¡Los hombres alemanes orinan sentados!
27 de octubre de 2004Desde hace generaciones las mujeres sufren limpiando la orina de sus maridos, padres, hermanos y novios, que se niegan a sentarse en el excusado y prefieren vaciar su vejiga de pie, lo cual conlleva inevitablemente a salpicaduras en el WC y alrededores. Lamentablemente muchos hombres siguen haciendo oídos sordos a las súplicas de las féminas asqueadas de fregar orina ajena.
En otras culturas esta problemática pasa totalmente desapercibida o, peor aún, se acepta como parte del destino de la mujer. Muchos hombres, probablemente guiados por su instinto animal, sienten la necesidad de “marcar” su territorio, al igual que lo haría un perro o un león. Pero olvidan que ya pasaron muchos miles de años desde que el ser humano dejó de vivir en las cavernas y que la tecnología moderna nos proporcionó utensilios tan prácticos e higiénicos como el inodoro.
Calcomanías y fantasmas
A las calcomanías frecuentes en los baños públicos y privados de Alemania, se suma ahora un pequeño fantasma de plástico, que apoya a las mujeres en su lucha inquebrantable en pos de una micción más higiénica.
El simpático fantasmita es adherido debajo del asiento del retrete. Cada vez que el macho, o mejor dicho, machista levante el asiento del inodoro, el fantasma le recordará de forma original que está haciendo algo indebido.
¿Cómo orina el canciller alemán?
El aparato llamado, SPUK, lo cual significa embrujo, contiene una serie de mensajes grabados, todos con el objetivo de lograr que los caballeros tomen asiento en el trono. Los textos incluyen, por ejemplo, la voz del canciller alemán, Gerhard Schröder, quien advierte a sus congéneres que “en esa casa se cobra una multa a quienes hagan pipí de pie”. Aunque parece ser que aquí no se trata realmente de la voz del canciller Schröder, ¿cómo comprobar que la primera dama alemana no tenga que lidiar con los mismos problemas que cualquier ama de casa?
El negocio de la orina florece
En Alemania el fantasmita se puso a la venta hace un año y ha sido vendido hasta el momento 1,6 millones de veces. El embrujo se ha contagiado además a los países escandinavos, donde Suecia encabeza los números de ventas. SPUK se dispone ahora a conquistar Italia, uno de los últimos bastiones machistas en Europa. Los inventores alemanes ya están buscando un distribuidor, para hacer felices también a las mujeres italianas.