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Les roban el futuro

25 de agosto de 2011

Si no se invierte en educación y en mejores oportunidades, no se podrá combatir el desempleo que asola a los jóvenes en todo el mundo, opina Michael Sommer, vicepresidente de la Confederación Sindical Internacional.

Protestas en Madrid (2011): Los jóvenes exigen un futuro.
Protestas en Madrid (2011): Los jóvenes exigen un futuro.Imagen: dapd

El vicepresidente de la Confederación Sindical Internacional y presidente de la Federación Alemana de Sindicatos, Michael Sommer, alertó en entrevista con la emisora DeutschlandFunk sobre la magnitud y las consecuencias del desempleo juvenil en todo el mundo.

¿Se puede decir que la política no ha cometido sólo un error, sino un pecado en lo que respecta al desempleo que afecta a los jóvenes en todo el globo?

Michael Sommer: El pecado es una categoría moral, pero lo que están viviendo los jóvenes en muchos países del mundo, incluyendo a Europa, es lisa y llanamente, una catástrofe. Se les roba y destruye el futuro. Y me gustaría recordar que en Alemania estamos en una situación un poco mejor en lo referido al desempleo juvenil también debido al desarrollo demográfico. Pero tenemos todavía cientos de miles de jóvenes que están en línea de espera. Más de 1,5 millones de jóvenes de 20 a 29 años no tienen formación profesional alguna y, por lo tanto, casi ninguna perspectiva decente de vida, con lo cual están signados a vivir dependiendo de la ayuda social. Eso es más que un pecado. Para estas personas esto es realmente una catástrofe, un robo de sus oportunidades en la vida.

Michael Sommer, vicepresidente de la Confederación Sindical Internacional.Imagen: AP

Según datos estadísticos, uno de cada nueve jóvenes alemanes está desempleado, y, según cálculos de la Agencia Alemana de Trabajo, incluso uno de cada siete, con lo cual los jóvenes alemanes están en una situación algo mejor en comparación con el resto de Europa. ¿Cuál es la razón?

La razón principal es la estructura poblacional, es decir, que contamos con menos jóvenes y una población en creciente envejecimiento, lo cual es, a su vez, un problema. Por el otro lado, la sociedad alemana se ocupa del tema y cuida de no robarle las oportunidades a la juventud. Los sindicatos y la Cámara de Industria y Comercio alemanes ofrecen un sistema de formación profesional dual que permite que una buena cantidad de jóvenes accedan a una formación superior. Eso es un aspecto muy positivo. El lado negativo es que muchos hijos de trabajadores todavía no cuentan con esa posibilidad. Pero, en general, creo que la situación de los jóvenes es mejor que en el resto de Europa, entre otras cosas, porque hemos sabido manejar mejor la crisis económica.

Pero el factor demográfico no es sólo un problema de Alemania, sino también en otros países, como Austria y Holanda, los cuales, sin embargo, registran una tasa de desempleo juvenil menor aún que la de Alemania.

Sí, pero son sólo esos tres países europeos los que tienen una tasa de desempleo juvenil menor al 10 por ciento. En todos los demás países las cifras son mucho más altas. A la cabeza va España, con un 44, 4 por ciento de jóvenes de menos de 25 años desempleados. Una cifra increíblemente enorme. Algo parecido sucede en Gran Bretaña, Croacia, y a lo largo y a lo ancho de todo el continente europeo.

Lo que debemos ofrecer a los jóvenes son perspectivas de estudio y trabajo. Y si no lo logramos tendremos, como dijo el presidente alemán, Christian Wulff, una generación perdida. No será posible brindarles un horizonte de formación y empleo si el país sigue invirtiendo dinero en paquetes de rescate para los bancos que ocasionaron la crisis, pero no invierte en educación. No se logrará ayudar a los jóvenes protegiendo a los culpables de la crisis y haciendo que sean los perdedores de la misma quienes paguen las consecuencias. Eso no puede ser.

Los jóvenes necesitan una buena formación profesional, pero, por lo general, alguien que intenta iniciarse en la vida laboral no pertenece a un sindicato. ¿Qué hacen los sindicatos para atraer a nuevos miembros?

Durante la crisis, los sindicatos pudieron imponer medidas importantes. Primero, la creación de programas de apoyo a la coyuntura que incluyen, por ejemplo, el mantenimiento de hospitales. En segundo lugar, la decisión de invertir en un futuro más justo para todos. El tercer aspecto es que nos acercamos a los jóvenes y tratamos de ayudarlos a organizar su futuro tomando en serio sus exigencias. La juventud de la Federación Alemana de Sindicatos trabaja activamente junto a los jóvenes para saber qué objetivos tienen. Y sacamos como conclusión que todos desean una perspectiva de vida segura y estable y, por el otro lado, también anhelan un cierto grado de libertad en el ámbito laboral. Y creo que se debería cumplir con ambos aspectos. Si logramos llegar a los jóvenes, tendremos éxito. Además, en contra de lo que comúnmente se cree, el número de miembros jóvenes en los sindicatos va en alza.

A pesar de eso, uno de cada cinco jóvenes en Europa está desocupado. ¿Qué puede hacer al respecto la Confederación Sindical Internacional?

Si el Estado no le garantiza a los jóvenes el acceso a un sistema educativo sensatamente financiado en el que todos y cada uno tengan la posibilidad de combatir el desempleo juvenil, y si no se está en condiciones de apuntalar la economía, entonces viviremos lo que está viviendo España en este momento: la pérdida de toda una generación. Una generación que, además, no quiere saber nada de la política y que critica duramente a los sindicatos diciendo que todos ellos hablan y nadie hace nada. Lo que nosotros queremos hacer es dar pasos concretos para ofrecer perspectivas de vida a las jóvenes generaciones. Y una perspectiva de vida, también para los jóvenes, significa trabajo y educación.

Entrevista: Gabi Wuttke (DLF)/ Cristina Papaleo

Editora: Emilia Rojas-Sasse

 

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