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Cuba: se asoma el ajuste económico más drástico en décadas

27 de diciembre de 2023

A la larga crisis económica y el éxodo masivo se suman los temores ante el paquetazo económico que las autoridades de Cuba han anunciado para 2024.

Escasa decoración de Navidad en La Habana.Imagen: Alexandre Meneghini/REUTERS

Pocas guirnaldas, escasos árboles navideños y menos entusiasmo popular están marcando las últimas jornadas de este 2023 en Cuba. Amén de algún que otro festejo aislado, el espíritu de este diciembre parece más marcado por la incertidumbre que por la celebración. A la larga crisis económica y el éxodo masivo se suman los temores ante el paquetazo económico que las autoridades de la Isla han anunciado para 2024.

Aunque ya el gobernante Miguel Díaz-Canel ha salido a tratar de parar los rumores y asegura que los recortes no forman parte de un proceso "neoliberal", todos sabemos que los dirigentes cubanos tienen su propio glosario de términos. A los desempleados los han llamado por décadas con el casi amable eufemismo de "trabajadores disponibles", a la crisis de los año 90 la etiquetaron como "Período Especial" y a la embestida que confiscó todos los negocios privados en 1968, incluyendo los cajones de los limpiabotas, le pusieron el tan heroico nombre de "Ofensiva revolucionaria".

Conociendo ese gusto por nombrar las cosas a su manera, está claro que a las autoridades no les gusta nada que se les adelanten en bautizar los fenómenos y momentos por los que ha atravesado la realidad cubana. Pero, bastaron unos minutos desde que el primer ministro, Manuel Marrero, comenzó a desgranar ante el Parlamento los ajustes económicos que vendrán con el nuevo año, para que la palabra "paquetazo" corriera por las redes y los servicios de mensajería instantánea. Se trata de tijeretazos que irán destinados a cercenar subsidios mientras, por otro lado, se aumentan precios. 

"Plan de choque"

A ese grupo de acciones también le quedaría bien la definición de "plan de choque", otra de las frases que a la prensa oficial cubana tanto le gusta usar cuando habla de otros países. Lo que viene, a grandes rasgos, incluye la subida de precios de productos y servicios y el fin del subsidio universal a la canasta de alimentos básicos. Tras las declaraciones de Marrero, varios funcionarios se han apresurado a asegurar que la "libreta" del mercado racionado no se eliminará, pero sin garantizar que, tras 60 años de existencia, se mantendrá para todos los consumidores.

Yoani Sánchez.

El paquetazo también comprende el aumento del 25% en la tarifa eléctrica al 6% del sector residencial que más consume y pasar a cobrar en divisas los combustibles a los turistas. El coste del abastecimiento de agua se triplicará para quienes no tienen un dispositivo contador y repuntará un 25% el precio del cilindro de gas licuado. También se aplicarán nuevas tarifas a los servicios de transportación de pasajeros. Además, Marrero advirtió sobre una "revisión" de la cantidad de personas que actualmente forman parte de la nómina estatal, lo que augura numerosos despidos.

Preocupación general

Es evidente que en una sociedad donde el asistencialismo, el igualitarismo ramplón y el mercado racionado se han usado no solo como mecanismos de distribución de bienes y productos, sino también como una forma de control social y político, los anuncios ante el Parlamento han levantado una ola de preocupación tanto en la gente común como en los propios funcionarios. Mientras al interior de los hogares se teme un encarecimiento, aún mayor, de los alimentos y los productos básicos, en las oficinas climatizadas de instituciones y ministerios sospechan que las medidas alimentarán protestas populares o acelerarán la emigración, que golpea duramente al sector laboral, especialmente la plantilla de trabajadores cualificados.

En el aire se siente la aprensión. Una inquietud que los cubanos manifiestan por estos días con un fin de año de pocas fiestas y escasos arbolitos navideños. Cuando se cruzan a un amigo o conocido en la calle, ni siquiera se atreven a usar una de esas frases hechas y formales que se acostumbra a decir por estos días. Nadie pronuncia el sarcástico pronóstico de que 2024 "será mejor". 

(ers)

 

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