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Lenin Moreno, un presidente de sorpresas

2 de noviembre de 2017

Lenín Moreno ganó las elecciones presidenciales en Ecuador en abril de 2017, después de haber sido el segundo de Rafael Correa por siete años. Sin embargo, el político se ha distanciado de Correa. 

Ekuador Wahlen Lenin Moreno, Präsidentschaftskandidat
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa

La imagen física de Lenin  Moreno  está marcada por una amplia sonrisa y la silla de ruedas en la que se desplaza. Su imagen política, determinada por haber sido entre 2007 y 2013 el vicepresidente de los dos primeros períodos de la "Revolución Ciudadana”. 

Tras diez años de impulsivo "correísmo”, la manera dialogante de este político, que nació hace 63 años en una provincia de la región amazónica de Ecuador, sigue presente en su discurso como presidente, aunque sus detractores le critican que haya traicionado la revolución ciudadana de Correa al impulsar un diálogo con la oposición. 

"Tiene detrás suyo el peso de la Revolución Ciudadana,  que le da capital, pero que le va a dar dolores de cabeza pues va a tener que explicar por qué este proceso de diez años deja así al país”, explica a DW Felipe Burbano de Lara, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Lucha por los discapacitados

En el historial de Moreno resalta el cargo de delegado especial de Naciones Unidas en Ginebra para promover los derechos de las personas con discapacidades con particular énfasis en accesibilidad para todos.

De su período como mandatario merece especial atención su labor a favor de que casi 300.000 personas discapacitadas empezaran a recibir atención especial y que unas 14.000 con discapacidad grave recibieran subsidio estatal.  

Curiosamente, aunque en 2002, la ONU ya había concedido a Ecuador un Premio Roosevelt por su labor a favor de las personas con discapacidad,  la percepción extendida es que hasta antes de "Revolución Ciudadana” los minusválidos, formalmente,  no existían.

Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa

Como fuere, los logros de la labor de Lenin Moreno llevaron a organizaciones sociales a postularlo al Nobel de la Paz (2012).  Por ello, entre otras distinciones, también se ha hecho acreedor a un doctorado Honoris Causa por la Universidad San Martín de Porres de Colombia. 

 ¿Tendrá poder la sonrisa?

Este licenciado en administración pública fue empresario en el sector turístico hasta que sufrió el violento asalto a mano armada que lo dejó parapléjico. De su dolorosa convalecencia surgió un motivador profesional que, como consta en sus publicaciones, cree en el poder de la sonrisa.  

¿Bastará esto para sacar al país de la severa crisis que atraviesa?  "Es una figura enigmática, que no tiene un talante político ni visión de Estado”, responde Burbano. "Es un hombre bonachón, amable, cordial, con sentido del humor, pero al que no le conozco una reflexión interesante sobre la situación del país”, añade. 

Una presidencia 

Pero Moreno ha mostrado ser más agresivo de lo que se esperaba. Desde el principio de su mandato, se planteó dialogar con la oposición y luchar contra la corrupción, este último uno de los principales males que aqueja a Ecuador.

Y esta propuesta de gobierno le ha traído una mediática disputa con su mentor, el expresidente Rafael Correa, quien se radicó en Bélgica después de entregar la banda presidencial.

Los roces con Correa fueron originados por una serie de medidas que tomó Moreno, como darle en comodato por 100 años un par de inmuebles a la mayor organización indígena del país, en contra de una decisión anterior de Correa de qitárselo. O firmar un convenio con la ONU para luchar contra la corrupción, algo que a Correa le disgustó. La pelea entre los dos líderes, caracterizada por una confrontación indirecta, fue notoriamente pública dado que Correa decidió criticar a Moreno a través de Twitter, una muestra de los nuevos tiempos en los que incluso la política no se escapa del poder de los medios digitales.

Imagen: DW/dpa/D. Tapia

Quizás el momento más álgido en el conflicto Moreno-Correa sucedió cuando Moreno advirtiera que Correa no le había dejado el país perfecto que según él había dejado. La frase ahora célebre "la mesa no está servida" le sirvió a Moreno para destacar que el país atravesaba una dura situación económica, en especial por la deuda de más de 40 mil millones de dólares que le persigue. "Podía haber sido más mesurado al dejar cuentas en mejores condiciones", dijo Moreno, “no hay tal mesa servida", agregó en clara alusión al comentario de Correa de enero de 2017 con el que aseguraba que le dejaría todo preparado a Moreno en la transición.

Consulta popular en contra de la reelección indefinida

Con todo, la mayor apuesta de Moreno para distanciarse de Correa, y aun más, darle un duro golpe político, es una consulta popular de siete preguntas que entre otras cosas pretende interrogar al pueblo ecuatoriano si está de acuerdo con dejar sin efecto la reelección indefinida en cargos públicos que la Asamblea Nacional aprobó vía enmienda constitucional en diciembre de 2015.

La consulta ya fue presentada por Moreno el 2 de octubre de 2017. Queda por ver si avanza y sobre todo si Correa dejara Bélgica para participar en la reestructuración del partido que llevó a Moreno al poder, Alianza País, cuya dirigencia destituyó a Moreno de su presidencia e invitó a Correa a ayudarlos en una nueva fase.

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