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Los chats filtrados que sacuden al Poder Judicial en Brasil

Thomas Milz
11 de junio de 2019

Chats filtrados entre el ex juez federal Sérgio Moro y la unidad anticorrupción "Operación Lava Jato" muestran acuerdos ilegales en la condena del expresidente Lula da Silva.

Brasilien Präsident Jair Bolsonaro und Justizminister Sergio Moro
El presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Justicia Sergio MoroImagen: Imago Images/Fotoarena/R. Buhrer

"Esto son absurdos acuerdos secretos entre los jueces y la Fiscalía", dice el politólogo Sérgio Praça, de la Fundacion Getúlio Vargas, a DW sobre los chats filtrados entre el exjuez Sergio Moro, quien ahora ocupa el cargo de ministro de Justicia, y los fiscales de la "operación Lava Jato". El lunes (10.11.2019), el periodista de investigación estadounidense Glenn Greeenwald publicó las conversaciones realizadas por el servicia de mensajería Telegram en su sitio web "The Intercept". Esto desencadenó un terremoto político en Brasil.

En las conversaciones, Moro informa a los fiscales y hace arreglos con ellos. Eso está prohibido por la ley en Brasil, ya que el juez debe ser imparcial "En cualquier otro país, esto sería un escándalo que obligaría inmediatamente al ministro a dimitir y desencadenaría inmediatamente investigaciones internas contra los fiscales", dijo Praça. De hecho, las investigaciones internas se iniciaron el lunes.

Dudas sobre las pruebas contra Lula

Concretamente, se trata del caso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien fue condenado por Moro a mediados de 2017 por lavado de dinero y corrupción. Fue sólo una de varias acusaciones contra Lula en el escándalo de corrupción que rodeó al gigante energético semiestatal Petrobrás. Desde 2014, el Poder Judicial ha descubierto una gigantesca red de corrupción en la que han participado numerosos políticos de casi todos los partidos, gerentes de empresas estatales y empresarios influyentes.

El mayor triunfo de la investigación fue el arresto de Lula en abril de 2018, quien al parecer recibió un departamento de lujo en el pueblo costero de Guarujá como muestra de gratitud por el trato privilegiado que recibieron algunas empresas. El expresidente lo niega. En las conversaciones, ahora publicadas, el investigador jefe Deltan Dallagnol expresa  dudas sobre la validez de las pruebas contra Lula.

El blogger y periodista Glenn Greenwald.Imagen: Reuters

Los chats probablemente fueron robados por hackers. Por lo tanto, no pueden ser utilizados en los tribunales. "En última instancia, sin embargo, no es tan importante si se trata de un ataque de hackers, porque la información es de interés público", dice Sérgio Praça. En 2016, el propio Moro publicó una conversación telefónica grabada ilegalmente entre Lula y la entonces presidenta Dilma Rousseff, recuerda el politólogo. "Ahora que hay algo en su contra, de repente ya no es válido."

¿Un arresto para impedir la candidatura de Lula?

El ministro de Justicia Moro defendió el lunes las conversaciones entre jueces y fiscales como "normales". Praça lo ve de otra manera: "Esto es absurdo. Si las conversaciones entre jueces e investigadores están a la orden del día, también son corruptos porque esto está prohibido en Brasil. El juez debe ser imparcial y no debe manipular las pruebas", subraya. Por otra parte, esto no demuestra automáticamente la inocencia de Lula. Todavía hay más demandas y numerosas pruebas contra el político, dijo Praça  a DW.

Sin embargo, las revelaciones han ensombrecido el trabajo del poder judicial brasileño. Las manipulaciones deliberadas para impedir que el Partido dos Trabalhadores (PT) de Lula gane las elecciones de octubre de 2018 son particularmente graves. De las grabaciones de las entrevistas se desprende que tanto Moro como los investigadores trataron de perjudicar al candidato del PT, Fernando Haddad. Haddad había sido el candidato sustituto  después de que a Lula se le negara presentarse debido a su arresto.

En ausencia de Lula, el populista de derecha Jair Messias Bolsonaro, enemigo declarado de Lula, había ganado las elecciones. Pocos días después de su triunfo, anunció que nombraría al Juez Federal Moro como nuevo Ministro de Justicia. La defensa de Lula presentó entonces una moción para anular su condena por la parcialidad del juez. Después de que los chats comprometedores fueran publicados el lunes, el presidente de la Corte Suprema de Brasil, Gilmar Mendes, volvió a colocar la moción de defensa de Lula en la agenda.

Ahora, dice Praça, la reputación de todo el Poder Judicial brasileño puede sufrir enormes daños. "Es un horror descubrir que, para arrestar corruptos, fue necesaria mucha corrupción. "No puede se puede hacer colusión entre poderes para poder arrestar a corruptos."

(gg/cp)

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