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“Los biocarburantes son sólo una parte del problema”

Luna Bolívar Manaut14 de abril de 2008

316 millones de euros se requieren para hacer frente a la crisis alimentaria global, dice el Banco Mundial. La cantidad sólo sirve como solución de emergencia, advierte en Alemania la ONG Ayuda Mundial contra el Hambre.

Protestas en Haití: el hambre desata las iras, y éste país no seré el último si no se actúa.Imagen: AP

Unos 100 millones de personas podrían sucumbir en la más extrema pobreza, 33 países verse afectados por graves conflictos sociales y una creciente inestabilidad política. El terremoto del hambre ha pasado ya por Haití, pero hará tambalear a otros si la Comunidad Internacional no actúa rápido, coinciden en señalar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La culpa la tiene la comida, que es cada vez más cara. Y los biocarburantes, que llenan depósitos con lo que debería colmar platos, aseguran entre tanto hasta los ecologistas. Pero, ¿es la gasolina “verde” la única responsable? DW-WORLD habló con Simone Pott, portavoz de la ONG alemana Welt Hunger Hilfe, Ayuda Mundial contra el Hambre.

DW-WORLD: Hace unas semanas, Naciones Unidas pidió ayuda a la Comunidad Internacional para su mermado Programa Mundial de Alimentos. Ahora el llamamiento a enfrentar con determinación la crisis alimentaria proviene del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, ¿cómo describiría usted la situación actual?

Al Programa Mundial de Alimentos de la ONU se le acaban las reservas.Imagen: AP

Simone Pott: La situación es dramática. Los principales afectados por la subida de los precios de los alimentos son los más pobres entre los pobres. Es decir, aquí están pagando los platos rotos las personas que de por sí tienen poco dinero y poco para comer.

Al Gobierno de Haití se le ha resquebrajado ya toda la vajilla… ¿Con qué escenario cuenta usted si la Comunidad Internacional no se decide a actuar?

Muchos gobiernos en los países en desarrollo se encuentran bajo presión. Cada vez van a ser más las personas que salgan a la calle para protestar y llamar la atención sobre su situación. Y si además se produjeran contratiempos climáticos graves, como sequías o inundaciones, el problema del hambre en el mundo se agudizaría aún más, y en ese caso tendremos que enfrentarnos de nuevo a muertes por desnutrición a gran escala.

¿Qué países serían los más afectados?

Los países que de por sí se ven más afectados por todo. En el Caribe por supuesto Haití, en África Liberia, Sierra Leona, Somalia, Sudán... Los pobres de este mundo.

El precio del arroz casi se duplicó el año pasado.Imagen: AP

¿Cuándo percibieron ustedes los primeros despuntes de esta crisis?

Suena un poco absurdo, pero llevamos años denunciando este proceso. Llevamos años reclamando que se invierta más dinero en las regiones rurales, que se incentive el desarrollo de la agricultura en los países del Tercer Mundo… ¡Lo que hoy se exige a la clase política lo llevamos pidiendo nosotros desde hace una década!

Los biocarburantes se han convertido en el blanco de todas las críticas, ¿son éstos el verdadero problema?

Los biocarburantes son sólo una parte del problema. Tres motivos han desencadenado la crisis actual, y uno de ellos son realmente los biocarburantes. Pero también ha influido la mejora de las condiciones de vida en los países en desarrollo. En China e Indica cada vez más personas pueden permitirse comer carne. Y para producir carne se necesitan grandes cantidades de cereales: se requieren tres kilos de cereales por cada kilo de carne de cerdo que se produce, y son incluso siete kilos en el caso de la carne de vacuno. El tercer motivo lo encontramos en la subida del precio de los carburantes fósiles, que encarece el transporte, la maquinaria, los fertilizantes… Todo lo que tiene que ver con la agricultura cuesta ahora más dinero.

Y sin embargo, nada genera comentarios tan duros como los biocarburantes, ¿se han convertido en el chivo espiatorio de la crisis?

Quizás sean el chivo espiatorio, pero creo que es importante destacar que la situación del medio ambiente en el Primer Mundo no puede mejorarse haciendo padecer hambre al resto del planeta. Las consecuencias deberían haberse tenido en cuenta antes y los países deberían haberse pensado mejor las cuotas de bioetanol que fijaban.

Biocarburantes, cambio climático, especulación. ¡Siga leyendo!

Estudiantes protestan en Haití contra el desmesurado precio de los alimentos.Imagen: picture-alliance/ dpa

Los biocarburantes no deben competir con la industria alimentaria: esta advertencia circula desde hace años. De repente, los políticos y ecologistas que le restaron importancia se presentan como los grandes detractores de los biocarburantes, ¿por qué no se han dado cuenta hasta ahora?

Creo que la dimensión de esta crisis les ha pillado por sorpresa. Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo la actual subida del precio de los carburantes fósiles no fue predecible, y durante años se ha ignorado que las condiciones de vida en los países en desarrollo estaban mejorando. Ahora sufrimos las consecuencias de una combinación de tres factores que se han infravalorado.

¿Debería la Unión Europea prescindir de sus planes para los biocarburantes?

Tendría por lo menos que replantear las cuotas fijadas o buscar alternativas.

Los alimentos son para llenar estómagos, se queja el Banco Mundial.Imagen: AP

Porque la lucha contra el cambio climático sigue siendo importante... al fin y al cabo, dice Naciones Unidas que son los países del Tercer Mundo quienes, de nuevo, van a sufrir principalmente sus consecuencias…

Desde luego. Las consecuencias del cambio climático las podemos observar ya hoy en muchos países en desarrollo, donde se están produciendo largos periodos secos y, de pronto, inundaciones año tras año. Eso también provoca que baje la producción de alimentos.

También se apunta a la especulación en los mercados agrícolas como causante de la crisis, ¿a qué se debe esa especulación?

En las bolsas mundiales, los cereales no son más que una mercancía como cualquier otra. Con sus cursos y acciones también se hace negocio. Cuando los precios suben, como es el caso, los productos agrícolas se convierten en un modo de ganar dinero.

¿Aumenta la especulación cuando el cumplimiento de los objetivos climáticos pasa por el uso de biocarburantes?

Claro. Si la clase política emite señales de que se quiere aumentar la cantidad de biocarburantes que se consume, el negocio con los productos agrícolas se vuelve atractivo.

El Banco Mundial pide a la Comunidad Internacional que contribuya con 316 millones de euros a frenar esta crisis, ¿basta con las donaciones para atajar el problema?

Con estas donaciones se asiste a corto plazo a los países en situación de emergencia, pero a largo plazo hay que invertir en las regiones rurales e incentivar el desarrollo de la agricultura en los países del Tercer Mundo.

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