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Letonia: las mujeres al poder

Pablo Kummetz26 de abril de 2004

La Unión Europea debe prepararse para vérselas con dos fuertes mujeres que marcan el rumbo de la política en Letonia.

Vista panorámica de Riga, capital de Letonia.Imagen: AP
Bandera de Letonia.

En las fotos de las reuniones de la UE, Vaira Vike-Freiberga, la Presidenta de Letonia, aparece siempre como una mancha de color entre los trajes grises y azules de los otros jefes de Estado. Vike-Freiberga es una de las pocas mujeres que determina la política europea "desde arriba". "Yo no creo que en cuestiones de Estado, el sexo haga una diferencia ", dice , "pero, naturalmente, la ropa puede ser útil como pequeño detalle en negociaciones políticas".

En su país, la Presidenta, que suele ponerse trajes color pastel, es llamada brevemente y con respeto, por sus iniciales "VFF". La prensa internacional gusta de escribir sobre la "dama de hierro letona". VFF fue confirmada sin problemas para un segundo periodo en la jefatura del Estado, al que conducirá ahora hasta 2007, con su acostumbrada calma y eficiencia.

Poca continuidad

En Letonia , la continuidad es rara: actualmente el jefe de Gobierno es el Primer Ministro Indulis Emsis, al frente de nada menos que el decimoprimer gabinete desde la independencia del país de la URSS, en 1991.

Quizás justamente por ello, casi el 52% de los ciudadanos de la ex república soviética desean, de acuerdo con sondeos de opinión, "un líder fuerte con amplios poderes". Gran parte de la población cree que la difícil situación económica y política es en última instancia fácil de resolver si se tiene un Presidente fuerte.

"La gente no puede entender de un día para el otro cómo funciona un sistema con varios partidos políticos, porque no está acostumbrada", dice Vike-Freiberga. En el Saeima (Parlamento) el sistema político adolece también de que la minoría rusa ha sido hasta ahora dejada categóricamente fuera de toda coalición. Pero ésta representa directamente a casi el 20% de los votantes e indirectamente también a los 600.000 "no ciudadanos", en su mayor parte también rusos.

"No ciudadanos"

Los "no ciudadanos" son personas que no poseen la ciudadanía letona, lo que una y otra vez genera tensiones políticas. "Aquí se piensa en blanco y negro", dice Juris Rozenvalds, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Riga. Y agrega: "estamos lejos de una democracia representativa. El 90% de los funcionarios son letones, en la élite política y en la economía hay prácticamente sólo letones".

Vike-Freiberga representa otra cultura política. La era soviética la vivió en Canadá, adonde había emigrado. Uno de sus primeros "escandalosos" actos oficiales fue hace cinco años promover, a pesar de airadas protestas, la integración de la minoría rusa a través de amplias reformas legales.

El 29% de los casi 2,4 millones de habitantes del país son "de origen ruso", como reza en las estadísticas. De ellos, unos 500.000 no están nacionalizados. La sociedad de la ex república se halla dividida por una profunda grieta entre letones y rusos.

Una economía vigorosa

No así la economía letona, cuyo PIB aumentó en 2003 un 7,2%, continuando el vigoroso crecimiento de los últimos años. El motor de ese gran crecimiento fue sobre todo el aumento de la demanda interna. Ingresos reales en ascenso, bajos intereses, una inflación reducida y la concesión de créditos relativamente liberal posibilitan un redoblado consumo de la población. El fuerte crecimiento de la industria y la construcción abre además nuevas posibilidades de exportación. También se cuenta con que el ingreso a la UE, el 1 de mayo, proporcione nuevos impulsos a la economía del país.

Enclavado entre Lituania, Estonia y Rusia, el pequeño Estado del Báltico fue en épocas pasadas un crisol de culturas. Wagner compuso en Riga partes de "El holandés errante", el arquitecto ruso judío Mijaíl Eisenstein creó magníficos edificios en estilo modernista. Hoy, Letonia brilla deportivamente con sus selecciones de fútbol y hockey sobre hielo y musicalmente está de moda la banda de rock Brainstorm.

Vike-Freiberga, que es profesora jubilada, debe ocuparse actualmente de la extendida corrupción y déficit legislativos, ambos puntos a menudo criticados por la UE. En su ayuda viene ahora otra mujer. Letonia nominó como Comisaria de la UE a la intelectual Sandra Kalniete, ex Ministra de Relaciones Exteriores. La Unión Europea debe prepararse para tener que vérselas ahora con dos fuertes mujeres.