Para calcular cuánto le está costando a las arcas alemanes la acogida de refugiados se necesitan datos fiables. Y eso es precisamente lo que falta. Aquí una visión general sobre el fenómeno.
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El número de refugiados
Ni siquiera se conoce con exactitud el número de refugiados que hay en Alemania. Entre septiembre de 2015 y finales de julio de 2016 fueron registradas 900.623 personas en el sistema informático “Erstverteilung der Asylbegehrenden” (Primer reparto de solicitantes de asilo), EASY.
La cifra, sin embargo, no es fiable, ya que las personas se registran de forma anónima, sin nombre ni número de pasaporte. Es por eso que “no se pueden descartar registros doble o errores”, explica una portavoz de la Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF, por sus siglas en alemán).
“Por desgracia no es posible asegurar cuántas de esas personas registradas siguen viviendo de Alemania, puesto que no se recogen datos personales”, añade.
Lo que por lo menos sí es seguro es que cada vez llegan menos migrantes a Alemania. En junio de 2016, EASY registró 16.300 personas. En enero la cifra fue de 91.600.
El número de solicitudes, sin embargo, sigue creciendo, debido a la sobrecarga de la administración y la lentitud con la que se tramitan. Según BAMF, 441.899 personas presentaron una primera solicitud de asilo en 2015. Este año la cifra aumentó hasta las 468.762, solo hasta el mes de julio. Aún está por verse cuántos de ellos se quedarán en el país. El año pasado la cuota fue de casi el 50 por ciento. Este año está siendo mayor al 60 por ciento.
Costos estimados
Los refugiados deben ser atendidos, alojados, alimentados. Diversos institutos de economía alemanes han tratado de calcular a cuánto ascienden los costos. La mayoría cree que el costo por refugiado y por año podría estar entre 12.000 y los 20.000 euros. Dependiendo del método y la situación, los márgenes son muy variables.
Utilizando estudios como éstos y otros propios, el Ministerio Federal de Finanzas estima que “los costos relacionados con el asilo” entre 2016 y 2020 ascenderán a 99.800 millones de euros, es decir, aproximadamente 20.000 millones de euros al año.
¿Costo o inversión?
El hecho de que todos los gastos sean una carga es algo, al menos, discutible. Los Estados Federados han creado 15.813 nuevas plazas de maestros para formar a los refugiados, según una investigación de la revista Wirtschaftswoche. En total serán necesarios 25.000 nuevos maestros en escuelas y centros formativos, además de 14.000 educadores para ocuparse del cuidado de los niños, sin contar miles de trabajadores sociales y psicólogos.
Este tipo de gastos para la integración y formación de refugiados no debería catalogarse como costo puro, sino como una inversión, dejo Christian Proano, profesor de Economía en la Universidad de Bamberg a Deutschlandradio. “Estas inversiones podrían impulsar el crecimiento económico de Alemania en el futuro, y al mismo tiempo podrían contribuir a los fondos de la seguridad social”.
Mercado de trabajo
Las grandes empresas, además, anunciaron en otoño de 2015 su intención de contratar y capacitar refugiados. Hasta ahora los casos han sido escasos. Las 30 compañías más potentes de Alemania, que en total dan empleo a 3,5 millones de personas, hasta finales de junio habían contratado de forma permanente a tan sólo 54 refugiados, según una investigación del Frankfurter Allgemeine Zeitung. 50 de ellos trabajan para la empresa Deutsche Post (Correos).
La Agencia Federal para el Empleo informó que 136.000 solicitantes de asilo encontraron trabajo en Alemania hasta el mes de agosto, 30.000 más que un año antes. La mayoría de estas personas, sin embargo, llegaron al país antes del verano de 2015.
Y es que según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio Alemana (DIHK, por sus siglas en alemán), la aclaración del permiso de residencia y el aprendizaje de alemán requieren tiempo. En promedio toma 22 meses que los jóvenes comiencen a formarse.
El gobierno federal espera que el número de desempleados en Alemania aumente de 2,7 a más de 3 millones hasta 2020.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.