Liberan a 10 estudiantes secuestrados hace meses en Nigeria
19 de septiembre de 2021
En julio, decenas de hombres armados secuestraron a 121 niños y jóvenes de una escuela, una nueva forma de bandidaje que busca obtener el pago de rescates y que las autoridades no han sido capaces de atajar.
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Un nuevo grupo de diez estudiantes de los 121 secuestrados el pasado 5 de julio en un colegio cristiano del estado de Kaduna, al noroeste de Nigeria, fue liberado la noche del sábado, confirmó este domingo (19.09.2021) la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN, por sus siglas en inglés). Aún quedan 21 jóvenes en manos de sus captores, aunque se confía en su pronta liberación.
"Los bandidos liberaron ayer a 10 estudiantes, que ya se han reunido con sus familias", declaró a la agencia AFP Joseph Hayab, representante de CAN. Según la asociación, 100 de los estudiantes secuestrados ya han sido liberados o han escapado. "Todavía tenemos 21 estudiantes en manos de sus secuestradores y esperamos conseguir su liberación pronto", añadió Hayab.
CAN no especificó si se trató de un rescate pagado y expresó su confianza en que habrá nuevas liberaciones. De esta forma, los diez alumnos se suman a los rescatados por la Policía o hallados en las proximidades del colegio durante los días siguientes al asalto, así como al grupo de veintiocho liberados a finales de julio, los quince rescatados a mediados de agosto y otro grupo de 32 puestos en libertad el 27 de agosto.
Ataques recurrentes
El pasado 5 de julio decenas de hombres armados atacaron la Escuela Secundaria Bautista Bethel, situada en la localidad de Chikun (Kaduna), en torno a las 02.00 hora local, disparando de manera esporádica antes de llevarse a 121 alumnos. Inmediatamente después del ataque, atribuido a grupos de criminales a los que en el país se identifica comúnmente como "bandidos", las autoridades de Kaduna ordenaron preventivamente el cierre de esa escuela y doce más de la zona.
Unos días después del secuestro los criminales contactaron a las autoridades del colegio pidiendo cereales, aceite y alubias para alimentar a los estudiantes. Los secuestros masivos se han convertido en un fenómeno cada vez más recurrente en los últimos meses en el centro-norte y el noroeste de Nigeria. Los atacantes buscan obtener lucrativos rescates y su blanco más habitual son los centros educativos.
DZC (EFE, AFP)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.