Latinoamérica sopesa una cuarentena para Venezuela
14 de diciembre de 2018
En enero de 2019, Perú les propondrá a los otros trece miembros del Grupo de Lima la ruptura de relaciones con Venezuela. Esa será la primera vez que se debata una medida de ese tenor contra el Gobierno de Maduro.
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Aunque las políticas exteriores de la Unión Europea y Estados Unidos no siempre armonizan, Bruselas y Washington coinciden en desconocer las últimas elecciones celebradas en Venezuela, desde la organizada para designar a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente (30.7.2017) hasta los comicios municipales del pasado 9 de diciembre, pasando por la votación que derivó en la reelección de Nicolás Maduro como jefe del Ejecutivo (20.5.2018). El hombre fuerte de Caracas asegura que se juramentará como presidente el 10 de enero de 2019 y que llevará las riendas del país “por lo menos hasta 2025”; pero a ambos lados del Atlántico Norte se sopesan mociones para propiciar la restauración del Estado de derecho en la nación caribeña.
No obstante, la noción predominante en esta materia es que sólo la comunidad latinoamericana puede tomar medidas concretas que den pie a la reinstauración del orden democrático en Venezuela sin que su Gobierno tache su injerencia de “imperialista”. Si bien Maduro ya describe a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía como marionetas de la Casa Blanca, estos miembros del Grupo de Lima –creado en 2017 para lidiar con la cuestión venezolana– tienen sus propias razones para preocuparse por los asuntos internos de la atribulada nación: la polifacética crisis que la azota ha desencadenado una migración masiva que no puede ser enfrentada sino como un desafío regional.
En enero de 2019, cuando el Grupo de Lima vuelva a reunirse, Perú les propondrá a sus vecinos la ruptura de relaciones con Caracas; así lo anunció el canciller de ese país, Néstor Popolizio. Esa será la primera vez que una iniciativa de ese tenor se someta a debate entre tantos Estados latinoamericanos; hasta ahora sólo se ha reaccionado a las secuelas del éxodo venezolano y no a sus causas. Pero, ¿hasta qué punto puede ese portazo diplomático persuadir a Maduro de negociar limpiamente con sus opositores, de garantizar elecciones transparentes o de aceptar un cambio de régimen, cuando es él mismo quien quema sus puentes con las democracias del mundo para estrechar lazos con autocracias como la china, la rusa y, más recientemente, la turca?
Acto simbólico
A juicio de Javier Corrales, profesor de Ciencia Política en el Amherst College de Massachusetts, actos simbólicos como el planteado por el Ejecutivo peruano no deben ser subestimados. “Puede que el rechazo explícito del subcontinente al régimen de Maduro no incida directamente sobre la dura cotidianidad de los venezolanos, pero ese gesto no pasaría inadvertido por los Gobiernos que apoyan la Revolución Bolivariana”, sostiene Corrales. Ana Soliz, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), comparte su opinión: “Si todos los miembros del Grupo de Lima atienden al llamado de Perú, Maduro quedará oficialmente aislado de la región. Y ese ostracismo no lo compensaría el respaldo de Pekín, Moscú y Ankara”, señala.
“Maduro necesita a los países de su vecindario; ser sometido a una cuarentena es algo que su Gobierno no puede soportar por mucho tiempo”, subraya la investigadora de Hamburgo, quien este viernes (14.12.2018) diserta sobre el caso venezolano en el seminario anual “Democracia y derechos humanos” del Instituto Max Planck para Derecho Público Extranjero y Derecho Internacional, con sede en Heidelberg. Bajo la presión del aislamiento, Maduro podría verse forzado a dialogar con sus opositores sin las trampas a las que ha recurrido en el pasado y a repetir las elecciones desconocidas por las democracias occidentales, agrega Soliz. “Esas son las únicas opciones democráticas y pacíficas que le quedan”, esgrime la especialista del GIGA.
Multilateralismo en acción
El Ejecutivo peruano también propondrá que los integrantes del Grupo de Lima reconozcan al Parlamento venezolano, de mayoría opositora, como su único interlocutor válido en el ámbito financiero, y le prohíban a la cúpula del chavismo entrar a sus territorios. “Una coalición ad hoc como esa no puede hacer mucho más. A la hora de la verdad, sólo potencias como la Unión Europea y Estados Unidos tienen los recursos para conseguir que autócratas como Maduro den sus brazos a torcer”, arguye Corrales, concediendo que el cerco del Grupo de Lima en torno a Venezuela podría verse reforzado si se consolida el incipiente foro continental de partidos conservadores promovido por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Este miércoles (12.12.2018), senadores estadounidenses exhortaron al presidente Donald Trump a que desconociera al Ejecutivo de Maduro y declarara al Parlamento venezolano como la única institución democrática legítima de ese país. Un día antes, legisladores venezolanos acordaron pedirles a las naciones firmantes del Estatuto de Roma que solicitaran ante la Corte Penal Internacional la investigación de los crímenes de lesa humanidad atribuidos al régimen chavista. El 10 de diciembre, los ministros de Exteriores comunitarios dijeron querer conformar un grupo que facilite el diálogo entre Gobierno y oposición en Venezuela “lo antes posible”; de levantar las sanciones europeas sobre la jerarquía chavista, ni una palabra.
Antichavismo atomizado
Según el politólogo Fernando Mires, Estados Unidos, los socios de la Unión Europea y los países afiliados al Grupo de Lima tienen motivos para medir sus esfuerzos. A sus ojos, el hecho de que los partidos venezolanos que adversan a Maduro se rehúsen a hablar con una sola voz explica por qué la mayoría de las acciones emprendidas por la comunidad internacional de cara a Venezuela carecen de contundencia. “La Mesa de la Unidad Democrática, la más exitosa alianza de formaciones antichavistas, se desmoronó en 2017 por su incapacidad para mantener su estrategia electoralista conjunta. Lo que quedó en su lugar fue un vacío que desalienta a los actores extranjeros más bienintencionados. El antichavismo no tiene portavoz”, lamenta.
“¿Por qué Perú no le plantea al Grupo de Lima retirar a los encargados comerciales de Venezuela, si sabe que esa decisión traería consecuencias más profundas? Porque, sin una oposición venezolana unificada, eso no vale la pena. Sin un antichavismo cohesionado, en Venezuela no puede cambiar nada. Ni siquiera es seguro que todos los Estados del Grupo de Lima acuerden retirar a sus embajadores de Venezuela; creo que Ecuador, Uruguay y varios países centroamericanos van a asumir una posición neutral. Lo único que podría llevarlos a romper vínculos con Caracas unánimemente es el exhibicionismo militar de Maduro con armamento ruso. Eso sí que le puede salir caro a la Revolución Bolivariana”, opina Mires, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg.
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Venezuela, de elección en elección
Después de los comicios en los que la oposición le arrebató la mayoría de los escaños en el Parlamento venezolano, el partido de Nicolás Maduro ha usado su hegemonía institucional para evitar nuevos reveses en las urnas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Comicios controvertidos
La reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela fue reconocida por Bolivia, China, Cuba, Ecuador, Irán, Rusia, el oficialismo sirio y Turquía. Los países que no ven en Maduro a un mandatario legítimo son Argentina, Australia, Brasil, Canadá,Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos. Tampoco la Unión Europea reconoce su reelección. (21.5.2018)
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Maduro aspira a la reelección
Tres hombres que alguna vez tuvieron nexos con el oficialismo dicen querer impedir que Maduro gane las presidenciales del 20 de mayo: Reinaldo Quijada atribuye la crisis nacional a un “desgobierno absoluto” y el líder pentecostal Javier Bertucci describe a sus seguidores como “chavistas inconformes”, pero es el exmilitar Henri Falcón quien luce como el principal rival de Maduro. (18.5.2018)
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Cubillos
Purga castrense
Analistas advierten el desarrollo de una purga extraordinaria en la institución castrense venezolana: Maduro expulsó de las Fuerzas Armadas a once jóvenes soldados y degradó a trece oficiales de alto rango por presunta traición a la patria y sospechas de espionaje. Días más tarde, el 2 de marzo, nueve uniformados fueron llevados ante un tribunal militar por instigación a la rebelión. (28.2.2018)
Imagen: picture-alliance/Photoshot/B. Vergara
Volátil calendario
El CNE anunció que las elecciones presidenciales, originalmente pautadas para diciembre de 2018, se realizarían el 22 de abril, a pesar de que la Unión Europea y dieciséis países americanos advirtieron de antemano que no reconocerían los resultados de esos comicios tal como estaban siendo programados. El 1 de marzo siguiente, los comicios fueron pospuestos hasta el 20 de mayo. (7.2.2018)
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Elecciones presidenciales
Los miembros de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (foto) aprobaron la solicitud hecha por el Ejecutivo de adelantar las elecciones presidenciales (pautadas originalmente para diciembre de 2018) y decretó que los votantes debían ir a las urnas antes de mayo. El Gobierno pateó así la mesa donde negociaba con la oposición. El último diálogo había tenido lugar en 2016. (23.1.2018)
Imagen: Reuters/Miraflores Palace
“La masacre de El Junquito”
Así fue bautizado extraoficialmente el desenlace del operativo con que las fuerzas de seguridad venezolanas pretendían capturar a Óscar Pérez (foto), quien se esmeró en presentarse como el enemigo número uno del régimen chavista. Pérez, exinspector de la Policía científica del país, y otros seis rebeldes empeñados en derrocar a Maduro murieron bajo una lluvia de balas y cohetes. (15.1.2018)
Imagen: Getty Images/AFP/I. Zugasti
Elecciones municipales
Estados y organismos multilaterales se niegan a reconocer la legitimidad de los gobernadores elegidos el 15 de octubre de 2017 en circunstancias opacas y juramentados poco después (foto) en ceremonias inconstitucionales. Indiferente a la protesta internacional, el Gobierno venezolano convoca a comicios municipales. Buena parte de la oposición los boicotea. (10.12.2017)
Imagen: picture-alliance/Zumapress/E]Avn
Elecciones regionales
Tiene lugar la elección de gobernadores que, por ley, debía haberse realizado un año antes; alineado con el Ejecutivo, el Consejo Nacional Electoral la había suspendido sin mayores explicaciones el 18 de octubre de 2016. La desconfianza en el CNE hace que la mayor alianza opositora se divida entre quienes participan en comicios, a pesar de las dudas, y quienes los boicotean. (15.10.2017)
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS.com/J. C. Hernandez
Asamblea Nacional Constituyente
Nicolás Maduro fue ratificado unánimemente como presidente del país por los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente que él mismo pidió elegir el 30 de julio de 2017 en condiciones tachadas de inconstitucionales (por reporteros de la agencia de noticias Reuters) y fraudulentas (por Smartmatic, la empresa a cargo de procesar los votos electrónicamente en Venezuela). (10.8.2017)
El Parlamento hizo una consulta popular (foto) en la que, según sus registros, participaron 7,3 millones de personas. El 98,4 por ciento de ellas se pronunció contra el llamado de Maduro a elegir una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) sin voto universal ni directo. Eso no impidió que la elección de la ANC se llevara a cabo el 30 de julio de 2017. (16.7.2017)
Imagen: Picture Alliance/AP Photo/A. Cubillos
“Golpe judicial”
Las calles son tomadas por la segunda gran ola de protestas contra el Gobierno de Maduro. La oposición convocó a manifestaciones días después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojara de sus facultades legislativas a los miembros del Parlamento, de mayoría opositora. Estas protestas terminarán en julio de 2017 con más de cien muertos y centenares de presos políticos. (1.4.2017)
Imagen: picture-alliance/AP/F. Llano
Diálogo truncado
Oficialismo y oposición se acusan mutuamente de sabotear la búsqueda de una tregua para solucionar la crisis de gobernabilidad y de incumplir los acuerdos alcanzados. Chavistas y antichavistas también esgrimen reproches contra los auspiciantes del diálogo –el Vaticano y UNASUR– que empezó el 30 de octubre. Las negociaciones no fueron retomadas en enero de 2017 como se había anunciado. (7.12.2016)
Imagen: Reuters/Miraflores Palace
Plebiscito accidentado
La oposición protestó ante la máxima autoridad electoral alegando que sus requisitos para la realización de un referendo revocatorio buscaban imposibilitar el proceso. Más tarde, el 20 de octubre, el CNE suspendería por completo la organización del plebiscito –que debía celebrarse antes del 10 de enero de 2017– en respuesta a acusaciones de fraude hechas por voceros del oficialismo. (21.9.2016)
Imagen: Reuters/C. G. Rawlins
Guerra entre poderes
El Tribunal Supremo de Justicia (foto) declaró inválidas todas las sesiones y decisiones del Parlamento posteriores al 28 de julio. Fue en esa fecha cuando la corte de mayor rango declaró que la Asamblea Nacional estaba en desacato por reincorporar a diputados opositores cuyos nombramientos habían sido impugnados por el oficialismo en enero de 2016. (5.9.2016)
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Una meta, cuatro rutas
La mayor alianza de partidos opositores (MUD) presentó varias estrategias constitucionales para acortar el mandato de Maduro: exigir su renuncia, enmendar la Carta Magna para reducir la duración de los Gobiernos de seis a cuatro años y llamar a la elección de una Asamblea Constituyente con miras a refundar la república. Finalmente, la MUD optaría por organizar un referendo revocatorio. (8.3.2016)
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guiterrez
Impugnados diputados opositores
Tras refutar los resultados electorales en varias circunscripciones, el PSUV logró que el Tribunal Supremo de Justicia –dominado por fichas del oficialismo– suspendiera la proclamación de tres diputados antichavistas y limitara las prerrogativas de la oposición al reducir su incipiente hegemonía en el Parlamento, de una mayoría calificada de dos tercios a una de tres quintos. (06.01.2016)
Imagen: Reuters/M. Bello
Cambios de última hora
El Poder Judicial, que es de facto el brazo ejecutor y normativo del Gobierno de Maduro, fue renovado por los diputados oficialistas salientes cuando el período parlamentario 2011-2016 ya había culminado y los empleados del Tribunal Supremo de Justicia (foto) ya se hallaban de vacaciones. Todos los jueces nuevos, leales al PSUV, han favorecido al Ejecutivo con sus decisiones. (26.12.2015)
Imagen: Getty Images/AFP/A. Alvarez
Preludio de la crisis de gobernabilidad
El hombre fuerte de Caracas, Nicolás Maduro, prometió aceptar los resultados de las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015; pero tan pronto se constató que la oposición había obtenido la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, el partido de Gobierno (PSUV), que controlaba todos los poderes públicos, tomó medidas para restringir las prerrogativas del Parlamento. (9.12.2015)