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Latinoamérica, ilusionada con Francisco

Astrid Prange de Oliveira/ JAG13 de marzo de 2014

Un año después de la elección del primer Papa latinoamericano, en la comunidad católica del continente hay sensación de cambio, orgullosa de la influencia del Papa en el Vaticano.

Papst Franziskus Angelus Gebet 12.1.2014
Imagen: Reuters

Oraciones casi a cada hora y más de 5.000 creyentes concentrados para el Miércoles de Ceniza en la segunda misa para comenzar la Cuaresma: ese es el panorama que ofrece la catedral de la ciudad brasileña de Maringá. El arzobispo, Dom Anuar Battisti, y otros tres sacerdotes dan la Comunión. “Hemos celebrado cuatro misas y todas estaban llenas”, explica Battisti. "Se trata del “efecto Francisco”, continúa el brasileño, “desde que el nuevo Papa está en el Vaticano vienen católicos que se fueron a las comunidades evangélicas”. Latinoamérica está ilusionada con Francisco, las iglesias están llenas y los piadosos y la Teología de la Liberación experimentan un nuevo resurgir. “El Papa Francisco dio una nueva cara latinoamericana a la Iglesia romana”, dice Battisti: “La institución perdía atractivo y ahora vuelve a estar llena de vida y dinamismo”.

Bienaventurado el cambio

Leonardo Boff, defensor de la Teología de la LiberaciónImagen: Leonardo Boff

También Leonardo Boff aplaude el cambio espiritual en el continente: “Antes la sensación era de oscuridad y seriedad, la Iglesia se entendía como una pesadilla. Ahora vuelve a dominar la luz y la felicidad”, aclara este teólogo de la liberación de origen germano brasileño, obligado por el Vaticano en 1992 a retirarse de la enseñanza. Sacerdotes y obispos son mucho más abiertos y tolerantes desde que Francisco subió a la silla de Pedro.

Esta euforia era necesaria en Latinoamérica. La región adolece de falta de sacerdotes. Además, entre 2000 y 2010 millones de personas volvieron la espalda a la Iglesia Católica integrándose en comunidades evangélicas. Ahora, ayudado por su posición en el Vaticano y el debate sobre las reformas en la Iglesia Católica, Francisco detuvo esta tendencia. Además, Roma cuenta con un “latino” comprometido con la región con temas como la beatificación de José Anchieta, fundador de Sao Paulo y misionero en Brasil en 1553. O de Oscar Romero, arzobispo de San Salvador asesinado por escuadrones de ultraderecha en 1980.

Pero no sólo el número de latinos aumenta en el Vaticano, sino también el de los partidarios de la Teología de la Liberación. Un hecho que ilusiona a algunos grupos de trabajo católicos. “Leí la carta apostólica Evangelii Gaudium. Vuelven las ilusiones de la Teología de la Liberación”; dice Pirmin Spiegel, director de la institución católica Misereor de Aquisgrán.

Política de personal calculada

Oscar Cardenal Rodríguez de Maradiaga.Imagen: dpa

Otro gran representante de Latinoamérica en la Iglesia de Roma es el hondureño Oscar Cardenal Rodríguez de Maradiaga. Poco después del nombramiento, Francisco lo eligió como coordinador de la comisión de cardinales que asesorará al Vaticano sobre la Iglesia en el mundo y las reformas. Y como secretario privado, Francisco trajo a Fabian Pedaccio Leaniz, su hombre de confianza de Buenos Aires.

También la organización de los sínodos para familia en Roma está en manos latinoamericanas con Raymundo Cardenal Damasceno Assis, presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña. Pese a parecer “inofensivo”, el tema de la familia conlleva un debate muy explosivo: la moral sexual de la Iglesia. Según una encuesta impulsada por Francisco, católicos de todo el mundo creen que es necesaria una actuación inmediata, porque muchos creyentes consideran perjudiciales las teorías del Vaticano y no las siguen.

Temas pendientes

Estos problemas no se limitan únicamente a Latinoamérica. Debido a que el sacramento del matrimonio es indisoluble para la doctrina católica, los casados en segundas nupcias quedan excluidos del resto de sacramentos en todo el mundo. En entrevista con DW en Bonn, el Cardenal Maradiaga aclaraba que es un tema crucial para Francisco: “Estoy seguro que habrá avances en el sínodo”, decía. La iglesia no puede mantener las mismas soluciones que en los últimos siglos. “En aquel entonces no se conocían muchos los problemas de la actualidad. La situación de la familia cambió completamente y tenemos que seguir el evangelio adaptándonos a los tiempos””.

Para el obispo Battisti, el Sínodo de la Familia será el comienzo de un gran paquete de reformas que solucionará la falta de vocaciones y reforzará el papel de la mujer y los laicos dentro de la Iglesia. “Esperamos que Francisco implante estas reformas en la practica”, dice el brasileño, ”queremos respuestas concretas a la familia y eso es más importante que los problemas económicos del Vaticano”.

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