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Partido de Merkel pierde la brújula, en medio de la pandemia

Kay-Alexander Scholz
24 de marzo de 2021

La pandemia y su gestión no es la única crisis que atraviesa la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su ala bávara (CSU), apenas a unos meses de las elecciones generales en Alemania.

Imagen: Markus Schreiber/AP Photo/picture alliance

El Gobierno de Angela Merkel da marcha atrás. Tras anunciar una serie de restricciones más duras para Semana Santa en un intento de detener la propagación de la tercera ola de la pandemia del nuevo coronavirus, la canciller alemana ha reculado en una reunión de crisis convocada por sorpresa este miércoles (24.03.2021). El giro de 180 grados sería, presuntamente, resultado de las fuertes críticas que generaron las decisiones entre la población.

Merkel ha declarado que "cometió un error" y pidió "perdón" a la ciudadanía por haber  contribuido a la "incertidumbre" en la pandemia.

La decisión de este miércoles ha tomado por sorpresa al país, pues llega apenas día y medio después del anuncio de esas restricciones especiales y del alargamiento del confinamiento hasta mediados de abril -que se mantiene- y ha generado una sensación de que el Gobierno alemán no controla del todo la situación.

La pandemia y las restricciones para combatirla no son el único problema que tienen los conservadores de Merkel. Los sondeos no son muy prometedores para la CDU: desde hace semanas, el apoyo a los cristianodemócratas alemanes ha caído.

Y ello pese a que Alemania manejó relativamente bien la primera ola de la pandemia, algo que los votantes atribuyeron a la buena gestión de Angela Merkel y al bloque de la CDU con su socio bávaro, la CSU. La CDU llegó a alcanzar un 40% de apoyo en los sondeos.

Pero con la llegada de la segunda ola de COVID-19, los números empezaron a bajar. Cada vez parece más plausible algo que hasta hace muy poco cualquiera hubiera dado por imposible: que tras las elecciones generales de septiembre haya un Gobierno sin la CDU, que estaría posiblemente formado por una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.

Un año después de las primeras medidas contra la pandemia de coronavirus, casi dos tercios de los alemanes están descontentos con la manera en que el Gobierno federal ha gestionado la crisis, de acuerdo con un sondeo de opinión de YouGov. A este descontento ha contribuido la comparación a escala internacional de la campaña de vacunación, pues la lentitud de Alemania ha irritado a la población. Ambos partidos cristianodemócratas, tanto la CDU como la CSU, se ven perjudicados por este problema, pues ambos confían en su imagen de gestores de crisis experimentados y competentes en lo económico.

Ganar dinero con la crisis del coronavirus

Además, dos recientes elecciones regionales han supuesto duros golpes para la CDU. A esto se suma lo que se ha venido a llamar el escándalo de las mascarillas: un puñado de diputados de la CDU y la CSU habrían hecho negocios con fabricantes de mascarillas al comienzo de la pandemia, cuando estas todavía escaseaban, y se habrían embolsado comisiones de hasta seis cifras. Los sospechosos acabaron renunciando a sus cargos.

Esta mezcla actual es explosiva, opina el politólogo Thorsten Faas. "Todavía no se ha decidido quién será candidato a canciller y escasean las opiniones programáticas, considera el analista. "En cambio, confiaron manifiestamente en que ganarían prestigio con la confianza y el buen gobierno, pero justo por eso es tan peligroso el escándalo de las mascarillas".

Los nombres de más peso para la candidatura a la cancillería parecen ser el de Armin Laschet, líder de la CDU, y Markus Söder, que encabeza la CSU. La lucha por la sucesión de Merkel lleva años en marcha.

Una díficil fase transición para la CDU

Uno de los temas con los que la CDU ha logrado ganarse la confianza de la ciudadanía en el pasado es la economía.

Pero es difícil encontrar otros grandes temas en los que destaque el partido. En términos de programas, la CSU/CDU es un poco mimética. Merkel tomó de Los Verdes gran parte de su política ambental, difuminando así las diferencias. El ascenso de la ultraderechista AfD impulsó a la CDU a recuperar antiguos temas como la política migratoria o un combate más estricto de la criminalidad.

Así, la CDU está donde se ha posicionado estos últimos años en las campañas electorales: en el centro. Pero este centro se ha estrechado mucho y la pandemia ha revelado sus dificultades de conteniido. "Parece que el partido no sabe hacia dónde quere ir", dice Faas. "No hay nadie que lo dirija de manera indiscutible".

La búsqueda durante años de un sucesor o sucesora para Merkel ha dejado al partido más inseguro y planteado una gran pregunta: ¿seguir el curso de Merkel, o inclinarse hacia el conservadurismo? "La CDU/CSU no encuentra sosiego. Y todo en plena pandemia y a pocos meses de unas elecciones generales", dice Faas. "Este año todo es posible".

(eal/ers)

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