Los productos alemanes, especialmente los coches, han conquistado Hollywood. La agencia Interbrand analizó todos los éxitos del cine en Estados Unidos del año 2004 en busca de la presencia de marcas para analizar cuál fue la empresa que tuvo mayor éxito al presentar subrepticiamente sus productos.

Junto a marcas estadounidenses, las alemanas resultaron campeonas de la promoción subliminal. En el ranking global Mercedes logra situarse en un octavo lugar, seguido de Audi, BMW, Puma y Siemens. Los primeros lugares los ocupan grandes compañías estadounidenses: Coca Cola a la cabeza, seguida de Motorola y Nike.

El Audi del futuro

A pesar de ocupar sólo un noveno lugar, Audi logra el golpe más sorprendente. En la categoría de alcance, la casa automotriz alemana se sitúa en el primer puesto. Todo gracias a la película "I-Robot", con Will Smith en el papel principal.

Audi creó un nuevo modelo especialmente para esta película situada en un imaginario año 2035. Se trata del deportivo Audi RSQ con puertas de ala. Según Eric Felber, vocero de Audi, su empresa se convirtió así en la primera que desarrolla un modelo especialmente para una película. El efecto fue sorprendente: en más de 40 países se informó sobre el coche del futuro. En Google hubo días en las que se registraron 37.000 búsquedas por Audi RSQ.

La cooperación con Audi la propuso el director de "I-Robot", Alex Proyas, conductor privado de la marca de los cuatro anillos. Conjuntamente con diseñadores estadounidenses, los ingenieros de Audi produjeron el modelo del futuro. Un coche que incluso funciona y que actualmente se encuentra de gira.

Cuestión de imagen

La compañía automotriz alemana no pagó ni un centavo por esta enorme promoción. De hecho, este tipo de anuncios cobra cada vez más importancia. Las empresas incluso estudian los guiones de la película y se interesan por los actores principales para ver si representan la imagen que les interesa. Obviamente se prefiere que sea el bueno de la película el que conduzca su coche, pero si los malos son "cool" no hay ningún impedimento. Así sucedió por ejemplo en "Matrix Reloaded" o "Ronin".

Los grandes consorcios automovilísticos, que en la vida real no gustan de la competencia, no tienen nada en contra de que en el mundo de celuloide sus coches compitan, después de todo esto sólo subraya su grado de interés. Como sucedió en la película de "Misión Imposible 2" en la que Tom Cruise conduce un Porsche y se enfrenta en carrera con una bella conductora de Audi.

El ejemplo de E.T.

Mientras que Audi no pagó nada para presentar su coche en las películas, no todas las empresas se comportan tan soberanamente. Según la agencia publicitaria Interbrand hay compañías que pagan sumas estrafalarias por que sus productos participen en una película. CNN cita al analista Abram Saber, de Interbrand, quien afirma que Ford pagó millones de dólares para poder presentarse en la película "Die Another Day" de James Bond.

Todo esta tendencia comenzó en 1982 con "E.T.". En esta película, Elliot trata de atraer al extraterrestre ofreciéndole caramelos de colores. Después de estrenada la cinta, las ventas de la empresa "Reese´s Pieces" crecieron estrepitosamente: una nueva y lucrativa plataforma publicitaria había nacido.