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Libertad de prensa

Libertad de prensa: “Esta es una lucha permanente”

7 de septiembre de 2021

Un círculo vicioso de corrupción, violencia delictual e impunidad convierte al periodismo en una labor peligrosa. En el Día Internacional del Periodista, DW conversó con el director ejecutivo de la SIP, Ricardo Trotti.

Symbolbild Mexikos Journalisten im Kreuzfeuer
Imagen: Mario Guzman/dpa/picture alliance

"Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo no hay democracia”. Esta consigna sigue vigente. Varios países de América Latina celebran el "Día del periodista” en diferentes fechas que recuerdan un hito en la prensa nacional, pero también a nivel internacional se ha dedicado un día a quienes ejercen esta profesión, reconocida como clave para el funcionamiento del sistema democrático: el 8 de septiembre. Es la fecha de la muerte de un periodista y escritor comunista checoslovaco, ejecutado en 1943 por la Gestapo. Durante el tiempo que estuvo en una prisión nazi, Julius Fučík escribió y denunció y el manuscrito fue sacado hoja por hoja de la cárcel. Su "Reportaje al pie de la horca” fue publicado de manera póstuma en 1945.

La historia de Julius Fučík también recuerda la de tantos periodistas asesinados, encarcelados y perseguidos en diversas partes del mundo hasta el día de hoy. También en América Latina. Conversamos al respecto con el director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Ricardo Trotti.

DW: ¿Cómo ve la situación actual en América Latina?

Ricardo Trotti: La veo con mucha preocupación. Es siempre el mismo derrotero que estamos viviendo en América Latina los últimos 30 años. Los periodistas siguen siendo asesinados por una mezcla de situaciones diferentes que involucra la corrupción, el crimen organizado y la ineficiencia de los Estados o de los gobiernos para buscar, investigar y encontrar a los responsables de estos crímenes y, obviamente, juzgarlos. Al no haber justicia, al haber un alto grado de impunidad, esto es parte de un círculo vicioso y ayuda e incentiva a los violentos, sabiendo que sin castigo pueden seguir asesinando a periodistas.

¿En qué medida la democracia se tambalea cuando los periodistas ponen en peligro su vida al hacer su trabajo?

El periodismo vive las consecuencias, como los propios ciudadanos, de la falta de institucionalidad en muchos países y, sobre todo, de la falta de independencia judicial. Yo creo que los países desarrollados se distinguen más de los subdesarrollados por el nivel de justicia independiente que puedan tener sus sociedades

Hay democracias consolidadas donde, sin embargo, la libertad de prensa también sufre asedios. Tenemos el caso Assange, por ejemplo…

Yo creo que la libertad de prensa es un ideal, como puede ser la búsqueda de la felicidad… No es un destino, es un camino que siempre hay que buscar. No porque haya instituciones fuertes en los países, la libertad está garantizada. La libertad, así sea la de prensa o otras libertades individuales en una sociedad, deben ser ejercidas, consumadas y trabajadas con esfuerzo día a día. No hay ningún sitio ideal donde uno pueda concebir que se haya alcanzado la libertad de expresión plena. Antes del caso Assange, también en Estados Unidos se vivieron años muy preocupantes, con toda la diatriba que ejercía el poder político a través del presidente Donad Trump en contra de los medios; o con el presidente anterior, Barack Obama, con la persecución judicial a los periodistas por el tema del secreto profesional, etc. Está visto que en ningún lado, por más democracia fuerte que haya, los periodistas podemos pensar que se ha garantizado la libertad de prensa. Esta es una lucha permanente.

¿Qué casos son especialmente preocupantes en este momento para la SIP?

Hay muchísimos. Tienen que ver con la violencia en contra de los periodistas, con algunos países que quieren cambiar Constituciones o trabajar por decreto con temas que van en contra de la libertad de prensa, como es el caso de varias leyes que ha dictado el Gobierno de Nicaragua para tener la legitimidad que requiere para perseguir y encarcelar a periodistas y opositores. O el encarcelamiento de periodistas que hubo recientemente en Cuba, tras las protestas que despertaron el 11 de julio, donde muchos de los ciudadanos cubanos de varias localidades de ese país salieron a la calle para pedir libertad.  Entonces, hay en todos los países una preocupación específica ante casos de violencia, de encarcelamiento, de persecución y también de leyes que pueden estar limitando la libertad de prensa.

Ricardo Trotti (foto de archivo).Imagen: Jeffrey Salter

¿Hay que tener vocación de mártir para ser periodista en esas situaciones?

No creo. Se pide a todos los periodistas no asumir riesgos, se pide a los medios establecer protocolos de seguridad y lo mismo se les pide a los gobiernos. Por suerte, en este momento hay siete sistemas de protección de seguridad para periodistas en países de América Latina y se están estudiando dos procesos más de implementar estos sistemas de seguridad en Ecuador y en Bolivia, lo que son buenas noticias. Ahora hay que darles seguimiento para ver si estos sistemas de protección creados por los gobiernos cuentan con los recursos económicos, profesionales y personales necesarios para que puedan operar con eficiencia.

¿En qué consisten básicamente esos sistemas?

En que los periodistas pueden hacer denuncias ante instancias oficiales y, al cumplir ciertos requisitos que tienen los Estados, pueden ser puestos dentro del sistema de protección. Este involucra seguridad, cambio de domicilio, incluso en algunas circunstancias, como ha sucedido con el sistema de protección de periodistas en Colombia, llevar a esos periodistas a otros países, hasta que se minimicen los riesgos.

¿Ante este panorama, es todavía la prensa el cuarto poder?

Yo creo que no se trata de otro poder. Se trata de un contrapoder, más que de un cuarto poder. Es decir, de un sistema de fiscalización pública, donde el periodismo juega un papel esencial en la democracia, de tratar de descubrir hechos que otros tratan de que permanezcan ocultos para gobernar o para realizar acciones con total impunidad y sin transparencia. Creo que la importancia del periodismo radica en dar transparencia a muchos procesos en una sociedad, para que la gente pueda tomar decisiones. Ese es un papel esencial que le toca jugar y le tocará jugar también en el futuro al periodista.

(ms)

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