Los canguros pueden aprender a comunicarse con los humanos
18 de diciembre de 2020
Un grupo de investigadores encontró que los canguros tienen la capacidad de comunicarse y pedir ayuda a los humanos, comportamiento que se le atribuye solo a especies domesticadas como el perro, el gato o el caballo.
Imagen: Cai Yang/Xinhua/picture alliance
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Los canguros pueden aprender a comunicarse con los humanos de manera similar a como lo hacen los perros domésticos, usando su mirada para "apuntar" hacia algún objeto y pedir ayuda, lo que les entregaría una mayor función cognitiva de la que se creía hasta ahora, según concluyeron unos investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia, y la Universidad de Roehampton, en el Reino Unido.
En el estudio se analizó el comportamiento de 11 canguros que vivían en cautiverio, pero que no habían sido domesticados. Diez de los 11 marsupiales miraron atentamente a los investigadores cuando no pudieron abrir una caja con comida, según el informe. Nueve miraron alternamente al humano y al contenedor, como una forma de indicar o hacer un gesto hacia el objeto.
"A través de este estudio, pudimos ver que la comunicación entre animales se puede aprender. Y que el comportamiento de mirar a los humanos para acceder a los alimentos no está relacionado con la domesticación", dijo Alan McElligott, un investigador irlandés que dirigió el estudio.
"Interpretamos esto -el comportamiento de los canguros- como una forma deliberada de comunicación, es una petición de ayuda", agregó McElligott, quien es especialista en comportamiento animal y bienestar social.
Los hallazgos desafían la idea de que solamente los animales domésticos como perros, caballos o cabras se comunican con los humanos, y sugiere que muchos otros animales podrían captar cómo transmitir un mensaje con sentido para los humanos, afirma el documento.
"Anteriormente pensábamos que los animales domésticos eran los únicos que tratan de pedir ayuda con un problema, pero los canguros también lo hacen", destacó la co-investigadora Alexandra Green de la Universidad de Sidney.
"Si no pueden abrir la caja, miran al humano y después al contenedor. Algunos de ellos usaron su nariz para empujar a la persona. Y algunos se acercaron al humano y comenzaron a arañarlo pidiendo ayuda", concluyó la científica.
De esta manera, el estudio demuestra resultados positivos que "deberían conducir a más investigaciones cognitivas, más allá de las especies domésticas habituales", concluyó McElligott.
JU (rtre, nytimes.com, cnnespanol.cnn.com, elconfidencial.com)
Arriesgar la vida por canguros huérfanos
Las llamas ardían a su alrededor. Pero Gary Wilson y Julie Willis no abandonaron su propiedad al este de Australia. En lugar de huir de los incendios forestales, cuidaron de los canguros huérfanos y heridos.
Imagen: Reuters/J. Silva
Bocas hambrientas las 24 horas del día
A Gary Wilson y Julie Willis les gusta compartir su sala de estar con sus tiernos invitados. Durante 25 años, la pareja ha cuidado de animales salvajes huérfanos en su propiedad, en la comunidad australiana de Wytaliba. Incluso cuando los incendios forestales amenazaron su vida, a principios de noviembre de 2019, la pareja no abandonó a sus hijos adoptivos.
Imagen: Reuters/J. Silva
Padres adoptivos por convicción
Cuidar animales es un trabajo de tiempo completo. Cada dos o cuatro horas, los canguros bebé necesitan beber leche. Solo por esa razón, era imposible que Gary Wilson y Julie Willis salieran de su casa durante los incendios. Cuando los pequeños "joeys", como los australianos llaman a los canguros pequeños, están completamente desarrollados, son liberados en la naturaleza por sus padres adoptivos.
Imagen: Reuters/J. Silva
Entre un mar de llamas
El fuego ya había llegado a la propiedad de la pareja australiana, cuando ambos decidieron: "Nos quedamos aquí y luchamos". Con extintores de fuego y bombas de agua combatieron los incendios forestales. Su casa se salvó m ilagrosamente de las llamas, y todas las crías de animales sobrevivieron.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Himbrechts
Mamíferos en peligro
Normalmente, los dos australianos cuidan a los bebés de animales salvajes cuyas madres han sido atropelladas. Pero desde que comenzaron los incendios, la cantidad de huéspedes se ha multiplicado. Canguros heridos, uómbats sedientos y equidnas hambrientos encuentran su camino hasta la casa de la pareja.
Imagen: Reuters/J. Silva
De vuelta a casa
¿Hay alguien en casa? Una vez que un canguro es liberado en la naturaleza, normalmente no regresa. Pero durante los incendios, muchos "exhuéspedes" se refugiaron con Wilson y Willis. Por supuesto, estaban felices de volver a verse, incluso si la sala de estar parecía cada vez más pequeña.
Imagen: Reuters/J. Silva
Un equipo fuerte
Julie Willis y Gary Wilson sacrifican tiempo y dinero por sus hijos adoptivos. Y si es necesario, incluso arriesgan sus vidas. ¿Pero para qué? "Creemos que vale la pena", dice Julie Willis. "Cuidamos a nuestros bebés, ya sean canguros, equidnas o uómbats."