Los alemanes no quieren consumir
28 de julio de 2004Tal la conclusión a la que se arriba en el último estudio sobre el "clima de consumo" en el país, realizado por el instituto de investigaciones de mercado GfK. De acuerdo con los resultados del sondeo, todos los indicadores importantes para el clima de consumo señalan hacia abajo, también en las tendencias a largo plazo.
En otras palabras: los alemanes tienen miedo al futuro y no están dispuestos a comprar artículos de consumo de alto precio, ni a endeudarse. Ello a su vez hace estancar o disminuir las ventas de las empresas y por lo tanto también el producto interno: un círculo vicioso.
Miedo a más reformas
Un vocero del GfK dijo que muchos alemanes temen quedar al final como "perdedores del debate en torno a las reformas". Desde hace tiempo, los sistemas sociales están siendo puestos en tela de juicio en el país, por problemas de financiación.
A ello se ha agregado en los últimos días un debate público en torno a la posibilidad de eliminar la protección del despido para nuevos empleados o trabajadores.
Según los defensores de esa posición, ello haría aumentar el empleo, ya que las empresas no temerían contratar personal, sabiendo que lo pueden despedir sin problemas si las ventas disminuyen.
El grito en el cielo
Los sindicatos han puesto el grito en el cielo y las alas sociales de todos los partidos políticos se han distanciado de inmediato de tales imprudencias. No obstante, la población, que tiene fino olfato para otear los vientos que se vienen, desconfía.
Como consecuencia y para evitar males mayores, todo el mundo aprieta sus euros y no gasta más de lo necesario. Ni qué hablar de endeudarse, por ejemplo para comprar un vehículo nuevo o construir una casa.
De esa forma, también las empresas son prudentes a la hora de realizar inversiones, encargar maquinaria nueva o gastar dinero en avisos publicitarios. Toda la economía tiende así a la baja. El fenómeno no es monetario, sino psicológico. No es que la población no tenga dinero, sino que no lo quiere gastar, ni qué hablar de tomar créditos.
Consumo en el exterior
En junio aún, el clima de consumo se había perfilado más positivo, dando esperanzas a políticos y empresarios de que por fin el mercado interno levantara vuelo. Por ahora, lo que salva a la economía alemana son las exportaciones, que baten un récord tras otro. Es decir, que lo que no consumen los alemanes, se consume en el exterior.
El instituto GfK realiza su estudio sobre el clima de consumo una vez por mes. Éste proporciona indicios acerca de cómo los alemanes estiman el desarrollo de la economía en general y su situación personal de ingresos.
Además permite sacar conclusiones acerca de la propensión de los consumidores a realizar adquisiciones mayores. Para el sondeo se entrevistan en la primera quincena de cada mes unas 2000 personas, representativas de todas las capas de la sociedad.