Le Pen reconoce la victoria de Biden y critica a Trump
7 de enero de 2021
La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, que hasta ahora se resistía a reconocer la victoria de Joe Biden en las elecciones en EE.UU., acabó por admitirla hoy, criticando a Donald Trump.
Le Pen justificó su tardanza en el reconocimiento de la victoria de Biden con el mismo argumento que ya había utilizado en los dos últimos meses: existe "el derecho de contestar una elección ante los tribunales". Amparaba así esencialmente la posición que había mantenido Trump, que denunciaba fraudes.
Pero añadió que "a partir del momento en que se ha hecho la certificación de los votos, no hay ninguna dificultad para que yo o cualquiera admita que Biden es presidente de Estados Unidos".
La líder de la extrema derecha francesa rechazó la violencia de los manifestantes pro-Trump que asaltaron la sede del Congreso en Washington.
"En una democracia -señaló-, hay que defender el derecho de cuestionar, el derecho de manifestar, pero pacíficamente". (EFE).
Las caras femeninas de la ultraderecha europea
La cantidad de mujeres que da su respaldo a los partidos radicales de derecha está aumentando en Europa. Acá les mostramos a algunas de las más influyentes.
Imagen: AP
Francia: Marine Le Pen
Marine Le Pen ha liderado el populista Reagrupamiento Nacional (RN), antes conocido como Frente Nacional, desde 2011. Le Pen ha tratado de suavizar la imagen de su movimiento, llegando incluso a expulsar a su propio padre, el fundador del partido, después de que éste dijera que las cámaras de gas de los nazis eran un mero "detalle" de la historia de la Segunda Guerra Mundial.
Imagen: Reuters/E. Gailard
Alemania: Frauke Petry
Las posturas antinmigrantes de Frauke Petry ayudaron a que Alternativa para Alemania (AfD) entrara al Parlamento en 2017. En septiembre de ese año, Petry renunció a la presidencia del partido debido a que las declaraciones "extremistas" de sus camaradas hacían imposible una "oposición constructiva". Ahora Petry es miembro independiente tanto del Parlamento federal como del regional en Sajonia.
Imagen: picture-alliance/Eventpress
Alemania: Alice Weidel
Alice Weidel es copresidenta de AfD desde octubre de 2017. Un e-mail de 2013 reveló que Weidel describía a Alemania como un lugar "invadido por personas culturalmente extrañas, como árabes y gitanos". El mail también describía al gobierno como "cerdos" que eran "marionetas de los aliados de la Segunda Guerra". AfD se opone a los matrimonios homosexuales, pero ella está emparejada con una mujer.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. von Jutrczenka
Polonia: Beata Szydlo
Beata Szydlo es la vice primera ministra de Polonia y vicepresidenta del Partido Ley y Justicia (PiS), que tiene la mayoría en el Parlamento. PiS está en contra de las cuotas de inmigrantes adoptadas por la UE. En 2017, la entonces premier Szydlo estuvo en la polémica por usar un escenario que recordaba al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau para destacar sus políticas antinmigratorias.
Imagen: Getty Images
Noruega: Siv Jensen
Siv Jensen lidera el Partido del Progreso, que forma parte de la coalición de gobierno de centroderecha en Noruega. Jensen promueve las libertades y derechos individuales, y ha mencionado a la expremier británica Margaret Thatcher entre sus héroes políticos. También es abierta partidaria de que la embajada noruega en Israel se mueva de Tel Aviv a Jerusalén.
Imagen: picture-alliance/dpa
Italia: Giorgia Meloni
Cofundadora y líder del conservador partido Hermanos de Italia, Giorgia Meloni tiene un largo historial de relaciones con movimientos de extrema derecha. Con 15 años se unió al Frente Juvenil del neofascista Movimiento Social. Desde mayo de 2008 hasta noviembre de 2011 fue ministra de la Juventud de Silvio Berlusconi. Actualmente, su partido forma parte de la coalición de gobierno italiana.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dinamarca: Pia Kjaersgaard
Pia Kjaersgaard es cofundadora del Partido Popular, que lideró entre 1995 y 2012. Es famosa por su duro discurso contra el multiculturalismo y la inmigración. Sus principales intereses son frenar la inmigración y mejorar la situación de los ancianos. En 2003 perdió una demanda por difamación en el Tribunal Supremo contra la activista Karen Sunds, quien había dicho que Kjaersgaard era una racista.