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Los 100 días de Benedicto XVI

28 de julio de 2005

Cien días lleva Joseph Ratzinger en el trono de San Pedro. Diversos periódicos europeos aprovechan la oportunidad para hacer balance de lo que ha sido hasta ahora el pontificado de Benedicto XVI.

Benedicto XVI recién elegido.Imagen: AP

El periódico alemán Westfälischer Anzeiger opina: "La velocidad y la unidad con que se eligió a este Papa fue una señal. Pero sólo en una dirección: se esperaba que el sucesor de Juan Pablo II mantuviera el legado de su gran antecesor. Es ni más ni menos lo que ha hecho Benedicto XVI en los primeros 100 días de su pontificado. Sonriente y abierto en el contacto con su rebaño, serio y cerrado en su defensa de un bastión espiritual y moral. Quien haya esperado otra cosa peca de ingenuidad. Matrimonios homosexuales y matrimonios 'a prueba' fueron condenados como anarquismo, la eucaristía para divorciados y casados en segundas nupcias, que añoran tantos creyentes, sigue siendo un tabú. Además, en Roma reina el silencio ecuménico."

Paciente búsqueda

La Repubblica de Roma, apunta: "El mensaje de Benedicto XVI es claro: el nuevo Papa no quiere enfrentar los serios problemas que pesan sobre la Iglesia Católica y las otras iglesias cristianas con respuestas preconcebidas. Él quiere reflexionar en conjunto, buscar, aprender. En el tranquilo valle de Aosta, Joseph Ratzinger comenzó a trazar los rasgos de su Pontificado. (...) Mientras que Karol Wojtyla fue para muchos algo parecido a un nuevo Moisés, que llevó a la Iglesia a través del umbral del nuevo milenio, Ratzinger se presenta como un explorador. Un Papa que reconoce los males de la institución eclesiástica y busca nuevos caminos, con humildad y paciencia."

El Papa silencioso

El conservador ABC, de Madrid, comenta: "Benedicto XVI cumple hoy cien días de pontificado. Discreto y ajeno a la escenografía y las muestras de fervor popular que, hasta el último momento, rodearon el pontificado de su antecesor en la silla de Pedro, el Papa termina hoy sus vacaciones en los Alpes para afrontar un curso en el que reformará la estructura de la Curia y publicará su primera encíclica programática. Será entonces cuando los fieles puedan percibir la talla espiritual de un Pontífice cuya elección fue saludada con prejuicios y grandes dosis de intolerancia, y comprobar la hondura de su mensaje, que adelantará, a mediados de agosto y ante millones de jóvenes, en la Jornada Mundial de Colonia. El Papa silencioso se prepara para dirigirse al mundo tras cimentar, durante tres meses de trabajo callado, los altavoces del Vaticano.