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¿Se extralimita la OTAN en Libia?

25 de agosto de 2011

Algunos países parecen haber ignorado los límites impuestos por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU a la misión militar de la OTAN en Libia. Deutsche Welle habló sobre este tema con un experto alemán.

Rebeldes libios celebran la toma del cuartel general de Gadafi en Trípoli.Imagen: dapd

 

Aunque intensos combates entre las fuerzas leales a Muammar el Gadafi y los insurgentes continúan teniendo lugar en la capital libia, las imágenes de rebeldes celebrando la toma de Trípoli y el hecho de que tanto el dictador como sus hijos parezcan haber perdido sus posiciones de poder crean la impresión de que el objetivo de la misión militar de la OTAN en el país magrebí ha sido alcanzado. La resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada el 17 de marzo, autorizó la implementación de medidas para impedir que el líder libio aplastara a sus opositores en enfrentamientos armados asimétricos. Ni más, ni menos.
 
El mandato de la ONU contempló el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia, pero descartó explícitamente cualquier tipo de maniobra militar terrestre en su territorio. La orden fue tan clara que hasta el secretario general de la Liga Árabe, Amre Mussa, apoyó la moción tres días después, alegando que ella no instaba ni a una invasión ni a una ocupación del país africano. De ahí que la continuación de los bombardeos de la OTAN –48 objetivos militares fueron destruidos este miércoles (24.8.2011)– y la visita a Libia de Charles Barlow, director de la empresa de seguridad canadiense Zariba –consumada en julio para entregarle un mini-helicóptero a los disidentes, pero dada a conocer este 24 de agosto–, entre otros sucesos, obliguen a inquirir si la OTAN y sus miembros no se han extralimitado, ignorando los límites impuestos por la resolución 1973.
 
Liam Fox, ministro británico de Defensa.Imagen: picture-alliance/ dpa
Este jueves (25.8.2011), el ministro de Defensa del Reino Unido, Liam Fox, declaró a la BBC que la alianza atlántica está colaborando con los insurgentes para dar con el paradero de Gadafi, pero se negó a comentar una información publicada por el diario londinense The Daily Telegraph, según la cual agentes de la Special Air Service (SAS) –una unidad de élite del Ejército británico– estarían actuando directamente en suelo libio desde hace semanas, camuflados entre los rebeldes, siguiendo una orden del primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron. “No está planeado que los soldados británicos pongan pie en territorio libio”, insistió Fox.
 
¿Hace la OTAN más de lo que le permite el mandato de la ONU?
 
“Desde un principio, la OTAN interpretó el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU de una manera relativamente laxa, pero eso se debe a que los sucesos en Libia dejaron claro tempranamente que, por sí sola, una zona de exclusión aérea no impediría a Gadafi y a sus tropas continuar agrediendo a la población”, dijo a Deutsche Welle el experto en políticas de seguridad y especialista en tópicos relacionados con la OTAN Henning Riecke, de la Sociedad Alemana para la Política Exterior (DGAP), un instituto de investigación independiente dedicado al análisis de la política internacional. A sus ojos, sería inconsecuente que la OTAN se replegara en este momento.
 
Muammar el Gadafi, líder libio.Imagen: AP
“La alianza atlántica no puede ni debe asumir las labores de reconstrucción nacional en Libia como lo hizo en Afganistán, pero debe garantizar que la violencia actual no desemboque en una guerra civil”, sostiene
Riecke. “Sería lamentable que la OTAN se retirara en este instante y los rebeldes libios comenzaran a montarle cacería a los seguidores de Gadafi. Trascender lo establecido en el mandato de la ONU es necesario para poder proteger a la población civil ahora y en el futuro, si llega a estallar una guerra civil”, agrega el investigador de la DGAP, enfatizando la importancia que la captura de Gadafi tiene para el proceso de pacificación nacional.
 
Para poder poner en marcha un proceso de restauración política en Libia y evitar la perpetuación de los enfrentamientos entre partidarios y opositores del líder libio, es imprescindible encontrar a Gadafi. La lucha interna no ha terminado porque los rebeldes creen que Gadafi todavía puede retomar el mando y sus seguidores lo creen en capacidad de continuar ofreciendo resistencia”, explica Riecke. Sin embargo, desestima que la idea de poner precio a la cabeza del dictador haya sido sugerida o apoyada por la OTAN. “Esa fue una iniciativa libia para incentivar a los acólitos que Gadafi tiene a su alrededor a que denuncien su paradero”.
 
Pensando en la reconstrucción de Libia
 
El Consejo de Seguridad de la ONU.Imagen: picture-alliance/dpa
Riecke tampoco cree que el Consejo de Seguridad de la ONU decida emitir una nueva resolución a corto plazo para legitimar la actuación de la OTAN, dándole más capacidad de maniobra, o relegitimarla de cara a eventuales acusaciones en contra de países miembros puntuales por no haber acatado a rajatabla los límites de la resolución 1973. “Hoy, cuando los acontecimientos están en pleno desarrollo, no tiene sentido que alguien se levante y proponga la redacción de una nueva resolución; es demasiado temprano para eso y la moción no recibiría apoyo suficiente”, apunta el especialista.
 
“Después, cuando la OTAN haya contribuido a pacificar a Libia, lo que será necesario es una resolución que deje claro el rol de la ONU como instancia supervisora de la reconstrucción del país, de la reconciliación nacional y de la redacción de una nueva Constitución. Eso sí, lo más importante es que sean los propios libios quienes conduzcan esos procesos”, comenta Riecke.
 
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse
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