Los militares rusos juegan un papel decisivo en los éxitos del presidente Bashar al Assad, dice el general Igor Konashenkov, portavoz de las Fuerzas Armadas Rusas, en entrevista exclusiva con DW.
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DW: Sr. Konashenkov, hace sólo unas semanas aviones militares rusos sobrevolaban el cielo de Siria. Ahora parece que la situación se ha calmado. Las tropas rusas, sin embargo, siguen en el país. ¿Qué están haciendo?
Konashenkov: Los asesores militares rusos están implicados en la preparación de operaciones militares como la liberación de Palmira, Al Qaryatayn y otros grandes enclaves del Estado Islámico (EI). Enseñan a los expertos sirios el conocimiento necesario para el manejo de las armas que ponemos a su disposición como parte de nuestra cooperación. Y, naturalmente, participamos en la preparación de estas operaciones.
Sorprendentemente, los cazas rusos desaparecieron del cielo sirio con la misma facilidad con la que llegaron. A pesar de ello, el país sigue lleno de terroristas. ¿Ha cumplido Rusia con su misión de liberar a Siria de terroristas?
No, su impresión es equivocada. Los aviones rusos siguen en la base aérea de Khmeimim. Y seguimos teniendo tantos como necesitamos. Se trata de aviones modernos y helicópteros que siguen realizando operaciones de combate actualmente. El objetivo son los grupos terroristas. Nuestros especialistas cumplen también una misión humanitaria, como la de desminar y limpiar la antigua ciudad de Palmira de explosivos. El objetivo es que todos podamos seguir admirando lo que la humanidad creó hace miles de años.
¿Cómo es su cooperación con otros países, como por ejemplo Estados Unidos?
Muy activa en el contexto de los acuerdos para el proceso de reconciliación de las partes en conflicto y el cese de las hostilidades. En nuestra base siria de Khmeimim hemos establecido un centro de observación parecido al que tienen los estadounidenses en Amán (Jordania). Estamos en contacto diariamente. Informamos inmediatamente a nuestros colegas americanos sobre los incumplimientos, sean del tipo que sean, del alto el fuego y ellos, hay que reconocerlo, comparten con nosotros toda la información que reciben a través de sus canales. Problemática es actualmente la situación en Alepo. Hasta donde sabemos, en la ciudad hay concentrados más de 1.000 combatientes fuertemente armados sobre todo del grupo Jabhat al-Nusra. Cuentan con armas pesadas, numerosos vehículos blindados y tanques.
El 13 de abril se elegirá un nuevo Parlamento en Siria. Parece un momento muy inoportuno. No está habiendo campaña electoral y el país sigue en guerra. ¿Qué cree usted, qué tipos de elecciones serán?
Es difícil decir si el país está preparado para ello o no. Todo es relativo. Sí, de acuerdo a los estándares europeos el país no está listo. Pero en algún momento habrá que empezar. El proceso político debe comenzar de alguna forma. Viajo mucho por el país y veo cómo es Siria, cuán diferente es. La mentalidad, el modo de vida de las personas, la religión. Pero todas esas personas llevan miles de años viviendo juntas. Creo que, como a muchos otros, hay que darles la oportunidad de recuperar el control del país. Y nosotros precisamente no debemos perturbar ese proceso, sino apoyarlo.
¿Qué queda de Palmira?
En 2015, el Estado Islámico impactó al mundo al destruir monumentos de la antigua ciudadela de Palmira. Una exposición en Colonia muestra dibujos que documentan el esplendor de esas maravillas de la humanidad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Artista, arquitecto, arqueólogo
Como muchos de quienes viajaron hacia Oriente en el siglo XVIII, el artista francés Louis-François Cassas provenía de una familia de clase acomodada. Su padre era marqués y agrimensor real. En 1785, Louis-Francois estuvo dos meses en Palmira, haciendo croquis de prácticamente todas las ruinas de ese legendario centro cultural de la Antigüedad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Lo que quedó
Cassas encontró solo ruinas en Palmira. Sin embargo, en lugar de dibujar lo que veía, intentó reconstruir la ciudad y poner sobre el papel su antiguo esplendor. El museo Wallraf-Richartz de Colonia tiene 123 de esos dibujos en su colección. Algunos de ellos fueron restaurados para la exhibición "Palmira: ¿qué queda?", que también muestra la destrucción provocada por los terroristas en la región.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Oasis para comerciantes
Palmira está ubicada a medio camino entre Damasco y la frontera con Irak. Erigida entre los siglos I y III d. C., los monumentales edificios se mantenían bien preservados, como mudos testigos de la magnificencia de la ciudad greco-romana. Caravanas de comerciantes trasladaban especias, gemas preciosas y ropas a la ciudad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Diferentes estilos e influencias
Con el tiempo, Palmira fue mezclando su arquitectura greco-romana con estilos locales. El teatro romano semicircular tiene una fachada diseñada al estilo de un palacio oriental. En ese escenario se presentaban obras en arameo.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Marczok
Fascinación con la historia
Artistas y arquitectos han intentado desde fechas tan tempranas como el siglo XV revivir el espíritu de la antigua ciudad. Pero la perspectiva de Cassas era única: usando colores diferentes, distinguió la arquitectura existente de la imaginaria en sus dibujos. El negro representa a la realidad, el rojo señala sus reconstrucciones.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
El centro de la vida religiosa
El templo de Bel fue construido hacia fines del siglo II d. C. bajo dominio romano. Bel era el equivalente local para el dios griego Zeus. La arquitectura combina tradiciones arquitectónicas romanas y griegas, con la adición de ornamentaciones orientales.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Perdido para siempre
El templo de Baalshamin, de aproximadamente dos mil años de antigüedad y una de las estructuras más completas halladas en Palmira, fue una de las maravillas destruidas por el Estado Islámico. Baalshamin, el "Señor del Cielo", era una de las deidades supremas de Palmira.
Imagen: Reuters/Stringer
Cuánto se perdió y cuánto queda
La Gran Columnata fue la principal avenida de la ciudad. Allí había tiendas a ambos lados de la calle, además del mercado del Ágora, un teatro y un complejo de baños romanos. Cuánto destruyeron los fanáticos del Estado Islámico y cuánto quedará para la posteridad es hoy un misterio. Habrá que esperar que las fuerzas del gobierno sirio terminen de expulsar a los insurgentes de la región.