Van Gaal será reemplazado por sus asistentes Andries Jonker y Hermann Gerland durante los 5 partidos restantes del campeonato.

DW-WORLD hace un recuento de los tres temas que llevaron a las directivas del club de Múnich a acelerar la partida del controvertido entrenador holandés:

Por perder hasta la esperanza

Después de una temporada como la pasada, cuando el Bayern con van Gaal ganó la Bundesliga, la Copa Alemana y disputó la final de la Champions League, es evidente que el balance actual del entrenador es una completa desilusión: ninguna posibilidad de ganar la liga, eliminados de la Copa Alemana, eliminados de la Champions League. Tres títulos posibles, tres títulos que no serán para el equipo de Múnich.

Cuando las directivas del equipo alemán decidieron deshacer el contrato vigente con Louis van Gaal a partir del verano al entrenador se le encomendaron cumplir dos metas; la primera alcanzar la fase de cuartos de final de la Champions League, algo que tras el triunfo en Milán sobre el Inter (1-0) era casi seguro en octavos de final pero que sin embargo con una derrota en Múnich se fue al trasto.

La segunda era terminar por lo menos tercero en la Bundesliga asegurando un cupo a la próxima Champions League, cuya final se juega en la Allianz Arena, el estadio del Bayern. El empate a un gol de este sábado en Nuremberg, y la victoria del Hannover 2-0 sobre el Maguncia, relegó a los muniqueses a la cuarta posición del torneo. Las directivas no sólo perdieron el resto de confianza que aún tenían en el entrenador holandés, también las esperanzas de que éste rescatara lo mínimo y por eso consideraron que era mejor despedirlo inmediatamente en vez de esperar hasta el final de una temporada que a su juicio se enrumba con seguridad hacia un desastre de grandes proporciones.

Por su manejo del personal

Defensas jugando de delanteros, volantes formando en la defensa y un arquero veterano y seguro enviado a la banca para abrirle espacio a un juvenil talentoso pero inexperto a quien se le encargó la responsabilidad de enfrentar la parte más crítica de la temporada.

Louis van Gaal no sólo es el responsable del nacimiento de nuevas estrellas internacionales como Thomas Müller que gracias a su apoyo saltó a la fama, también es el entrenador que a lo largo de casi todo un año se trenzó en una disputa de egos con el ídolo mundial francés Franck Ribéry, el que espantó de Múnich al capitán de la selección brasilera Lucio, el que generó la partida del argentino Martín Demichelis, el goleador italiano Luca Toni y el capitán de Holanda y el Bayern Mark van Bommel.

El trato de van Gaal con sus jugadores tenía características muy particulares y estos tenían que asumir papeles en el equipo que no eran los suyos. Así, el brasilero Luiz Gustavo, uno de los mejores medios de recuperación de la Bundesliga cuando estaba en Hoffenheim, fue enviado a jugar de lateral izquierdo y últimamente ha sido defensor central; el ucraniano Anatoliy Tymoshchuk corrió igual suerte; para el central belga Daniel van Buyten las cosas fueron a la inversa, en vez de ser enviado a la cancha a defender se le puso en varias ocasiones de delantero.

Pero como el presidente del Bayern, Uli Hoeness, reveló en rueda de prensa “todo empezó a ir mal cuando el entrenador tomó la decisión de sacar de la portería a Jörg Butt y entregarle el puesto como arquero titular a Thomas Kraft”. El curtido guardameta Butt fue degradado por van Gaal y ni siquiera las malas actuaciones de su sucesor, así como la apretada situación del club en la clasificación, hicieron posible una restitución.

Por su pelea con las directivas

En esa rueda de prensa quedó al descubierto cuan deteriorada estaba la relación entre van Gaal y las directivas, a las que no les bastó un comunicado oficial para dar a conocer el despido del entrenador sino que convocaron a los medios de comunicación para darle rienda suelta a su frustración y su descontento.

En ella se escucharon duras afirmaciones contra el holandés, por ejemplo "Es un cuento de hadas eso de que los jugadores respaldaban a van Gaal", "A van Gaal las excusas del Mundial se le acabaron en diciembre, pero los problemas seguian allí sin soluciones y sin excusas" (Hoeness); “los capitanes del equipo, Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger, fueron informados y estuvieron de acuerdo, lo que demuestra cómo estaba el equipo” (Karl-Heinz Rummenigge, directivo del club).

El presidente del Bayern incluso responsabilizó tangencialmente al entrenador saliente de los ataques de la afición en su contra en torno a una posible contratación del arquero de la selección alemana Manuel Neuer diciendo que sin su decisión de imponer a Kraft en la titularidad, algo a lo que se opuso la directiva, “el tema no hubiera escalado de la forma en la que lo hizo”.

El capítulo van Gaal en el Bayern es ahora parte de la historia y al equipo sólo le resta obtener 15 puntos en los últimos 5 partidos de la Bundesliga, de lo contrario su despido habrá sido en vano.

Autor: Daniel Martínez

Editor: José Ospina-Valencia