Los europeos respiran un mejor aire que el de hace diez años
23 de noviembre de 2020
A pesar de que la calidad del aire ha mejorado en Europa en los últimos diez años, todavía hay muchos europeos que mueren debido a los efectos negativos de la contaminación atmosférica.
Publicidad
Durante este lunes (23.11.2020), un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) reveló que la calidad del aire ha mejorado sensiblemente en Europa a lo largo de la última década, pero también destacó que muchos europeos siguen muriendo prematuramente a causa de la contaminación,
La contaminación del aire es el enemigo medioambiental número uno de la salud de los europeos, puesto que causa enfermedades respiratorias y cardiovasculares fatales. En la última década analizada (2009-2018), la cantidad de decesos a causa de los principales contaminantes del aire ha disminuido. Esto gracias al efecto combinado de políticas europeas y nacionales para reducir las emisiones de gases nocivos hacia la atmósfera, mejorando la calidad de los combustibles, por ejemplo.
La AEMA señala que en la Europa de los 28 miembros (UE+Reino Unido) el número de muertes vinculadas a partículas finas PM 2,5 (las que flotan en el aire con un diámetro menor a 2,5 micras) pasó de 417.000 en 2009 a 379.000 en 2018. En el conjunto de los 41 países europeos, la reducción fue del 13%, de 477.000 a 417.000 decesos.
Los países de Europa del este y la llanura del río Po -que atraviesa varias regiones del norte italiano- se encuentran entre los sitios más afectados, puesto que sus sistemas de calefacción utilizan más carbón que en el resto del continente, y en el caso de Italia se combina con una alta concentración industrial en esa zona.
¿Pueden los árboles artificiales salvar el clima?
02:06
En cuanto al dióxido de nitrógeno (NO2), gas que emana sobre todo de los vehículos y plantas de energía térmica, las muertes precoces disminuyeron en el orden de un 54% durante los últimos diez años, de 117.000 a 54.000 en los 28, y de 120.000 a 55.000 en todo el continente.
Desde comienzos de los años 2000, las emisiones de los principales contaminantes atmosféricos, particularmente los óxidos de nitrógeno (NOx), han disminuido considerablemente en Europa, señala la agencia con sede en Copenhague. Sin embargo, existe un punto negro en lo que respecta a las partículas de ozono (O3), cuya tendencia es al alza con 19.400 decesos precoces en 2018, o sea, un aumento del 24% desde 2009.
"La mejora de la calidad del aire merced a políticas sobre el clima y medioambientales es una buena noticia, pero como toda buena noticia también tiene su lado negativo, y no podemos soslayar que el número de muertes prematuras continúa siendo demasiado elevado", destacó el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, citado en este informe.
Publicidad
Los efectos del coronavirus en la calidad del aire
A comienzos de 2020, las medidas adoptadas por los gobiernos europeos para combatir la propagación del COVID-19 tuvieron un impacto importante sobre las numerosas actividades económicas. Esto permitió una mejora provisional de la calidad del aire.
La concentración de dióxido de nitrógeno, que puede causar inflamación de las vías respiratorias, descendió el 61% en España, 52% en Francia y 48% en Italia en abril. Estos países habían impuesto medidas drásticas de confinamiento. El Servicio Copernicus para el control atmosférico contribuyó al estudio de eventuales vínculos entre COVID-19 y la calidad del aire.
De acuerdo con su director, Vincent-Henri Peuch, el informe de la AEMA "nos ayuda a todos a actuar a favor de la ambición de Europa de alcanzar su objetivo de cero contaminación, que se traducirá en vidas más largas y saludables, así como en sociedades más resistentes".
JU (eea.europa.eu, rtre, afp)
Cómo combaten las ciudades el cambio climático
Se espera que el número de habitantes en los grandes centros urbanos se dispare en los próximos años. Eso obliga a las grandes urbes a ser creativas en política medioambiental.
Las ciudades son responsable de dos tercios del consumo energético mundial y del 70 % de las emisiones de carbono. También acogen a más de la mitad de la población del planeta. Dado que se espera que la población urbana siga creciendo, será crucial la manera en la que estos centros gestionen el agua, la contaminación, los residuos, el transporte y la energía en la lucha contra el cambio climático.
Imagen: Getty Images/AFP/T. Aljibe
Copenhague: comprometidos con la neutralidad climática
Copenhague aspira a convertise en la primera ciudad neutra en carbono para el año 2025. Para ello, la capital danesa quiere que el 75% de los trayectos se hagan a pie, en bicicleta o en transporte público. Por eso ha aumentado el precio del aparcamiento de autos e invertido en cientos de kilómetros de carriles bici.
Imagen: Alexander Demianchuk/TASS/dpa/picture-alliance
Bogotá: movilidad para millones
El sistema de autobuses de tránsito rápido de la capital colombiana ha reducido las emisiones de CO2 y mejorado la calidad del aire desde que fue introducido en el año 2000. TransMilenio transporta a 2,4 millones de pasajeros al día y cubre el 85 % de la ciudad. El Gobierno también prevé abrir un metro para el año 2022.
Imagen: Transmilenio Colombia
Johannesburgo: agricultura en la ciudad
África tiene el mayor crecimiento urbano del mundo, además de problemas relacioados con el clima como la inseguridad alimentaria o el acceso al agua. En la capital de Sudáfrica, mucha gente ha empezado a cultivar alimentos para alimentar a sus comunidades. Según las autoridades locales, hay 300 granjas de este tipo en tejados, patios y solares vacíos.
Imagen: Guillem Sartorio/Getty Images
Singapur: espacios verdes
Además de proveer alimentos, los jardines pueden ayudar a enfriar las ciudades,absorber CO2 y prevenir las inundaciones. Singapur, un centro mundial de negocios, es conocida por su impresionante red de zonas verdes y parques. Todos los edificios de nueva construcción tienen que tener algún tipo de vegetación, por ejemplo jardines colgantes o un techo verde.
Imagen: picture-alliance/robertharding/B. Morandi
Oslo: enfocados en la calidad del aire
La capital de Noruega quiere abordar el problema de la contaminación del aire haciendo que todos los autos sean de cero emisiones para 2030. La ciudad de 190.000 habitantes ya tiene el mayor número de vehículos eléctricos per cápita del mundo. Durante los períodos de alta contaminación atmosférica, las autoridades locales prohíben temporalmente la circulación de vehículos de diésel por el centro.
Imagen: DW/L.Bevanger
Seúl: reciclar los desechos
Seúl ha logrado reducir su basura drásticamente desde los noventa gracias a la introducción de un sistema de pago por residuos. La capital surcoreana, densamente poblada, recicla el 95 % de sus desechos alimentarios gracias a estas máquinas de la imagen. Los desechos alimentarios se convierte luego en compost, comida para animales o biocombustibles.
Imagen: CC BY 2.0 kr
Róterdam: cómo afrontar el aumento del nivel del mar
Róterdam está por debajo del nivel del mar, con lo que es especialmente vulnerable al cambio climático. Para protegerse de las inundaciones, este puerto holandés ha construido jardines en los tejados para absorber la escorrentía, plazas que capturas el agua de lluvia y aparcamientos que pueden funcionar como depósitos. Y también está diseñando estructuras flotantes, como la granja de la imagen.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Corder
Reikiavik: 100 % de energía renovable
Islandia puede producir energía renovable muy barata gracias a sus recursos hidro y geotermales. Su capital, Reikiavik, fue la primera ciudad europea en depender exclusivamente de energía limpia para la electricidad, además de para calentar sus casas y las piscinas. Aunque los combustiblesse siguen utilizando para el transporte y la pesca, la urbe pretende prescindir de ellos para 2040.
Imagen: picture-alliance/U. Bernhart
Vancouver: construir, pero en modo verde
Los edificios son una de las mayores fuentes de emisiones contaminantes por la energía que consumen para la luz y la regulación de la temperatura. La ciudad canadiense de Vancouver pretende que todos sus edificios de nueva construcción sean neutros en carbono para 2030 y hacer lo mismo con los antiguos para 2050.