Riobamba, 2 de diciembre de 2018

Lieber Alexander:

endlich bin ich wieder fit.  Perdona, me olvidé de que nos escribimos en castellano para que tú practiques un poco tu español. Después de todo ya llevarás más de 210 años sin hablarlo.

Bueno la cosa es que estoy más recuperada de la subida al Chimborazo. Fue realmente toda una aventura. Llegamos a la altura de 5.600 metros, como te prometí, ni un centímetro más que tú. Marco Cruz, nuestro guía, nos contó que antes, durante tu época, el Chimborazo tenía mucha más nieve que ahora. No solo nieve, sino incluso hielo. Y eso, claro, te hizo el ascenso mucho más difícil.

Para entender esto tienes que saber que, hoy en día, el clima ha cambiado mucho. Tú tenías razón, ya, en el siglo XIX. Cada una de nuestras acciones tienen un efecto en los ecosistemas y en el clima: a este fenómeno por momentos impredecible de huracanes, tsunamis, incendios, glaciares derritiéndose y sequías incontrolables lo hemos llamado cambio climático. Sí, ya sé lo que piensas, que es un nombre demasiado inofensivo para la magnitud de las catástrofes que representa. Lo veo de la misma manera. Y lo peor de todo es que, probablemente, es imparable. Lo será si nuestra especie no empieza a cambiar su comportamiento. Y, si bien se avanza a pequeños pasos, aún es muy poco.

La cima del Chimborazo también se ha reducido debido al cambio climático. Como nos comentaba Marco Cruz, ha perdido incluso el 50% del hielo desde que tú subiste. Esto conlleva, como bien sabes, una serie de consecuencias, porque entonces los riachuelos y las fuentes de agua se desbordan, dado que no están acostumbradas a almacenar tanta agua. Todo esto lo sabe muy bien Marco Cruz y por eso cuida como una joya el terreno sobre el que tiene el alojamiento a pie del Chimborazo. Hoy en día llaman “ecoturismo” a este tipo de alojmientos. Marco Cruz dice que ahí tiene 17 fuentes de agua debajo de la tierra. Habla de ellas como si fuesen fuentes de petróleo, y en parte tiene razón, porque son muy valiosas, y lo serán aún más en el futuro. Muchos científicos ya han pronosticado guerras por agua, e incluso ya existen en varios paises.

Por cierto, tú conoces probablemente el terreno dónde se encuentra el alojamiento. Marco Cruz tiene colgado en su pared la réplica de un cuadro que tú mismo pintaste. El dibujo es exactamente de ese lugar. Se reconoce por las “Ruinas del Tambo Totorillas” que Marco Cruz reconstruyó.

Además, él también me habló del colibrí del Chimborazo, que tú descubriste. Es impresionante saber que para ahorrar energía este curioso pájaro cae en una especie de coma cuando duerme.

Estoy cansada, me voy a dormir, pero no sin dejarte el reportaje sobe nuestro ascenso al Chimborazo. Pasé un susto inmenso. Pensé que me quedaría para siempre en la montaña. Seguro que conoces bien ese sentimiento.

¡Feliz erster Advent!

Carolina

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