THE GUARDIAN, de Londres, escribe: "Ahora sabemos que el 7 de julio no sólo se registró el peor atentado terrorista en la historia británica, sino también el primer ataque suicida sobre suelo de Gran Bretaña. Que esos seres humanos quisieran matar y morir es malo. Pero que, como parece, hayan nacido y crecido en este país, es peor. Nuestra seguridad no aumentaría si rechazáramos a todo solicitante de asilo político y echáramos a todo inmigrante ilegal. Este ataque vino de adentro".

"Un shock para los británicos"

El diario alemán RHEINISCHE POST, de Düsseldorf, escribe: "El resultado de las investigaciones es un shock para los británicos. Las huellas llevan a inmigrantes de origen paquistaní con pasaporte británico, que le declararon la guerra a su nueva patria. Su relación con círculos de extremistas islamistas y su rango en las células terroristas todavía no están claros. Parece que los cuatro murieron en los atentados. Si ello sucedió ex profeso, el terror de los atentados suicidas ha llegado hasta el corazón de Europa. Y nos veríamos confrontados con un nuevo tipo de amenaza. Los seres humanos que no aman la vida no pueden tampoco ser disuadidos ni amenazados".

"Seguramente seguirán otros atentados"

El diario STUTTGARTER NACHRICHTEN, de Stuttgart, comenta: "Cinco días después de los atentados, los investigadores creen haber identificado a los terroristas. Si ello se confirma, se trata de un éxito tan rápido como sorprendente, que muestra cuán detalladamente las fuerzas de seguridad han juntado durante años datos sobre potenciales terroristas. Las autoridades británicas contaban con un atentado. Minutos después de producido echó a andar su maquinaria, programada para el día X. La mala noticia: seguramente seguirán otros atentados".

"Educados para odiar a Occidente"

El diario SUD-OUEST, de Francia, comenta: "El mito del terrorista que proviene de Argelia o Afganistán, que en el fondo nos tranquilizaba y hacía conservar nuestra conciencia limpia puede haber sido echo pedazos con los atentados en el metro de Londres. El islamismo radical recluta cada vez más nuevos acólitos también en Francia. El perfil típico de esos extremistas no puede sorprender a nadie: viven en focos de tensión social, no tienen profesión alguna, a menudo no tienen trabajo y algunos han estado ya en prisión. Son franceses, pero fueron educados o ganados para odiar a Occidente".

"El islamismo como amenaza"

El diario SABAH, de Turquía, escribe: "El primer ministro Blair dijo a los musulmanes en el país que deseaba colaborar con ellos, para que se transformaran en la voz moderada del Islamismo moderado. Pero esa promesa no alcanza para permitir dormir tranquilos a los más de 1,5 millones de musulmanes en Gran Bretaña. Al contrario, el racismo y el fanatismo religioso surgidos en Londres después de los atentados es una prueba de que el odio recién comienza. Una situación similar se registró el año pasado en los Países Bajos, donde un fanático marroquí mató a cuchilladas al cineasta Theo van Gogh. En el mes posterior a ese asesinato se registraron 174 atentados contra escuelas islámicas y mezquitas. Pero lo peor fue que los Países Bajos se vieron obligados a poner en tela de juicio su modelo de tolerancia. También a Blair se exige ahora tomar medidas, ya que el número de quienes ven al islamismo como una amenaza para Occidente crece día a día".