Disturbios en Baltimore
29 de abril de 2015Deutsche Welle: Las protestas en Baltimore se iniciaron pacíficamente hasta que de la multitud surgió una primera piedra, a partir de ese momento una parte de la ciudad estalló en violencia. ¿Qué lectura hace usted de lo sucedido?
Sam Fulwood: Los sucesos siguieron un patrón previsible que conocemos de muchos disturbios en zonas urbanas, que se remontan a la década de los 60. Y precisamente porque era previsible que ocurriera estábamos en condiciones de haberlo evitado.
Lo que ocurre es lo siguiente. Supongamos que tenemos una acción policial en una zona urbana marcada por la pobreza. La gente está enojada y se manifiesta lanzando piedras. En el peor caso y eso no ocurrió en Baltimore, comienzan a disparar. La policía por lo general reacciona con una fuerza desmesurada. Al final lo que tenemos es un vandalismo creciente.
Pareciera que bajo la superficie se estuviera tensando la situación hasta que estalla tras un choque. ¿Cómo se explica esa carga de ira?
Para algunos habitantes de comunidades urbanas la vida es considerablemente injusta. Incluso cuando esta injusticia apenas si es percibida por el resto de la sociedad. En esas comunidades el desempleo y los altos índices de pobreza son una realidad. Hay pocas ofertas laborales y de actividades recreativas. Todo lo que hace la vida placentera es ahí escaso. La gente que habita esas zonas sabe muy bien que otros tienen una vida mejor y esa injusticia les enoja. A mi lo que me sorprende es que no haya más protestas.
¿Se refiere usted a los disturbios?
Tal vez no a los disturbios de estas dimensiones, pero más protestas callejeras y desobediencia civil. El hecho de que no haya más demuestra la paciencia de esa gente.
Lo que ha pasado en Ferguson, Cleveland, Carolina del Sur y ahora Baltimore, habla de una repetición periódica de enfrentamientos con la policía que desemboca en disturbios. ¿Es esto inevitable?
Yo creo que este tipo de disturbios son evitables. Mire lo sucedido en Carolina del Sur, eso fue notable. Cuando se supo que un policía había disparado contra un negro desarmado, la ciudad de North Charleston y su policía local reaccionaron adecuadamente. El policía fue detenido y sometido a una acusación, eso redujo las tensiones.
¿Considera usted que el gobernador de Maryland y la alcaldesa de Baltimore reaccionaron adecuadamente?
La escalada de violencia era previsible. Yo creo que ciudades como Baltimore tendrían la posibilidad de lidiar mejor con este tipo de tensiones.
El presidente Obama señaló que los norteamericanos deberían reflexionar sobre cómo romper este ciclo de violencia. ¿Qué pasos sería necesarios dar?
Estos enfrentamientos están profundamente enraizados en nuestro país. En muchas instancias oficiales no hay una disposicion a reconocer esto. Por supuesto, necesitamos una mejor policía. En muchas ciudades es necesaria una capacitación policial. También la gente tiene que hacer más por asegurarse de que sus barrios sean más seguros.
Sam Fulwood es investigador en el Think Tank Center for American Progress, con sede en Washington.