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Los jóvenes alemanes: entre la ecología y Paris Hilton

Georgiana Buitan1 de abril de 2007

¿Qué puede esperarse de una sociedad de consumo cuyo oráculo supremo es Paris Hilton? Una estudiante alemana echa un vistazo a los rituales y valores de quienes comparten con ella los dilemas de la juventud.

Paris Hilton, oráculo de muchos jóvenes alemanes.Imagen: picture-alliance/ dpa

¿Se acuerda usted la generación "flower-power", la generación del 68 con flores en el pelo y guitarra en las manos? Con firmeza y carteles provocadores exigió igualdad y paz en las calles de todas las capitales del mundo. Unos cuarenta años más tarde, este movimiento despierta solamente sentimientos melancólicos en vez de agitación y respeto:

"¿Dónde están los antiguos valores de los hippies ahora que nos inundan marea de sensaciones, teléfonos móviles y mp3-player?", se preguntan los pocos hippies que van quedando al comparar las actitudes superficiales y resignadas de sus hijos.

"¿A qué quieres dedicarte?" La pregunta suele recibir respuestas inseguras, tímidas y contradictorias: "Qué sé yo. Me gustaría ser una superestrella." Ésa es su rutina: una oreja pegada al móvil.

¿Se estarán mandando mensajes entre ellos?Imagen: AP

Belleza perfecta en vez de valores

En el país vurtual donde todo parece posible, cada uno cultiva su propio sueño. Y la fórmula se aprende, principalmente, en la televisión. Fácil de alcanzar parece la meta de los espectáculos frívolos como "Germanys next Topmodel" o "Alemania busca la superestrella", ya que el proceso tiene siempre tres etapas: postulación, casting y estrellato.

Heidi Klum y los cantantes juveniles de "Tokio Hotel", son los nuevos ídolos adorados por esta generación de jóvenes. El lema "luchar por una sociedad mejor" se desvaneció poco a poco, substituyéndose por el deseo de belleza perfecta. Así, el mainstream corre con gran velocidad detrás de los nuevos modelos de diseñador.

"Por un lado me parece agradable, por otro aburrido trabajar con vosotros. Antes, los estudiantes eran más rebeldes, tenían que luchar contra las desigualdades sociales," comentaba con sus alumnos un profesor de la Universidad de Colonia.

"Desperate Housewives" causa furor en Alemania.Imagen: ProSieben Television GmbH

¿La juventud, el producto de la sociedad?

Parece que los jóvenes ignoran problemas como el paro juvenil, el cambio climático o los pagos de matrícula. Los aceptan, no se involucran, no indagan. Agotados de tantas preguntas globales sin ninguna respuesta clara, se refugian en rituales semanales que distrae, como el nuevo culebrón americano "Desperates Housewives", que esperan ansiosos cada martes.

¿Desaparecieron entonces de Alemania los así llamados "Ökos" (ecologistas) que antes hacían pasteles de plátano? Algunos restos de ellos se afloran marginalmente, sobre todo cuando se oye su frase preferida: "La sociedad me mata, no tengo ganas de obedecer a las normas."

En la Alemania moderna coexisten junto al mainstream más subculturas juveniles que nunca antes. Un fenómeno que se ha producido gracias a los medios de comunicación, a los distintos emigrantes y a la globalización. No en vano se dice:" La juventud es el reflejo, el producto de una sociedad. Se desarrolla reaccionando al mundo de los adultos y a acontecimientos concretos."

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