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Mursi bajo presión

Matthias sailer/eu17 de noviembre de 2012

Tras los bombardeos israelíes en Gaza, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, intenta satisfacer a sus electores y a Estados Unidos. Sin embargo, la escalada de violencia podría poner en peligro la paz con Israel.

Imagen: Reuters

Solo varios cientos de islamistas se reunieron tras las oraciones de los viernes en la Plaza Tahir, en El Cairo, si bien gritaban con furia contra los bombardeos en la Franja de Gaza y pedían el fin de Israel. A través de un megáfono, un predicador salafista tildó de mentirosos a Estados Unidos y a Europa porque siguen apoyando a Israel. “Los dictadores de antañ,o tolerados por Occidente, han desaparecido y han dejado el paso libre a las fuerzas musulmanas”, dijo aleccionando a los oyentes, aludiendo a las décadas de apoyo de Occidente a dictadores amigos de Israel como Hosni Mubarak.

Mohammed está satisfecho con la actuación del presidente Mursi.Imagen: DW

Apoyo a Mursi

Pero la atmósfera se mantuvo tranquila. Los manifestantes apoyaron, en principio, la reacción de su presidente, Mohammed Mursi, a los bombardeos de Gaza. “Fue una medida acertada que Mursi haya llamado a consultas a su embajador en Israel, y también que haya enviado a su primer ministro a Gaza”, dijo Mohamed, un hombre de 33 años.

El presidente Mursi prácticamente ha agotado todas las posibilidades diplomáticas para protestar contra la actuación de Israel en Gaza. Calificó los bombardeos de inaceptables y solicitó la celebración de una reunión de urgencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Pero sabe muy bien que estas medidas no tienen efecto ante el derecho de veto de Estados Unidos, el principal aliado de Israel. Mursi ordenó la apertura del paso fronterizo de Rafah para evacuar a los heridos palestinos para que sean tratados en hospitales egipcios y hacer posible el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza.

También tuvo que enviar a su primer ministro a Gaza para mantener a la población contenta. “Ahora tenemos libertad, podemos opinar abiertamente y protestar en las calles en apoyo a Gaza. Si estuviéramos todavía bajo el régimen de Mubarak, iríamos a parar a la cárcel”, explicó Nour El-Din Selim, un manifestante salafista.

El presidente egipcio, Mohammed Mursi.Imagen: Getty Images

Obama pide a Mursi mediar entre Israel y Hamas

Mursi se encuentra bajo una enorme presión interna. No importa cuán peleados estén los partidos políticos egipcios entre sí, los une el odio común hacia Israel. Una reacción débil haría desplomarse la popularidad del presidente democráticamente electo. El próximo año hay elecciones y antes, un referéndum sobre la nueva Constitución. El liderazgo de los Hermanos Musulmanes, el hogar político de Mursi, convocó a realizar manifestaciones el pasado jueves.

El que haya enviado a su primer ministro, Hischam Kandil a una visita de tres horas a Gaza, es algo que muchos egipcios han tomado muy en cuenta. También Nour El-Din Selim: “Es una buena medida. Eso demuestra a la población palestina que el pueblo egipcio y su gobierno están con ellos, que no están solos”.

De manera que los pocos manifestantes en la Plaza Tahir se deben a la inteligente actuación de su presidente. El presidente estadounidense, Barack Obama había pedido previamente a Mursi que actuara como mediador entre Israel y la organización Hamás, que administra la Franja de Gaza.

Muro en Jerusalén.Imagen: picture-alliance/dpa

Reactivación económica de Egipto

Sin embargo, las declaraciones del primer ministro egipcio seguramente no deben haber gustado a Israel. Kandil dijo que “la Revolución egipcia no se detendrá hasta que terminen los ataques, hasta acordar una tregua, hasta que haya una paz amplia y justa y hasta que exista un Estado palestino con Jerusalén como capital”. La dividida Jerusalén como capital de un Estado palestino sería intolerable para Israel, por lo que es difícil interpretar las declaraciones de Kandil como intentos de mediación.

Mursi no puede estropear sus relaciones con Estados Unidos, pues necesita su apoyo para impulsar la deteriorada economía egipcia. Sin una reactivación económica, ni los Hermanos Musulmanes ni Mursi lograrán consolidarse en el poder. Y es Estados Unidos el que decide, en buena parte, si Egipto recibirá ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) o no.

Autor: Matthias Sailer/ eu

Edición: Cristina Papaleo

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