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Londres no da la espalda a Arafat

15 de julio de 2003

El Gobierno británico no romperá sus contactos con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, pese a los deseos con los que llegó a Londres el primer ministro israelí, Ariel Sharon.

La visita de Sharon se produce en medio de un rebrote de la violencia en Oriente Medio.Imagen: AP

El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, fue el encargado de frustrar oficialmente las esperanzas de Sharon, en la primera jornada de su visita oficial al Reino Unido, que se produjo en medio de crecientes problemas para poner en marcha la llamada "hoja de ruta", el último intento de acercar a israelíes y palestinos. Pero a pesar del desencuentro inicial, el primer ministro británico, Tony Blair, y Sharon reafirmaron su apoyo a este plan de paz.

Londres con la UE

Londres mantiene la postura asumida por otros países de la Unión Europea, donde se considera que Arafat es el presidente democráticamente elegido de la Autoridad Nacional Palestina. En cambio, el primer ministro israelí cree que el histórico líder palestino interfiere con el trabajo del nuevo y moderado primer ministro, Abu Mazen.

Arafat sigue siendo el líder simbólico de los palestinos.Imagen: AP

Desde que Abu Mazen fue elegido, Yaser Arafat ha pasado a un segundo plano en la escena política de Oriente Medio, aunque aún mantiene mucho poder y elevados índices de popularidad entre el pueblo palestino. Las tensiones entre ambos han hecho que Abu Mazen amenazara esta misma semana con dimitir si el movimiento que controla Arafat, Al Fatah, no respaldaba públicamente sus contactos con Israel.

Relaciones tensas

Durante la visita oficial, Blair y Sharon trataron también de limar las diferencias que los han enfrentado últimamente en relación con el proceso de paz en Oriente Medio. Así, no le sentó bien al Gobierno israelí cuando el año pasado Blair recibió en Downing Street al entonces líder laborista, Amran Mitzna, pero no al ministro de Exteriores, Benjamin Netanyahu.

La represalia diplomática israelí no se hizo esperar y Sharon no dudó en prohibir la salida de Israel a los delegados palestinos que había invitado el Ministerio de Exteriores para que participaran en una conferencia de paz que se celebró en Londres el verano pasado.

Una cena íntima

Una cena de dos horas y media en Downing Street parece haber limado algunas asperezas. Según fuentes británicas, en lo práctico, el trato diplomático oficial con los palestinos será a través de Abu Mazen, aunque por motivos simbólicos Arafat no perderá su rango de líder. Aunque Sharon lo entienda, al menos a nivel público asumirá una postura menos conciliadora.

Tony Blair intenta lograr que Sharon comprenda que la paz sólo se logrará con y no en contra de los palestinos, como ya lo han reconocido numerosos militares israelíes. Por su parte, Sharon pide comprensión y apoyo para su línea dura en términos de seguridad y la exigencia del desarme de grupos como Hamas y la Jihad Islámica.

Parece evidente que tan sólo una reunión en Londres no pueda resolver las diferencias existentes. Sin embargo los expertos concluyen que para Blair, Sahron podría ceder de la línea dura que mantiene hasta ahora, y sentarse tarde o temprano en la mesa negociadora. Sharon por su parte, espera que su colega británico pueda ejercer una influencia pro israelí en los otros miembros del Consejo Europeo.