En entrevista con DW, el nefrólogo español Eduardo Martín Escobar, secretario del Consejo Iberoamericano de Trasplantes, explica el malestar en Argentina tras la aprobación de la "Ley Justina" de donación de órganos.
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Deutsche Welle: ¿Aumentarán las donaciones en Argentina con la aplicación de la "Ley Justina"?
Eduardo Martín Escobar:Cambiar la ley no soluciona el problema de la donación en ningún país. Si la ley no va acompañada de otras medidas, no es la solución para que aumenten las donaciones. La "Ley Justina” apareja también medidas de carácter organizativo y en eso tendrá que trabajarse en aquel país. Aquí en España no ha sido la ley la que ha permitido el éxito en la donación de órganos, sino nuestra organización, la implicación de los profesionales sanitarios y el estar tratando siempre de mejorar.
¿Y respecto al donante? ¿Qué cambia la ley?
Al parecer, la nueva ley define mejor las circunstancias para ser donante. Se crea un registro para decir que no se quiere ser donante. También se contempla la donación de menores y la donación en parada cardiocirculatoria. En Uruguay también se puede donar tras parada cardiocirculatoria. En general, los países del Cono Sur son los que están más avanzados y están más estructurados organizativamente.
Ha causado malestar social y en la propia Sociedad Argentina de Trasplantes el hecho de que la "Ley Justina" prescinda del consentimiento de la familia para realizar la donación.
Entiendo que la Sociedad Argentina de Trasplantes haya protestado, porque eso solo crea desconfianza en la población. Y tampoco va a mejorar las cifras de donaciones. Los ciudadanos sienten que se les fiscaliza hasta los cadáveres, como si todo el mundo tuviera la obligación de donar. Es la sensación de sentirse obligado a ser donante, como si uno tuviera que pagar impuestos también con su propio cadáver. Pero creo que es una cuestión más de sentimientos que de realidades, porque, por lo que he leído en prensa, tampoco se va a obviar del todo la voluntad de la familia.
Otro argumento es que quienes tienen menos recursos y no saben que pueden negarse en vida a donar, sean utilizados a su muerte sin consultar con sus familias.
Yo pienso que eso no va a suceder en la práctica. La ley está para proteger al ciudadano y garantizar la equidad y la no discriminación.
En países como Perú, con una tasa bajísima de donaciones, hay gente que consigna en vida su voluntad de ser donante, pero sucede que, cuando fallece, la familia se opone a la donación.
En muchos países de Latinoamérica hay desconfianza de la población hacia el Estado y a la organización sanitaria. Los sistemas sanitarios están fragmentados y hay descoordinación entre ellos. La gente no se cree que los ricos no vayan a beneficiarse en detrimento de los pobres. De hecho, donde donde hay más donaciones es en los hospitales públicos, pero los trasplantes se hacen en los hospitales privados. Eso crea desconfianza.
¿Cómo es el caso de Uruguay, líder de la región en donaciones?
Uruguay tiene un sistema sanitario similar al español, un sistema nacional de salud que cambió hace relativamente poco. Eso influye en el número de donaciones. Cuando cambió la ley, en principio descendió el número. Pero Uruguay es un país pequeño, con una buena organización, y eso ha hecho que se convierta en líder de la región.
Autora: María Santacecilia (ERS)
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El primer trasplante de corazón del mundo
El 3 de diciembre de 1967, el mundo supo que un médico había trasplantado en un hombre el corazón de una mujer muerta en Ciudad del Cabo. Una hazaña comparada entonces con la llegada del hombre a la luna.
Imagen: Imago
Una sensación médica
El cirujano sudafricano Christiaan Barnard realizó el primer trasplante de corazón del mundo, pasando así a la historia de la ciencia. El paciente fue Louis Washkansky, de 54 años. Durante una cirugía en el Hospital Groote Schuur en Ciudad del Cabo, recibió el corazón de una joven mujer muerta en un accidente. 18 días después del procedimiento, el receptor murió de neumonía.
Imagen: picture-alliance/dpa
Un equipo bien entrenado
El trasplante duró cinco horas. Hubo 31 médicos involucrados, incluido el hermano de Christiaan Barnard. La donante fue Denise Ann Darvall, de 25 años, a quien le fue diagnosticada muerte cerebral. El consentimiento para la extracción de su corazón lo dio su padre.
Imagen: Imago/United Archives International
Una verdadera serie de trasplantes de corazón
El 2 de enero de 1968, Barnard realizó un trasplante de corazón, por segunda vez. Philip Blaiberg vivió 18 meses con el corazón ajeno. Le siguieron alrededor de 100 operaciones en todo el mundo. Pero a menudo, los pacientes murieron por el rechazo inmunológico generado por el nuevo corazón, que causaba infecciones mortales.
Imagen: Imago/Gallo Images
Gracias a los perros...
Los críticos de Barnard afirmaban que la técnica quirúrgica se la había copiado de colegas en Estados Unidos, en donde asistió cientos de intervenciones en perros. El hecho de que el entonces médico de 45 años de edad realizara una intervención de este tipo en un ser humano fue motivo de duras críticas, sobre todo de sus colegas estadounidenses.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/C. Argus
Famoso de la noche a la mañana...
El cirujano más famoso del mundo nació el 8 de noviembre de 1922 en Beaufort West, Sudáfrica, y era hijo de un misionero protestante. Primero fue médico asistente, luego médico general e internista en un hospital para enfermedades infecciosas, hasta convertirse en cirujano. Con el primer trasplante de corazón se hizo conocido en todo el mundo.
Imagen: Imago/United Archives International
Entre Mandela, el papa y la condesa de Mónaco
Barnard apareció en televisión, participó en mesas redondas, fue bienvenido en recepciones y festivales, junto con las figuras importantes de la época, como la condesa Gracia Patricia de Mónaco, por ejemplo. Tampoco faltó una visita al papa Pablo VI. Los poderosos del mundo se adornaban con su presencia.
Imagen: Imago/Gallo Images
Muerte en la piscina y algunos consejos...
Christiaan Barnard, pionero del trasplante de corazón, murió el 2 de septiembre de 2001 a la edad de 78 años en Chipre. Al principio se pensó que había sido por un ataque cardíaco, pero en realidad habría sido un ataque de asma. Después de todo, el cirujano cardíaco de fama mundial había seguido las reglas: hacer ejercicio, diariamente, una o dos copas de vino tinto, aceite de oliva y sexo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una sensación que hoy es rutina
Barnard dejó a la medicina un legado importante. Aunque tomó varios años y muchos reveses hasta que el trasplante de corazón se convirtiera en un método de tratamiento seguro. Hoy, sin embargo, es un gran avance. En 2016, se realizaron 297 trasplantes de corazón en Alemania y se registraron 450 pacientes nuevos. El problema: faltan órganos de donantes.