Doble de riesgo de sufrir cáncer oral para los no fumadores
27 de abril de 2021
Una investigación reveló que las personas que se exponen al humo de los cigarrillos que otros fuman durante 10 o 15 años tienen el doble de riesgo de padecer cáncer, en comparación con quienes no se expusieron al humo.
La investigación, que fue efectuada por un equipo internacional, es un metaanálisis sobre cinco estudios previos relevantes para este aspecto, en el que participaron 6.977 personas (3.452 estaban expuestas al llamado "humo de segunda mano" y 3.525 no) y que se realizaron en Asia, Europa, América del Norte y América Latina.
El estudio concluyó que la duración de la exposición de más de diez o quince años aumentó el riesgo de cáncer oral a más del doble, en comparación con los individuos no enfrentados a ese humo. Los cánceres orales -labio, cavidad oral y orofaringe- representan 447.751 nuevos casos y 228.389 muertes al año en todo el mundo.
El humo del tabaco constituye la mayor exposición de los seres humanos a los carcinógenos químicos y causa una de cada cinco muertes relacionadas con el cáncer en el mundo.
Sin embargo, no sólo afecta a los fumadores activos, ya que, según datos de 192 países, el 33 % de los hombres no fumadores, el 35% de las mujeres no fumadoras y el 40 % de los niños estuvieron expuestos al tabaquismo involuntario durante un año al inhalar el humo de tabaco ajeno.
Los autores indicaron que su análisis solo incluye un pequeño número de estudios, pero varias de las investigaciones originales ya habían agrupado muchos estudios individuales, por lo que el número total de casos y controles era elevado.
Esta revisión sistemática "apoya una asociación causal entre la exposición al humo de segunda mano y el cáncer oral", indica el estudio.
La identificación de los efectos nocivos de la exposición al humo del tabaco ajeno puede servir de orientación a los profesionales de la salud pública, a los investigadores y a los responsables políticos a la hora de elaborar y ejecutar programas eficaces de prevención, consideran los autores.
JU (efe, tobaccocontrol.bmj.com)
El tabaco cubano trata de liberarse de los grilletes del Estado
El tabaco de liar es una de las exportaciones más importantes de Cuba y se encuentra mayormente en manos estatales. El Valle de Viñales acoge a algunos de los mayores granjeros del tabaco.
Imagen: DW/S. Derks
Un paisaje único
El Valle de Viñales, con sus escarpados mogotes, fue reconocido Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1999. A menudo se habla de él como un "paisaje cultural vivo" por los métodos tradicionales que se emplean para cultivar el tabaco en esta región única.
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Las manos sobre el arado
Normalmente, la tierra se ara con la ayuda de bueyes. Los granjeros se aferran a estas técnicas agrícolas tradicionales porque contribuyen tanto a la calidad tanto del suelo como del tabaco.
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Las reglas del Estado
En el sistema comunista cubano, los granjeros forman parte de cooperativas y son obligados a vender el 90 por ciento de la producción de tabaco a la cooperativa por un precio determinado por el Estado, que no es negociable. Para otros productos tienen cuotas diferentes que también vienen determinadas por el aparato estatal.
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Probar el producto
En torno al 10 por ciento de la producción de tabaco es usada por los granjeros para su propio consumo o para venderla en privado en sus casas.
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Granjeros, pero también mecánicos
Las cooperativas comparten materiales y equipo, como este tractor -que a menudo está descompuesto- o un camión para recoger los productos. Además, dan créditos y venden fertilizantes y otras herramientas para la producción agrícola.
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Propiedad estatal
La tierra de los granjeros siempre pertenece al Estado. Solo se puede tener "propiedad" si la tierra fue entregada durante la reforma agraria que se llevó a cabo en los primeros años tras la revolución de 1959. También es posible arrendarle la tierra al Estado. Si no trabajan la tierra, la pierden.
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Quién manda aquí
El funcionario estatal Justo Luis Gravera Martínez es el inspector de la cooperativa Frank País en Viñales. Trabaja exclusivamente con esta cooperativa y comprueba la eficiencia, la producción y el progreso de los granjeros.
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La esperanza de un buen precio
La cuota garantiza a los granjeros un determinado porcentaje sobre las ventas de las hojas de tabaco. Sin embargo, es el Estado quien establece el precio, que normalmente es bastante bajo. Este precio no se puede negociar y depende de la calidad de las hojas de tabaco. Los granjeros no saben de antemano cuánto se les pagará.
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Tras la cosecha viene una nueva etapa del proceso
Las hojas son transportadas desde las cooperativas hasta las fábricas estatales de tabaco, donde son seleccionadas y divididas de acuerdo con el color, la calidad y el tamaño. Entre los empleados hay más mujeres que hombres. Los ingresos dependen de cuántos kilos de hojas de tabaco sean procesados cada día y van desde los 15 dólares a los 48 al mes.
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De vuelta a las raíces
Los nervios de la hoja son extraídos y vendidos a los granjeros a un bajo precio, quienes los usan como compost. Tras el colapso de la Unión Soviética, Cuba entró en una profunda crisis económica. El embargo impuesto por Estados Unidos hizo hundirse las importaciones cubanas y, en consecuencia, los granjeros aprendieron a trabajar con métodos orgánicos y se centraron en la sostenibilidad.
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Trabajar en la sostenibilidad
El Gobierno cubano ha introducido numerosas medidas para promover la agricultura orgánica, poniendo énfasis en el material reciclado. En 2016, la ONG ecologista WWF dijo que Cuba es el país más sostenible del planeta.
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Humo y espejos
Los cigarros hechos a mano, cuidadosamente seleccionados, se venden en tiendas de propiedad estatal. Los precios son tan altos que solo los extranjeros pueden permitirse comprarlos. El tabaco supone un 19 por ciento del total de los ingresos provenientes de la exportación de productos.