Los "chalecos amarillos" pierden energía en Francia
19 de enero de 2019
El movimiento parece perder brío en paralelo al inicio del gran debate organizado por Macron para recoger sus reivindicaciones.
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La décima jornada de protesta del movimiento de los "chalecos amarillos" se saldó este sábado (19.01.2019) con manifestaciones menos numerosas y más pacíficas, una pérdida de energía que coincide con el inicio del debate con el que el presidente, Emmanuel Macron, quiere contrarrestar el desafío.
A falta de cifras oficiales, el número de manifestantes está muy lejos de los 280.000 que el Gobierno contó el pasado 17 de noviembre cuando comenzó un movimiento que, con el paso de los días, ha logrado un cambio de rumbo de la política del Ejecutivo. El apoyo en las calles ha ido en descenso, tanto en las protestas de los sábados como en los bloqueos de carreteras y rotondas que jalonan el país.
En París, el escenario de las principales manifestaciones que comenzaron hace dos meses, la jornada se saldó con una marcha por las calles de la ciudad sin incidentes, hasta el final, cuando comenzaba a caer la noche, y llegaron a la explanada de los Inválidos. Allí se encontraron con un impresionante despliegue de antidisturbios que les aguardaba. El Gobierno desplegó 80.000 agentes, 5.000 de ellos en la capital.
Hasta ese momento, la manifestación había transcurrido sin problemas, controlada por un servicio de orden puesto en marcha por los propios "chalecos amarillos". Pero en la explanada el panorama mutó. Aparecieron manifestantes enmascarados que comenzaron a desafiar a los policías. Siguieron los lanzamientos de objetos, adoquines y mobiliario urbano, que fueron respondidos con pelotas de goma, gases lacrimógenos y alguna carga aislada para proceder a detenciones.
En total, superaron la veintena en virtud de la nueva doctrina adoptada por el Ejecutivo para combatir con arrestos preventivos la violencia que ha marcado hasta ahora los sábados de protesta de los "chalecos amarillos". La dureza policial atenuó la amplitud de los disturbios, pero no evitó que planeara sobre la ciudad el fantasma de las imágenes bélicas de los días precedentes. Fue menos intenso.
El mismo panorama se repitió en otras ciudades del país, donde los "chalecos amarillos" mostraron sus quejas, gritaron sus eslóganes contra el presidente y blandieron sus pancartas reivindicativas en paz, hasta que en al final de las manifestaciones se repitieron algunas escaramuzas con la policía. El otro punto caliente fue Burdeos, al suroeste del país, donde también hubo roces entre manifestantes violentos y la policía.
El movimiento parece perder brío al tiempo que desciende el apoyo popular registrado en las encuestas, en paralelo al inicio del gran debate organizado por Macron para recoger sus reivindicaciones. El presidente pretende que durante los dos próximo meses los franceses acudan a ayuntamientos y otros establecimientos públicos para confrontar pareceres, elevar sus quejas y proponer soluciones, que se compromete a traducir en leyes.
EAL (efe)
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¿Por qué protestan los "chalecos amarillos" en Francia?
Las concesiones del presidente Emmanuel Macron no han logrado disipar las protestas, marcadas por la violencia. Acá revisamos una cronología de estas manifestaciones, que se han tomado las calles francesas.
Imagen: Reuters/G. Fuentes
Caída libre de Macron
Desde que fue elegido, en mayo de 2016, la popularidad de Emmanuel Macron no ha parado de caer, no solo por sus discutidas políticas financieras sino también por su actitud, que muchos consideran arrogante. Pero fue su propuesta de subir el impuesto a los combustibles, una medida ambientalista, la que desató los problemas. Un video que se volvió viral acusó a Macron de estar "cazando conductores".
Imagen: Reuters/C. Platiau
Protestas a nivel nacional
El malestar, aireado primero en redes sociales, pasó a las calles: más de 290.000 personas protestaron, el 17 de noviembre de 2018, usando los fosforescentes chalecos amarillos que los conductores galos deben tener en sus vehículos por ley. Al menos una persona murió y más de 150 fueron detenidas. Coordinados a través de redes sociales, los "chalecos amarillos" carecen de estructura y liderazgos.
Imagen: Reuters/E. Gaillard
Choques y destrucción
El Gobierno de Macron dijo que mantendría su curso, y las marchas continuaron. El 24 de noviembre, unas 100.000 personas protestaron en todo el país, de ellas, 8.000 en París, donde se desató la violencia. La Policía se enfrentó con manifestantes en los Campos Elíseos (foto) usando gases lacrimógenos y cañones de agua. Los daños a la propiedad fueron estimados en más de un millón de euros.
Imagen: Reuters/B. Tessier
Concesiones ante la presión
Los "chalecos amarillos" se convirtieron en un problema para Macron. Si bien al comienzo se negó a ceder, luego propuso ajustar la medida según el precio del petróleo. Los manifestantes no se mostraron satisfechos y volvieron a las calles el 1 de diciembre, desatando el caos. Macron convocó un comité de crisis y el 5 de diciembre, en medio de amenazas de más protestas, descartó el impuesto.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Guay
París bloqueado
Macron, sin embargo, se negó a restituir el impuesto a la riqueza y rechazó otros pedidos de los manifestantes, que exigen su renuncia. Es difícil clasificar a los "chalecos amarillos", toda vez que tienen apoyo de extremistas de derecha e izquierda. El 8 de diciembre hubo protestas a nivel nacional. Vehículos blindados tomaron las calles de París cuando buena parte de la ciudad quedó bloqueada.
El 10 de diciembre, Macron respondió con un discurso televisado desde el Palacio del Elíseo. Más de 21 millones de personas vieron el tono conciliatorio que adoptó el mandatario, quien aceptó su parte de la responsabilidad en la crisis. Introdujo nuevas medidas, incluyendo un alza del salario mínimo, pago de horas extraordinarias libres de impuestos y exenciones fiscales a los jubilados.
Imagen: Reuters/L. Marin
Descontento en el vecindario
Mientras tanto, las protestas de los "chalecos amarillos" traspasaron las fronteras y llegaron a Bélgica, donde los manifestantes expresaron su malestar por los altos impuestos y los precios de los alimentos, así como los bajos salarios y pensiones. Agentes antidisturbios respondieron con cañones de agua, luego de que los manifestantes lanzaran piedras contra la oficina del primer ministro.
Imagen: Reuters/Y. Herman
Calma de fin de año
Las protestas siguieron hasta fines de diciembre en Francia, aunque la masividad disminuyó visiblemente. Eso no desalentó a los líderes oficiosos del movimiento, que usaron las redes sociales para llamar a continuar con las movilizaciones. En la víspera del Año Nuevo, varias celebraciones parisinas contaron con personas que, en ánimo festivo, se unieron a la fiesta con "chalecos amarillos".
Imagen: Reuters/C. Hartmann
Prometen seguir en 2019
Cualquier esperanza de que el cambio de año calmaría las aguas se disiparon cuando, el 5 de enero, una nueva ronda de protestas congregó a unas 50.000 personas, más que las últimas de 2018, aunque menos que en los inicios del movimiento. En París, algunos manifestantes se enfrentaron con la Policía, incendiaron vehículos y atacaron edificios gubernamentales. Macron condenó la violencia.
Imagen: Reuters/G. Fuentes
También puede haber protestas pacíficas
Vistiendo chalecos amarillos, varios cientos de mujeres marcharon por París este 6 de enero, en un esfuerzo por restaurar la imagen pacífica de las protestas. En un momento de la manifestación, las mujeres se pusieron de rodillas para recordar con un minuto de silencio a las diez personas muertas y a aquellos que han resultado heridos desde que comenzó el movimiento.