El acuerdo fiscal entre Suiza y Alemania hubiera sido el salvavidas que esperaban muchos evasores fiscales alemanes con cuentas en Suiza. Les hubiera permitido seguir en el anonimato a cambio de pagar al fisco una parte de lo que deben. Pero el acuerdo no se ha cerrado y ahora muchos se autodenuncian ante el temor a ser descubiertos por las agencias tributarias.