El mito latinoamericano ahora en Alemania
8 de noviembre de 2012Desde hace diez años se presentan en Alemania y la gente no deja de preguntarles cómo se llama la música que hacen. Para no tener que enunciar cada vez la variedad de ritmos de los que se sirven, se inventaron lo que llaman el “estilo chupa”; un estilo que, esperan, en pocos años se convierta en su sello distintivo.
Engendro “chupasangre” mezclado con Frankenstein
Se trata de un fenómeno musical que toma su nombre de la mítica criatura con dientes de vampiro que fue noticia en toda América Latina a mediados de los años noventa. “Muchos creían que se trataba de un vampiro gigante, otros que de un extraterrestre, y no faltaron quienes dijeron que era un proyecto de los Estados Unidos que había quedado fuera de control. Todas las teorías conspirativas imaginables”, bromea Josué Avalos, miembro mexicano de la banda.
Y muchas personas, de México a Chile, tomaron sus precauciones en contra de este monstruo: “En mi pueblo hubo incluso quienes colgaron cruces en la puerta de sus casas para que el “chupacabras” no pudiera entrar”, comenta el músico. Y añade: “Nos pusimos ese nombre porque hasta el momento no se sabe qué era exactamente el chupacabras. Con nuestra música pasa lo mismo, nadie sabe qué tipo de música es.”
Como si esto no fuera suficiente, en su página web los Chupacabras se comparan con Frankenstein: “Somos el Frankenstein moderno, los restos entretejidos de las culturas que están desapareciendo, pero bajo nuestras costuras vibra la energía caliente de la vida.” Y esa energía, lo saben sus seguidores, se percibe en el ritmo del “estilo chupa”.
Rap con raíces multiculturales
Todo comenzó hace diez años, cuando Richard Guerra Medina, del Perú, y el español Miguel Igler se conocieron en una escuela de la ciudad de Colonia. En sus viajes diarios en tren hasta la escuela surgió la idea de empezar a hacer rap.
Poco después se les unió el mexicano Josué Ávalos, quien desde hacía algunos meses buscaba darse a conocer como cantante y guitarrista en la misma ciudad. Hoy en día, los Chupacabras es una banda compuesta por siete hombres y una mujer, una mezcla de músicos latinos y alemanes que llevan consigo un ambiente festivo dondequiera que se presentan. “Hacemos lo que nos gusta. Con nosotros no hay límites”, recalca Ávalos.
En los últimos diez años, la música de la banda fue evolucionando. Quienes fueron llegando aportaron sus gustos e ideas musicales, pasando por el jazz y el folclore latino. Además, desde la llegada de la chilena Pía Miranda, la agrupación cuenta con una voz femenina.
Los conciertos y la barrera idiomática
“Celebrar y pasarla bien” es el lema de los Chupacabras, pero su música también busca transmitir un mensaje: “Quienes componemos las canciones somos extranjeros, y de ahí que el tema de la inmigración sea importante para nosotros”, dice Ávalos.
Con canciones como “Fábulas del Primer al Tercer Mundo” los “Chupas” ponen el dedo en la llaga. “Muchos no se dan cuenta de que no es posible tener tanto bienestar, sin que otras personas, en otros lugares, la estén pasando mal. Y es algo que siempre repito: Para que podamos comprar camisetas y calzado baratos aquí, mucha gente en otros países tiene que trabajar por sueldos de hambre.”
A pesar de que algunos de sus integrantes extranjeros llevan tiempo viviendo en Alemania, las letras les salen más fluidas en español que en alemán. Es por ello que algunas veces a su público no le resulta fácil entenderlos. “Es un tema que siempre discutimos”, reconocen. “Cuando se canta en español, es normal que en un concierto de 1.000 personas no todos coreen las canciones. Con frecuencia denunciamos algo en ellas, y la gente celebra y festeja porque no entiende el sentido de lo que estamos diciendo.” Por esa razón, la agrupación trata de incluir siempre en su repertorio algunas canciones en alemán.
En la actualidad, después de su trabajo "Leyendas Urbanas", los Chupacabras trabajan en su tercer disco y se preparan para celebrar en grande su décimo aniversario con sonidos con sabor internacional hechos en Colonia.
Autora: Suzanne Cords/Andrés Villegas
Editora: Cristina Papaleo