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Laureles para Copenhague

8 de diciembre de 2002

La Cumbre Europea de Copenhague del 12 y 13 de diciembre marcará el final de la presidencia danesa del Consejo Europeo. A pesar de la desconfianza de muchos, Dinamarca eliminó las vallas para la ampliación de la UE.

Anders Fogh Rasmussen concluye seis meses exitosos ante la UE.Imagen: AP

El mandatario danés, Anders Fogh Rasmussen, enfrentó muchas dudas cuando España le entregó en julio la estafeta de la presidencia semestral del Consejo Europeo. Contaba con apenas siete meses de experiencia ante su propio Gobierno. A nivel interno su base es frágil. Encabeza un Ejecutivo de minorías que depende de un partido populista de derecha, el Partido Popular de Pia Kjaersgaard, que encabezó con éxito la campaña danesa en contra del euro. Asimismo, Dinamarca sigue su propio rumbo en ámbitos como la política de asilo y de seguridad y defensa.

Superando obstáculos

Las dudas de los observadores parecían justificadas ante la necesidad de ultimar los detalles para la ampliación de la Unión Europea (UE) hacia Europa del este. Especialmente preocupaban los futuros arreglos sobre las subvenciones agrarias. No obstante, lo que parecían ser signos negativos para la presidencia europea danesa, no parece haber afectado el resultado preliminar.

El escepticismo se disipó rápidamente. Rasmussen presionó en el tema agrario a los dos contrincantes principales en la materia, Alemania y Francia. Pocos contaban con que ya en el marco de la Cumbre Europea de octubre, en Bruselas, se lograra un acuerdo sobre esta importante, y no menos controvertida, partida de gastos de la Unión para sus países miembros. Rasmussen logró destrabar el debate agrario y ahora los nuevos miembros sólo podrán beneficiarse gradualmente del apoyo de Bruselas.

Hábil jugada

Bajo el mandato danés, la UE resolvió asimismo la disputa de visados para ciudadanos rusos que viajan entre Rusia y el enclave de Kaliningrado. Fue el tema que dominó la cumbre UE-Rusia de principios de noviembre. Este encuentro bilateral se presentaba complicado, ya que Dinamarca había permitido la celebración de un Congreso Checheno en su país, pocas semanas después del drama de rehenes en Moscú. Ante la protesta masiva del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, el congreso fue trasladado a Bruselas. Esta jugada de ajedrez fue inevitable para no amenazar el resultado de Kaliningrado.

Hasta el momento, se anuncia una Cumbre de Copenhague que concluirá con un final feliz: Los diez nuevos aspirantes para ingresar a la UE recibirán su aprobación por los 15 miembros actuales. Pero resta un tema delicado. Rasmussen deberá encontrar una vía intermedia para Turquía. Por un lado, Ankara insiste en recibir una fecha para iniciar su ingreso a la UE. Por el otro, se trata de tranquilizar a aquellos miembros de la Unión, que dudan de la vocación y capacidad europeísta de Turquía. Por ahora, la presidencia danesa se lleva los laureles, pero es muy pronto para anunciar un cierre con bombos y platillos.

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