COVID-19: concentradores de oxígeno caseros son peligrosos
1 de febrero de 2021
En las redes sociales mexicanas se propagaron las imágenes de la elaboración de un dispositivo artesanal que promete ayudar a los pacientes con coronavirus. Los especialistas son claros en desaconsejar su utilización.
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Al calor del agravamiento de la pandemia en México, presuntos médicos y enfermos de COVID-19 promueven en redes sociales la elaboración de dispositivos artesanales para mejorar la oxigenación de los pacientes, pero especialistas y autoridades advierten contra su uso por su inefectividad y potencial riesgo para la salud.
En videos compartidos cientos de miles de veces entre usuarios mexicanos, unas personas afirman haber creado un concentrador de oxígeno a partir de bombas de aire como las de una pecera o los nebulizadores medicinales.
Estos contenidos surgieron en enero, cuando en Ciudad de México la ocupación hospitalaria superó el 90% por la pandemia. A mediados de mes, algunas personas tenían que hacer hasta cinco horas de fila para adquirir o rellenar tanques de oxígeno, que en algunos casos apenas duran 60 minutos y cuya demanda aumentó 700% desde fines de diciembre.
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Los concentradores caseros dan una falsa sensación de seguridad
Los especialistas estiman que, por la complejidad con la que trabaja un concentrador de oxígeno, no es posible su fabricación doméstica y advierten que los mecanismos que se muestran en redes sociales carecen del rendimiento requerido por un paciente con bajos niveles de oxígeno en la sangre, por lo que puede generar una falsa sensación de seguridad.
Un concentrador, según las especificaciones técnicas publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016, está diseñado "para concentrar el oxígeno a partir del aire ambiente" y suministrarlo al paciente con hipoxemia, es decir, con bajos niveles de oxígeno en sangre.
El dispositivo separa el oxígeno del nitrógeno mediante filtros, explicó Nicolás Roux, jefe de Rehabilitación y Cuidados Respiratorios del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina. El COVID-19 es una de las enfermedades que "afectan la capacidad de los pulmones de realizar un correcto intercambio de gases, es decir, eliminar dióxido de carbono y recibir oxígeno", añadió Roux.
El coronavirus "ocasiona neumonía, una infección que inflama uno o ambos pulmones y se pueden llenar de líquido o material purulento (...) Por eso el paciente presenta falta de aire y baja su oxigenación", dijo por su parte Ramón Aguilar, presidente en México de la Sociedad Latinoamericana de Cuidados Respiratorios.
La razón para dar oxígeno, explicó Aguilar, es ayudar a las zonas de los pulmones sin líquido ni material purulento a oxigenar mejor y disminuir o eliminar la falta de aire, y de eso modo reducir el trabajo del corazón.
Abrir o morir en CDMX
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Lo puede "llevar a la muerte"
"Por la complejidad de su funcionamiento y por ser un equipo de uso medicinal no es posible su fabricación de manera casera", advirtió Roux.
Por su parte, Aguilar explicó que los dispositivos que se muestran en redes sociales hacen circular aire con una concentración de oxígeno idéntica a la del ambiente, aproximadamente 21%, mientras que un paciente con hipoxemia requiere niveles de 90%. En sus especificaciones técnicas sobre estos dispositivos, la OMS establece una concentración estándar mayor a 82%
"Una consecuencia de usar un compresor de aire es que el paciente seguirá oxigenando mal al no recibir una concentración alta de oxígeno (...), su corazón trabajará más y corre el riesgo de lesionar las partes del pulmón sanas y esto al final le puede llevar a la muerte", alertó Aguilar.
Durante una conferencia de prensa el 21 de enero, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, reportó haber visto uno de los videos y advirtió: "Nos preocupa que se pierda tiempo con la esperanza de que eso va a resultar y al paso de quizá horas o días, muy pocos días, se deteriore la persona".
Con 1,8 millones de contagios y más de 155.000 defunciones, México solo es superado por Estados Unidos y Brasil en número absoluto de fallecidos por COVID-19.
JU (milenio.com, afp)
El coronavirus satura un cementerio en México
México es uno de los países más afectados. La tasa de mortalidad en la ciudad de Neyahualcóyotl ha dejado al cementerio municipal al límite. El fotógrafo Jonathan Alpeyrie documentó la desesperación entre sus muros.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
No hay sitio para tantos muertos
En el cementerio municipal de la ciudad de Nezahualcóyotl, que se encuentra justo al este de Ciudad de México, las tumbas se apilan una encima de la otra para garantizar que haya espacio para el descanso eterno. Pero la pandemia de coronavirus lo está llevando al límite. Los trabajadores se ven obligados a retirar los ataúdes, incluidos los de los bebés, para dejar espacio a los recién llegados.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Ataúdes por el suelo
El ataúd de un bebé que había ocupado un nicho durante un tiempo fue retirado y dejado en el piso. Si las familias no se ocupan de la tumba, los restos se retiran para que un nuevo ataúd pueda reemplazarlo. El cementerio intenta comunicarse con la familia para ver qué quieren hacer después, pero si no reciben respuesta, los restos se incineran y las cenizas se vuelven a enterrar en fosas comunes.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Golpeado fuerte por el coronavirus
México ha sido muy golpeado por el COVID-19. Hasta el 25 de julio, era el cuarto país más afectado, con 42.645 muertes y 378.285 infecciones totales. Nezahualcóyotl ha sufrido especialmente. Un barrio pobre antes de convertirse en ciudad, es el municipio más densamente poblado de México, con más de 15.000 personas por kilómetro cuadrado. El virus ha podido propagarse fácilmente aquí.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Un punto caliente alrededor de la Ciudad de México
Muchos residentes viven de sus pequeños negocios, cuenta el fotógrafo Jonathan Alpeyrie, lo que les imposibilita dejar de trabajar durante largo tiempo. Durante la crisis muchos intentaron continuar con su vida diaria para llegar a fin de mes. Esto ha cobrado un precio enorme: el virus se ha difundido y ha convertido a Nezahualcóyotl en una de las zonas más afectadas en torno a Ciudad de México.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Bloqueo 'levantado demasiado rápido'
Los mensajes de salud pública abundan en la zona, como en este cartel: "que esta no sea tu última salida". Pero abundan también críticas a la respuesta del gobierno. Muchos argumentan que implementó su bloqueo demasiado tarde y levantó las restricciones demasiado pronto. El alcalde de Nezahualcóyotl, Juan Hugo de la Rosa, dijo al NYT que coincidía con que las medidas se habían relajado muy pronto.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Los trabajadores del crematorio sienten la presión
La gente ha muerto a un ritmo tal que no ha sido posible encontrar tumbas para todos. Muchos de los muertos son incinerados. Los trabajadores del crematorio en Nezahualcóyotl dijeron a la agencia de noticias AFP que están incinerando ocho o más cuerpos al día. Entrar en contacto con tantas familias en duelo es difícil, dicen, y también están preocupados por contraer el virus ellos mismos.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Elegir casa en lugar de hospital
Muchas familias están cuidando a miembros con COVID-19. La magnitud de la crisis ha reducido la confianza de la gente en los servicios de salud. Según Alpeyrie, las ambulancias y los hospitales son vistos como lugares donde el virus se propaga más rápido. Tras un diagnóstico positivo de COVID-19 en el hogar, muchas familias se niegan a dejar que sus seres queridos sean llevados al hospital.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Atropellado
Fue lo que pasó con este joven, explica Alpeyrie. Fue víctima de un atropello por parte de un conductor que se dio a la fuga. Recibió tratamiento en el lugar por parte de los paramédicos. Mientras lo evaluaban, determinaron que era probable que hubiera contraído COVID-19. Llamaron su familia, que llegó a la escena del accidente para evitar que se lo llevara la ambulancia.
Imagen: Polaris Images/Jonathan Alpeyrie
Cuidado por la familia
Su familia se negó a dejar que los paramédicos lo metieran en una ambulancia y lo llevaran las urgencias del hospital, dice Alpeyrie. En cambio, decidieron llevarlo a su casa en un automóvil y cuidarlo ellos mismos, pensando que es mejor para él estar allí que en el hospital de Nezahualcóyotl.