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Locos por los Panini

Luna Bolívar Manaut21 de junio de 2006

¿Se imaginan a los diputados del Bundestag alemán cambiando cromos* en los descansos? Pues sí, a tal punto ha llegado en Alemania la euforia por completar estos cuadernillos con las caras de los jugadores del Mundial.

Toda Alemania ocupada en rellenar el álbum.Imagen: PA/dpa


De entre todos los posibles álbumes coleccionables que cada Mundial de Fútbol abarrotan los quioscos, el de la firma italiana Panini es el más famoso. Desde 1970 contagian al mundo con esta fiebre de comparar paquetillos de estampas, pagarlas sobre el número correspondiente e ir acumulando las repetidas para intercambiarlas después con quienes ya amontonan sus respectivos taquitos de caras dobles.

En un principio, un juego de niños. Pero este Mundial está demostrando que los Panini vuelven más locos a los papás que a sus retoños: hombres hechos y derechos que lo darían todo, incluso conceder días libres a sus subalternos, por el 45, que te cambian un brasileño por dos de Ghana.

Más de 100 millones de paquetitos

"Por lo menos, el 70% de los que compran estampitas son adultos", dice un quiosquero de Múnich. Rellenar un álbum no es barato. Teniendo en cuenta que cada bolsita de 10 cromos se vende a 50 céntimos de euro, si uno tuviera la imposible suerte de recopilar todos los jugadores, más la foto de la mascota de su selección que es compone una estampa aparte, sin encontrar ni uno sólo repetido, un cuadernillo Panini habría costado unos 60 euros. Y en realidad, el gasto alcanza por lo menos el triple.

La ilusión: abrir el paquetito, pasar las páginar y ver qué estampas son repetidas y cuáles quedan por pegar.Imagen: PA/dpa

Quienes disponen de un sueldo pueden gastar mucho más dinero en cromos. Así, el negocio bulle con tanto adulto desquiciado por el Panini. Más de 100 millones de paquetitos se han lanzado ya al mercado alemán y otros 4,5 millones se imprimen a toda velocidad. Incluso la misma casa Panini está asombrada por el éxito que sus pegatinas están teniendo: "Algo así no lo habíamos vivido jamás. Realmente, es increíble", confiesa Birgit Barner, portavoz de la firma Panini en Alemania.

En el trabajo o en bar

Y con tantos cromos comprados hay muchos más por cambiar. Los correos electrónicos de los trabajos están llenos de mensajes desesperados apelando a la bondad de los compañeros: "¡Necesito a Klose!". Luego, el descanso de la comida se aprovecha para proceder al intercambio. Al más puro estilo alemán, en algunas empresas los empleados encuentran colgadas en el sistema interno tablas en las poder indicar, por un lado los números de las estampitas que a uno le faltan y en la siguiente entrada los de las que se tienen repetidas.

También los bares y cualquier encuentro con los amigos son buenas oportunidades para conseguir a ese jugador que falta para completar la selección holandesa. Incluso se han llegado a organizar ferias de intercambio de cormos Panini en las que al día unas 500 estampas cambian de dueño. Por medio de Internet el juego se vuelve internacional y uno puede encontrar a Ballack en el otro rincón del planeta.

Los cromos también se pueden comprar directamente, o pedir con posterioridad para rellenar los huecos vacíos, pero no es lo mismo.

Lo que valdrá en unos años

Te cambio el 54 por el 90.Imagen: PA/dpa

De sobra es sabido que la táctica del negocio consiste en que algunos cromos son más difíciles de encontrar que otros. Pero una vez el álbum esté repleto, si por ejemplo Alemania se proclama campeona del mundo en algunos años el cuadernillo podría valer mucho más de lo que se gastó en completarlo.

También existen una serie de cromos curiosos. Como por ejemplo, con los álbumes ya impresos, el entrenador alemán Jürgen Klinsmann anunció que contra todos los pronósticos Lehmann, y no Kahn, sería el primer portero. Así, Panini se apresuró a estampar la cara de Lehmann sobre nuevos cromos, que se pueden pegar tapando al desbancado Kahn. Algo similar sucedió con Kevin Kuranyi, que pese a ser finalmente convocado aparece en los álbumes porque nadie contaba con su desembarco del once. Estas curiosidades añaden valor futuro a los Panini.

El Panini y la vida real

Y así es como los alemanes han descubierto su pasión por el abre y pega, cambia y pega. Todo seguidor del Mundial que se precie tiene ya su álbum Panini. Esperemos que con tanto cromo los adultos no olviden sus obligaciones, como ya le sucedió a Oliver Wittke, ministro de Transportes de Renania del Norte Westfalia, que causó gran revuelo porque en una sesión del Parlamento regional fue pillado in fraganti pegando sus estampas nuevas en el cuadernillo. La oposición llegó a dirigir al primer ministro del Estado Federado, oficialmente, la siguiente pregunta: "¿Forma el pegar cromos Panini parte de las obligaciones de un ministro?" En los tiempos que corren, quién sabe.

*Cromos en España y en Ecuador, en México estampas o estampitas, en Paraguay y Argentina y algunas zonas de Colombia, figuritas, en otras regiones colombianas, caramelos, en Chile láminas. ¿Conoce usted alguna otra palabra para designar a esas fotos adhesivas que uno colecciona y pega en un álbum? ¡Escríbanos!

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