Los humanos pueden regenerar tejidos como las salamandras
9 de octubre de 2019
Como la salamandra y el pez cebra, los humanos pueden regenerar tejidos, una capacidad que podría aprovecharse para renovar cartílagos en las articulaciones afectadas por la osteoartritis, según Science Advances.
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Un equipo científico de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (EE.UU.), identificó un mecanismo para la reparación de los cartílagos que es más fuerte en los tobillos que en otras partes del cuerpo como las caderas. Este hallazgo podría conducir a tratamientos para la osteoartritis, común en edades avanzadas y que lleva a la pérdida de cartílagos en las articulaciones y la deformación de huesos.
"Creemos que un entendimiento de esta capacidad regenerativa en los humanos similar a la de las salamandras y de los componentes críticos que nos faltan en este circuito regulatorio, podría proporcionar la base para nuevos enfoques para reparar los tejidos de las articulaciones y posiblemente miembros humanos completos", dijo una de las autoras del estudio, Virginia Byers Kraus.
Los científicos diseñaron un método para determinar la edad de las proteínas usando los "relojes moleculares" internos de los aminoácidos que se convierten de una forma a otra con una regularidad predecible. Mientras que las proteínas recién creadas tienen pocas o ninguna conversiones de aminoácidos, las más viejas tienen muchas. La comprensión de este proceso permitió que los investigadores usaran la espectrometría de masas - una técnica de análisis que determina la distribución de moléculas en una sustancia- para identificar cuándo las proteínas claves en el cartílago humano, incluido el colágeno, eran jóvenes, adultas o viejas.
Las edades del cartílago en un mismo cuerpo
Así descubrieron que la edad de un cartílago depende, en gran medida, de en qué parte del cuerpo está ubicado. El cartílago en los tobillos es joven, en las rodillas es de edad mediana y en las caderas es tejido viejo. Esto explica, en parte, por qué las lesiones que las personas sufren en las caderas y en las rodillas requieren más tiempo para sanar que las que ocurren en los tobillos y a menudo derivan en artrosis, en tanto que las del tobillo sanan más pronto y conducen a la osteoartritis con menos frecuencia.
La relación entre la edad del cartílago humano y su lugar en el cuerpo es similar a la manera en que ocurre la reparación de miembros en ciertos animales que regeneran más rápido los más lejanos como las patas o la cola.
Los investigadores encontraron que este proceso lo regulan moléculas llamadas microARN (ácido ribonucleico) que son más activas en animales conocidos por su habilidad para reparar extremidades, aletas o colas, como las salamandras, el pez cebra, peces de aguas dulces en África y algunas lagartijas. "Fue muy excitante descubrir que los reguladores de la regeneración en las extremidades de la salamandra parecen ser, también, los que controlan la reparación de tejido en las articulaciones humanas", dijo Ming-Feng Hsueh, el autor principal del artículo.
jov (efe, advances.sciencemag)
Pies, patas y garras: obras maestras del diseño evolutivo
Leonardo da Vinci describió el pie humano como una "obra maestra de ingeniería y una obra de arte". Las patas de los animales son igual de impresionantes. Les permiten escabullirse, escalar, correr y huir.
Imagen: picture-alliance/Evolve/Photoshot
¿Perdiste un miembro? No hay ningún problema. Ya crecerá otro.
Los ajolotes son anfibios endémicos del valle de México. Es una de las especies de salamandras más inusuales y únicas del mundo. No sufren metamorfosis cuando alcanzan la edad adulta, como la mayoría de los insectos o anfibios (orugas y renacuajos, por ejemplo). Tienen una capacidad única para poder regenerar sus órganos y extremidades perdidas.
La pata de una rata nebulosa gigante junto a la de una rata nebulosa pigmea. Ambos animales viven en el sudeste asiático, en Filipinas. Técnicamente, en realidad no son ratas, sino herbívoros que viven en los árboles. Su hábitat y comportamiento es como el de una ardilla. Sus patas son idóneas para trepar por los árboles y escabullirse rápidamente de los depredadores.
Imagen: Privat/D. Balete/Field Museum Luzon
Spiderman: cuidado con este depredador
Los geckos son un tipo de lagarto que se pueden ver en casi todos los continentes. Les encanta comer insectos y arañas. Pueden moverse tan rápidamente como el hombre araña con su pegasas patitas. Los geckos tienen pelos microscópicos, llamado setae, en sus dedos. Les permite trepar mejor incluso por superficies muy resbaladizas.
Imagen: DW
Jesús pudo caminar sobre el agua, pero el basilisco común puede correr
Cuando el "lagarto Jesús Cristo" huye de sus depredadores, corre con las dos patas de atrás. Los basiliscos comunes tienen patas grandes con franjas escamosas a los lados de los dedos tercero, cuarto y quinto. Al saltar al agua, se forman bolsas de aire entre ellos. Con cada paso, esas bolsitas se llenan nuevamente de aire. Los basiliscos más pequeños pueden correr sobre el agua hasta 20 metros.
Los guérridos no necesitan correr sobre el agua. La tensión de la superficie del agua los mantiene a flote. La parte inferior de sus patas está cubierta con miles de pelos microscópicos, similares a los del gecko. Los pequeños surcos entre los pelos hacen que las patas sean resistentes al agua. A este caminante acuático le gusta cazar insectos más pequeños en la superficie del agua.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una trepadora de montaña
Las cabras son criaturas divertidas, tanto en casa como en las montañas rocosas. Sus increíbles pezuñas les brindan un agarre y una tracción increíbles en terrenos resbaladizos y rocosos. Las cabras montesas pueden saltar por encima de huecos de varios metros de largo. Utilizan sus habilidades únicas de escalada para evadir a los depredadores, como osos y leones de montaña o lobos.
Imagen: picture-alliance/T. Dressler
Relajándose con la cabeza hacia abajo
Los murciélagos pueden ver en la oscuridad usando un sistema de sonda especial llamado "ecolación". Cuando no están volando, pasan el día colgados boca abajo en espacios oscuros. Sus patitas están diseñadas como perfectas herramientas de escalada, que se aferran a superficies rocosas y boscosas.
Los orangutanes son conocidos por sus dedos largos y curvados. Tener cuatro "manos" es ciertamente mejor que solo dos. Sus pies y manos están estructurados y perfectamente diseñados para trepar árboles, agarrarse y balancearse. Los orangutanes viven en la selva tropical, principalmente en la superficie, donde están protegidos de los depredadores que viven en el suelo.
Imagen: AFP/C. Mayhyuddin
Un minuto, solo tengo que ponerme los zapatos
Su nombre en latín significa "cien pies". Pero a pesar de su nombre, suelen tener de 30 a 354. Los ciempiés son miembros de una clase de invertebrados llamada artrópodos. Se pueden encontrar en casi todos los continentes, excepto en la Antártida. Sus numerosos pies ayudan a orientarlos en áreas oscuras (como antenas) y evitan quedarse atrapados en espacios reducidos.