Julia Timoshenko tiene razón para alegrarse. Como Ucrania no interpuso recurso, el miércoles (31.07.2013) entra en vigor la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. Este falló en abril en varios puntos a favor de la ex primera ministra de Ucrania. Lo más importante: el encarcelamiento de Timoshenko hace dos años fue arbitrario.

Un juez de Kíev ordenó detener a la líder de la oposición el 5 de agosto de 2011, en medio del proceso. Más tarde, Timoshenko fue condenada por abuso de poder en la firma de contratos de abastecimiento de gas con Rusia a siete años de cárcel y una multa millonaria. La ex primera ministra se halla hasta hoy detrás de rejas.

Más esperanzas puestas en Estrasburgo

“El fallo es un apoyo moral para Timoshenko, pero no por eso será puesta en libertad”, opina en entrevista con DEUTSCHE WELLE Winfried Schneider-Deters, exdirector de la Fundación Friedrich Ebert, próxima a la socialdemocracia alemana, en Ucrania.

Grandes esperanzas deposita ahora Timoshenko en otras decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde julio se debate en Estrasburgo sobre su segunda denuncia. La pregunta es si el proceso fue justo. Timoshenko; su partido, “Batkivshtshina“ (Patria) y muchos Gobiernos occidentales lo ponen en duda. El Gobierno de Ucrania rechaza las acusaciones. El nuevo fallo del Tribunal es esperado para fines de año.

¿Una solución humanitaria?

El encarcelamiento de Julia Timoshenko afecta las relaciones entre Ucrania y la Unión Europea. En la cumbre de la iniciativa de la UE “Partenariato con Europa Oriental”, a fines de noviembre en Vilna, podría ser firmado un acuerdo de asociación con Ucrania, que incluye la creación de una zona de libre comercio y podría ser un hito en la senda de Ucrania hacia la UE. Para ello, la UE pone varias condiciones, entre ellas la solución del “problema Timoshenko”.

Una posible salida puede ser una “solución humanitaria”: la puesta en libertad de Timoshenko por razones de salud. La líder de la oposición ucraniana tiene una dolencia en la espalda y es tratada por médicos del hospital Charité, de Berlín, que la visitan regularmente en un hospital en Charkiv, en el este de Ucrania. A comienzos de julio, Yevgenia, la hija de Timoshenko, dijo que su madre necesita ser operada urgentemente. La familia desea que Julia Timoshenko sea tratada por médicos alemanes.

Apoyo y más procesos

Esos esfuerzos son apoyados también por Guido Westerwelle, el ministro alemán de Relaciones Exteriores. El Gobierno de Ucrania dice que un tratamiento médico de Timoshenko en el exterior es imposible, ya que las leyes del país no lo prevén. Victor Yanukovich, el presidente ucraniano, ha manifestado varias veces que una liberación de Timoshenko luego de una amnistía podría ser posible solo bajo una condición: que se hallan cerrado todos los procesos contra la ex primera ministra.

Un proceso por evasión impositiva contra Timoshenko no avanza, sin embargo, porque la primera ministra se niega a participar personalmente. También están pendientes otros procesos contra ella, entre ellos uno por un supuesto encargo de la ex primera ministra de asesinar a un diputado en los años 1990.

Expertos estiman que las probabilidades de que Timoshenko sea puesta en libertad son muy pequeñas. “Yanukovich no puede asumir el riesgo que significa liberar a Timoshenko y expulsarla a Alemania”, dice Winfried Schneider-Deters, “porque esta haría todo lo posible para impedir la reelección de Yanukovich en el 2015”. Según las encuestas, efectivamente, Timoshenko continúa siendo la política más popular de la oposición en Ucrania.