COVID-19: nueva investigación apunta a origen zoonótico
9 de julio de 2021
Los científicos advirtieron de que la atención prestada a un origen de laboratorio altamente improbable está distrayendo de tareas científicas más urgentes, como la investigación de las fuentes animales del SARS-CoV-2.
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Un equipo internacional de biólogos, liderado por un australiano y un escocés, concluyeron que el origen de la SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad del COVID-19, tiene origen zoonótico, aunque no "descartan completamente" la hipótesis de que surgiera en un laboratorio.
"Nuestro análisis cuidadoso y crítico de los datos actualmente disponible no proporcionan ninguna evidencia de que el SARS-CoV-2 se haya originado en un laboratorio", dijo este jueves (08.07.2021) en un comunicado de la Universidad de Sídney el virólogo Edward Holmes, quien lideró este estudio junto a Andrew Rambaut, de la Universidad de Edinburgo.
No obstante, Holmes y una veintena de colegas internacionales indicaron en el trabajo, publicado el miércoles en el portal científico Zenodo, que "no se puede descartar completamente" la hipótesis de un accidente de laboratorio, a pesar de que no existe evidencia alguna sobre ella.
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Deforestación y el comercio de animales salvajes
Aun sabiendo que no se puede descartar por completo un fallo de laboratorio, el grupo resume las pruebas de los orígenes naturales del SARS-CoV-2 y argumenta que las actividades humanas, como la deforestación y el comercio de animales salvajes, "nos han puesto repetidamente en curso de colisión con nuevos virus".
También advierten de que la atención prestada a un origen de laboratorio altamente improbable está distrayendo de tareas científicas más urgentes, como la investigación de las fuentes animales del COVID-19, o la preparación para la próxima pandemia, como deberíamos haber hecho para ésta.
Estos biólogos de Australia, Austria, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda y China advirtieron que, si no se investiga el origen zoonótico de los virus de forma coordinada, se "dejaría al mundo vulnerable" ante futuras pandemias derivadas de las mismas actividades humanas.
Las pruebas a favor del origen animal del SARS-CoV-2 se encuentran en los virus estrechamente relacionados detectados en murciélagos y pangolines, y a través de las personas que interactúan con esos animales.
Fuga en el laboratorio: habría marcadores genéticos
La revisión también cita otras pruebas que son inconsistentes con la teoría de la fuga en el laboratorio: el COVID-19 no puede infectar a los ratones de laboratorio. Y si alguien hubiera creado artificialmente el virus en un laboratorio habría marcadores genéticos de ese proceso en la secuencia del SARS-CoV-2, que no se encuentran.
Además, los expertos agregaron que, aunque varios de los primeros casos documentados de COVID-19 se relacionaron con el mercado húmedo de Wuhan, ahora cerrado, al final "fue más un evento de amplificación que un verdadero punto de partida.
Origen zoonótico: no se ha determinado el animal transmisor
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que envió a expertos en enero a Wuhan para investigar el origen del nuevo coronavirus, y la comunidad científica consideran que el origen fue zoonótico (transmitido a humanos desde otras especies), aunque no se ha determinado el animal transmisor.
El origen del nuevo coronavirus ha causado roces entre China y Estados Unidos y Australia, que se intensificaron en mayo cuando los servicios de Inteligencia de Washington reavivaron la teoría de que la pandemia comenzó en un laboratorio de Wuhan.
La Unión Europea reclamó "transparencia" sobre este tema y se sumó a las exigencias de Estados Unidos frente a China para saber cómo y dónde surgió el virus del SARS-CoV-2.
FEW (EFE, Zenodo)
Murciélagos: espeluznantes pero fascinantes
Los murciélagos no gozan de muy buena reputación, especialmente ahora. Pero los pequeños vampiros son fascinantes y solo un poco aterradores. Aquí un homenaje por el Día Internacional de Apreciación a los Murciélagos.
Desde los bosques australianos hasta la costa del Pacífico de México: los murciélagos andan colgados en árboles, en la altura de las montañas, escondidos en cuevas, grietas o en techos. Son los mamíferos más comunes en la tierra y habitan en todos los continentes, excepto en la Antártida. Representan alrededor del 20 % de todos los mamíferos. Y atención: son el único mamífero capaz de volar.
Imagen: Imago/Bluegreen Pictures
"Malvaviscos" devoradores de higo
Este murciélago blanco (en la foto) se acomoda con seguridad en el pliegue de una planta de Heliconia. Existen alrededor de 1.100 especies de murciélagos en total, pero solo cinco especies son blancas. Esta, que mide alrededor de cinco centímetros de largo, es conocida como el "soplo de malvavisco" de la familia de los murciélagos. La hermosa especie se alimenta casi exclusivamente de higos.
Aunque son consideradas criaturas espeluznantes en muchas partes del mundo, solo tres especies de murciélagos beben sangre. Con sus afilados dientes, incluso afeitan el pelo de la piel de su presa antes de chuparle la sangre. Las reses y los caballos dormidos son sus víctimas preferidas, pero también atacan a los humanos, transmitiendo infecciones y enfermedades.
Los murciélagos necesitan sus extrañas orejas grandes para reconocer sus ecos. Esto se debe a que la mayoría de ellos no pueden ver bien y dependen de ese sonido para encontrar comida en la oscuridad. Producen tonos extremadamente altos con su garganta. Y sus enormes orejas captan los ecos de los sonidos que rebotan, permitiéndoles trazar un mapa muy preciso de sus alrededores.
Imagen: picture-alliance/Mary Evans Picture Library/J. Daniel
Sin ellos no habría aguacates, mangos o plátanos
Los murciélagos juegan un papel central en la polinización de las plantas. Más de 500 especies de estas dependen de los murciélagos para polinizar sus flores, incluyendo plantas de plátano, aguacate, mango y agave. Algunos, como el murciélago bananero mexicano y el murciélago de nariz larga (en la foto), tienen lenguas extremadamente largas para esta tarea.
Imagen: picture-alliance/All Canada Photos
Casi inmortales
Aunque los murciélagos solo dan a luz a una cría por año, la mayoría de ellos sobrevive mucho más que otros mamíferos. Algunas especies viven hasta los 30 años y realmente no envejecen. Los científicos creen que la razón de su longevidad es por su capacidad única de prevenir o reparar el daño celular relacionado con la edad y así se protegen del cáncer.
Pero estos también son receptores naturales de numerosos virus; entre ellos el virus de Marburgo y Nipah, del Ébola y los coronavirus SARS, MERS y el nuevo SARS CoV-2. Y aunque transmiten estas enfermedades mortales a otras especies gracias a su sistema inmunológico único, ellos mismos se mantienen sanos gracias a su alta temperatura corporal y a los altos niveles de interferón antiviral.
Imagen: picture-lliance/Zuma
¡A protegerlos en lugar de erradicarlos!
Incluso si los murciélagos siempre están asociados con enfermedades graves, deben ser protegidos, ya que desempeñan un papel central en la mayoría de ecosistemas. Sin ellos, la cantidad de mosquitos desbordaría África y la malaria alcanzaría proporciones inimaginables. (ct/few)