por supuesto, agradecen si tienen el apoyo de las ONG”.
Incluso antes de las conferencias para el clima, las ONG trataban ya de crear vínculos con los delegados. “Este es un trabajo serio, con fundamentos científicos, que requiere muchos años de trabajo”, afirma Christoph Bals, director político de la ONG “Germanwatch”. Eso encanta a muchos políticos, como por ejemplo Mira Mehrishi, representante de la delegación india, que mira a bien el trabajo de las ONG. “Ellos influyen positivamente en nuestro trabajo”, dice. “No importa lo que hagamos, ellos observan lo que hacemos de forma crítica. Y cuando nos equivocamos, nos lo hacen saber”.
Jóvenes desplazados
Varias delegaciones van por su cuenta a conversar con las ONG. “Tenemos la sensación de que ejercemos algún grado de influencia, y de que somos tomados en serio”, cree Christoph Bals. También Ali Fakhry, de indyAct, está convencido de que las ONG pueden influir en el resultado de la conferencia, porque pueden asesorar a las delegaciones, pero también presionarlas. Algo así ocurre cuando los países no quieren comprometerse con algún acuerdo. IndyAct busca llamar la atención sobre ellos a través de “Flashmobs, volantes, presentaciones; en fin, nosotros usamos todos los canales”, dice Fakhry. En los países árabes, indyAct tiene mucho éxito con ese tipo de estrategia.
Nandi Merdes, de Namibia, es menos optimista. Ella pertenece a los jóvenes embajadores de la ONG YOUTHinkgreen. Durante la conferencia, esta joven de 16 años discutió con un grupo de todo el mundo cómo llevar adelante una visión responsable del clima. Que los jóvenes apenas son escuchados en esta conferencia le parece a ella decepcionante. “En general, tenemos pocas oportunidades de expresarnos”, se queja. Apenas tres días pueden estar presentes en la conferencia. Y eso que será su generación la que tendrá que lidiar con las consecuencias del cambio climático, dice Nandi.
Cuando Nandi vuelva a Namibia, el maratón de reuniones de Doha habrá terminado. Y, a pesar del cansancio, los representantes de las ONG siguen intentando lograr un cambio en las negociaciones por el Cambio Climático.
Autor: Anne Allmeling / DZ
Editora: Cristina Papaleo