El metro de Londres ha vuelto a funcionar, y los londinenses se han trasladado con relativa normalidad un día después de la serie de atentados terroristas en las estaciones de metro y en un autobús metropolitano. Como si hubiesen tomado a pie juntillas la exhortación de su primer ministro británico, Tony Blair, a no dejarse intimidar por el terrorismo, los londinenses han hecho gala de su calma para manejarse en una situación de emergencia.

Heridos, muertos y contusos

Según informan miembros del personal médico del hospital Whitechapel, desde los tiempos de las acciones terroristas del Ejército Republicano Irlandés, los servicios de emergencia se encuentran preparados para este tipo de casos. Más de 700 heridos han sido atendidos por quemaduras, cortes y contusiones. El número de muertos oscila según la fuente entre 37 y 54; según la versión oficial de la policía británica son 50, y podrían aumentar pero no pasarán de 100. El personal de asistencia no ha podido acceder aún a uno de los vagones siniestrados, según información de la cadena estadounidense CNN.

Bombas de acción retardada

Por los restos encontrado, los investigadores coligen que las detonaciones fueron llevadas a cabo con bombas de acción retardada, que no pesaron más de cinco kilogramos. Detonación con teléfonos móviles, como las perpetradas en el 11-M en Madrid, no hubiesen sido posibles por que tuvieron lugar en los túneles del sistema de metro, en donde los celulares a menudo no tienen cobertura. Por el momento no se tiene ningún indicio de que se haya tratado de suicidas. La veracidad del comunicado reivindicando la autoría de los atentados de una célula europea de Al Qaeda no ha podido ser comprobada, además de que fue retirada de la red poco después de darse a conocer.

Europa asiste a Gran Bretaña

El trabajo de la policía y los servicios secretos británicos se encuentran asistido por el de sus homólogos de Estados Unidos, Francia, España y Alemania, según los informa el ministro británico de Interior, Charles Clarke. Por su parte, el ministro alemán del Interior, Otto Schily, elogió el trabajo de los británicos, y aseguró su apoyo, también porque 3 de los heridos son de nacionalidad alemana.

Londres en tensa calma

La mayoría de las declaraciones coinciden en que un ataque así se temía desde hace mucho tiempo, por estar en segundo lugar en la lista de los objetivos perfilada por la organización islamista Al Qaeda. Los atentados hicieron concreto el temor que se tenía y puso de manifiesto la vulnerabilidad de los Estados ante los sistemas de terrorismo. Por más que endurezcan las leyes antiterroristas -como la nueva normativa británica que permite el permite el arresto domiciliario de sospechosos terroristas, nacionales o extranjeros-, ¿cómo controlar el flujo de millones de personas que circulan por los sistemas de transporte de las grandes ciudades?

La compañía de transportes públicos londinense ha pedido a la población que reporte inmediatamente cualquier paquete o actividad sospechosa. Los usuarios deben llevar sus pertenencias y sus basuras consigo, para evitar alarmas innecesarias. Si bien muchos medios resaltan la calma británica con la que se desenvuelve toda la situación a pesar de lo dramático del asunto -cuya mayor prueba es la continuación de la agenda programada para la Cumbre del G8-, el ministro Clarke no descarta nuevos atentados y la alarma cunde en Londres.