En 1622 salió la primera edición de las obras de William Shakespeare en la Feria del Libro de Fráncfort. Una obra que convirtió al dramaturgo en un autor de talla mundial, cuyas sabias frases no han perdido relevancia.
Publicidad
Hace ya 400 años, se celebró una Feria del Libro de Fráncfort cuyo catálogo anunciaba una publicación muy especial: en 1622, prometía el catálogo de la Feria, se publicarían las Obras Completas de un autor británico llamado William Shakespeare.
Esta primera edición oficial de las obras se conoce como el "Primer Folio". El Archivo Literario de Marbach le dedica, junto con el British Globe Theatre, una exposición con motivo de su 400 aniversario. La compilación, impresión y publicación del "Primer Folio" (el término "folio" hace referencia al formato de libro de la época) iba a pasar a la historia de la literatura. Aunque William Shakespeare ya tenía éxito y era muy conocido en vida, no fue sino hasta la distribución mundial de sus obras impresas, unos siete años después de su muerte, que se convertiría en una leyenda literaria.
Hasta la publicación del "First Folio" (que se retrasó un año y apareció finalmente en 1623), sólo se habían publicado obras individuales de Shakespeare. Sin el "First Folio", por tanto, probablemente se habrían perdido grandes partes de la obra del gran escritor. Gracias a esa publicación, estas se han conservado, y Shakespeare sigue siendo uno de los dramaturgos más representados en los teatros del mundo, cuatro siglos después de su muerte.
Shakespeare escribió sobre el amor, la muerte y la guerra
Por ello, Sandra Richter, directora de los Archivos Literarios, habla de "hazaña editorial" en relación con el "Primer Folio". El "Folio" creó la "imagen de un poeta de talla mundial" en una etapa temprana, dice el comunicado de prensa de los Archivos Literarios, donde tiene lugar la exposición.
Las obras de Shakespeare abordan las grandes preguntas que la humanidad siempre se ha planteado: ¿Por qué y para qué vivimos? ¿Qué es el amor? ¿Qué pasa con la gente en la guerra? "Hamlet", "Sueño de una noche de verano", "Troilo y Crésida" -por nombrar solo tres de sus obras- tratan de estos temores y anhelos humanos. Han sido llevadas al cine en innumerables ocasiones, y se representan en escenarios de todo el mundo.
Especialmente en tiempos agitados como este -con la acutal guerra en Europa, la crisis energética y los efectos de una pandemia- Shakespeare tiene mucho que decir al público, está convencida Sabine Richter: "'El infierno está vacío, ¡todos los demonios están aquí!' es como leemos nuestro presente en la 'Tempestad' de Shakespeare", dice a DW. "Nos enfrentamos a muchos retos sobrehumanos, y no está muy claro cómo podremos superarlos. Pero una cosa está clara: que Shakespeare, con su visión de la política y la sociedad, es nuestro contemporáneo".
Publicidad
Lo que se puede aprender de Shakespeare
Y este contemporáneo, dice a DW Gregory Doran, director artístico de la Royal Shakespeare Company británica hasta abril de este año, puede darnos esperanzas: "En Macbeth, una de sus grandes tragedias, el personaje de Ross describe con precisión el estado de nuestro mundo: como un lugar en el que 'el dolor feroz aparece como pasión cotidiana'".
Eso no suena alentador, pero aun así, dice Doran, Ross tiene esperanzas: "Porque, en el peor de los casos, las cosas terminarán, y en el mejor, volverán a al lugar, a donde estaban antes".
"Macbeth", por cierto, narra la historia de un dictador ávido de poder que se apodera de un país por medio de la guerra y la violencia, pero, al final, es víctima de su propia sed de poder, y es derrocado. Una obra que merece la pena volver a ver y leer, especialmente en el año 2022.
(jov/cp)
Shakespeare no deja de sorprendernos
Las obras de William Shakespeare son las que más se escenifican y filman en todo el mundo. Desde el siglo XVIII se presume que nació un 23 de abril, pero ese dato no ha podido comprobarse.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sony Pictures
Popular e intemporal
Las obras de Shakespeare han sido adaptadas a los diversos contextos culturales del globo gracias a que sus temas son tan antiguos como la humanidad: el amor, la pasión, los celos, las intrigas y la venganza.
Imagen: AFP/Getty Images
Identificación y emoción
Shakespeare describe la complejidad de las relaciones humanas, con las que el espectador puede identificarse o de las cuales prefiere tomar distancia y juzgarlas. En “Macbeth”, por ejemplo (en la foto, una puesta teatral en Teherán), se juega el ansia de poder, una apuesta que termina de manera trágica.
Imagen: Fars
MacBotswana
En la foto, una puesta de “Macbeth”, enlazada a un mito africano. En “Okavango Macbeth” (2009), la primera escenificación operística en Botswana, el director, Alexander McCall Smith, tradujo el tema a la realidad y a la situación política del país. La obra se llevó a cabo con actores locales en un antiguo garaje.
Imagen: Getty Images
Shakespeare Samurai
El film “Trono de sangre”, de Akira Kurosawa (1957), traslada a “Macbeth” a la época de los samuráis, en el siglo XVI. Esta obra maestra de Kurosawa relata la tragedia en bellísimas imágenes. El actor Toshiro Mifune (izq.) tiene el rol basado en el de Macbeth.
Imagen: picture-alliance
Amor prohibido al estilo MTV
De los samurais del siglo XVI a la cultura pop de los 90: el drama de los Montescos y los Capuletos es trasladado por el director Baz Luhrmann al cine en “Romeo and Julia” (1996), protagonizado por Leonardo DiCaprio y Claire Danes.
Imagen: picture-alliance/picture-alliance
Romeo y Julieta, rockeros
Esta casi deportiva interpretación de “Romeo y Julieta” es, sobre todo, entretenimiento. ¿Por qué no hacer bailar rock a los eternos íconos del amor? Rasta Thomas y Adrienne Canterna se animaron y estrenaron esta conjunción de ballet y rocanrol en septiembre de 2013 en Hamburgo.
Imagen: Manfred H. Vogel
"Hamlet" en ruso
"Hamlet” es, junto con “Romeo y Julieta”, una de las obras más conocidas de Shakespeare. El drama del príncipe Hamlet, de Dinamarca, que quiere vengar a su padre, también fue adaptado a la realidad rusa. Aquí, un monólogo de Nikolay Lazarev en el Teatro de la Armada Rusa, en Moscú (2006).
Imagen: Getty Images
Sueño de una noche de verano surcoreana
El teatro asiático saca provecho de las obras del autor isabelino: el grupo teatral coreano “Yohangza” despliega un gran espectáculo de música y danza, en una representación que engarza el “Sueño de una noche de verano”, de Shakespeare, con la mitología coreana. El resultado: energía pura.
Imagen: Getty Images
Un rey sirio
La influencia y vigencia de Shakespeare llegó hasta el campo de refugiados “Zaatari”, en el desierto de Jordania. Majd Ammari, de 13 años, quien huyó de la guerra en Siria, representa al “Rey Lear” (8.3.2014). El director y actor sirio Nawwar Bulbul trabajó durante varios meses con los niños refugiados a fin de elaborar los traumas de la guerra y llamar la atención sobre su situación.
Imagen: Getty Images
"La tempestad" en Kabul
Los años 60 fueron una era dorada para el arte teatral en Afganistán. Pero luego llegaron los talibanes y prohibieron la actividad en diversas salas. Aquí, los actores de “La tempestad” llevan a Kabul una señal, casi una ofensiva, con el objetivo de reabrir el camino hacia la creatividad artística y dejar atrás los tiempos tormentosos.
Imagen: Getty Images
"To be William or not to be"
El debate no es nuevo: ¿fue Shakespeare realmente quien escribió obras como “Hamlet”, “Macbeth” y “Romeo y Julieta”? El director alemán Roland Emmerich, en su film histórico “Anonymous” (2011) apoya la tesis de quienes postulan que fue el noble Edward de Vere, Conde de Oxford, el verdadero autor de las inmortales obras. En la foto, Vanessa Redgrave como Isabel I, y Rhys Ifans como Edward de Vere.