Ya en tiempos del imperio romano, los judíos estaban asentados en la zona del Rin. Alemania conmemora 1.700 años de vida judía, aniversario que invita a mirar hacia atrás y también hacia adelante, opina Christoph Strack.
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Es un período de tiempo casi inimaginable: en 2021, Alemania conmemora al menos 1.700 años de vida judía en la región del Rin y al norte de los Alpes. El testimonio escrito más antiguo sobre este hecho es un decreto del césar Constantino I que data del 11 de diciembre del año 321 y se conserva en la Biblioteca Vaticana. En el escrito, dirigido a los concejos municipales de la ciudad de Colonia, el mandatario dispuso que estaba permitido "nombrar judíos en el concejo". Al parecer, en Colonia había habido polémica con ese asunto.
1.700 años, un largo puente entre el pasado y el presente. Lo antiguo de este decreto queda patente al recordar otra fecha de fundamental importancia para Europa. A principios de marzo del mismo año 321, Constantino I reguló la celebración de la resurrección tras el 'Sabbat', el domingo, que hasta hoy se considera como jornada de descanso. Constantino, que luchó y venció en el mundo entonces conocido y que, supuestamente, se hizo bautizar en su lecho de muerte en el año 337, transformó la política religiosa en política de dominio y mecanismo de creación de identidades.
Convivencia problemática
El significado del decreto del 11 de diciembre de 321 puede resumirse en la frase: "Los judíos son parte de la comunidad" y no aparecieron en algún momento indeterminado. Son 1.700 años de altos y bajos, también con terribles atrocidades. La convivencia ha sido problemática y rara vez distendida. "No hubo muchos días buenos", dice a DW Andrei Kovacs, director de la asociación "321 - 2021: 1.700 de vida judía en Alemania". Marginación, persecuciones, asesinatos rituales, cruzadas contra judíos, antijudaísmo, antisemitismo y odio racial. Cada ciudad alemana con larga tradición judía encierra recuerdos terribles desde mucho antes de la llegada del nacionalsocialismo. Sí, es cierto que también hay una rica cultura y magníficos éxitos en el área científica. Los nombres de numerosos premios Nobel judíos alemanes son demostración de ello. Todos debemos recordarlo, no solo la comunidad judía.
Y todavía más importante es, en este año conmemorativo, echar una mirada conjunta hacia el pasado y hacia el futuro. La vida judía en la Alemania de 2021 es más diversa que nunca tras el Holocausto. Aquí estudian de nuevo los futuros rabinos (y rabinas) liberales, conservadores y ortodoxos. Hay comunidades largo tiempo establecidas, una acusada vida secular y también incipientes pero fuertes brotes de diversidad muy seguros de sí mismos. Tras 1990 tuvo lugar la migración judía procedente de la antigua Unión Soviética y, desde entonces, se está produciendo en muchas comunidades un trabajo de integración increíblemente comprometido y a menudo pasado por alto. El año conmemorativo quiere poner de manifiesto la vitalidad judía.
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No marginar a las minorías
El edicto de Constantino I se refería en última instancia a la integración política de los ciudadanos judíos en las comunas. Y eso es algo que hasta hoy se mantiene: los ciudadanos judíos son la excepción en la política alemana. Sí, es cierto que hay una primera ministra regional, un primer alcalde y algún que otro diputado regional o político comunal. Los apenas 200.000 judíos son una minoría. A pesar de ello, Constantino I advirtió a los notables de Colonia para que no los marginara. Eso es algo válido para la política de entonces y la de hoy, y no solo con relación a los judíos, sino también con todas las minorías del sistema, tanto en Alemania como en el escenario internacional.
Vida judía en Alemania
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Este aniversario es motivo de celebración. En primer lugar, para los propios judíos en Alemania. Pero, en realidad, toda la sociedad, toda Alemania, debería festejar y reflexionar, celebrar y mirar hacia adelante. Sentir agradecimiento por lo logrado y pensar con optimismo que no se olvidará lo sucedido. El pasado ya pasó, pero no debe olvidarse. Así se puede mirar con optimismo hacia un futuro común. (ms/cp)
La herencia judía en Espira, Worms y Maguncia
Espira, Worms y Maguncia se consideran la cuna de la vida judía europea. Durante más de 900 años, las comunidades judías vivían sobre todo en la cuenca del Rhin. Sus huellas pueden apreciarse aún.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
El patio judío en Espira
Cuando los judíos se asentaron en Espira en el siglo XI, construyeron el "Judenhof" (patio judío), un conjunto de sinagogas y baños rituales. Las ruinas de la sinagoga y la sinagoga contigua de mujeres (dcha.) todavía se pueden ver hoy. Los servicios religiosos judíos solían celebrarse aquí. Las mujeres podían seguir los eventos, escuchando a través de los huecos de la pared divisoria.
Imagen: SchUM-Städte e.V.
La sinagoga en Espira
Los restos de la sinagoga de la imagen pertenecen al edificio de culto judío más antiguo de la Edad Media. Los visitantes pueden acceder al patio judío a través del pequeño Museo Schpira. Schpira es el nombre hebreo de Espira. La ciudad de Worms se llamaba Warmaisa y Maguncia, Magenza. Durante la Edad Media, en hebreo se las conocía como las Ciudades ShUM.
Imagen: SchUM-Städte e.V.
Un pila de agua judía en Espira
Al lado de las ruinas de la sinagoga hay una "mikve". El baño ritual judío del siglo XII es la instalación más antigua de su tipo en Europa central. Bajando, un portal románico conduce a una antesala con un banco de piedra, que puede haber servido como vestuario. Una escalera adicional conduce a un contenedor de agua, 10 metros bajo tierra.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
La sinagoga de Worms
La sinagoga de Worms tiene casi 1.000 años. Durante los siglos, fue destruida y reconstruida varias veces. En la época nazi, fue víctima de la Noche de los Cristales Rotos, en la que se llevaron a cabo linchamientos y ataques contra los judíos y sus propiedades, en 1938. En 1961 tuvo lugar la reconstrucción. En ese momento no había comunidad judía, pero en la actualidad se celebran servicios.
Imagen: SchUM-Städte e.V.
Interior de la sinagoga de Worms
Esta sinagoga también consta de la sala principal y una sinagoga de mujeres (a la izquierda, detrás de los pasillos con columnas). Al igual que en Espira, también hay una "mikve" en Worms. Esto era algo inusual en ese momento y es lo que hace que las Ciudades ShUM sean tan especiales. La "mikve" de Worms se está restaurando actualmente y, de momento, no se puede visitar.
Imagen: picture-alliance/dpa/U. Anspach
El cementerio judío de Worms
El cementerio Heiliger Sand (Arena Sagrada) de Worms sigue siendo muy relevante para los judíos de todo el mundo. Muchos eruditos famosos y rabinos están enterrados aquí. Hay más de 2.500 tumbas visibles. Algunas tienen más de 1.000 años de antigüedad. Este es el cementerio judío más antiguo de Europa.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
La nueva sinagoga de Maguncia
En Maguncia solo quedan algunos rastros de la gran historia judía: un cementerio y restos de columnas de la antigua sinagoga (imagen del primer plano). En 2010, se construyó una nueva sinagoga arquitectónicamente espectacular. Tiene la forma de la palabra "Kedushah" (santificación), una oración que los judíos devotos recitan tres veces al día.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Arnold
Interior de la nueva sinagoga de Maguncia
La sala principal es impresionante. Las paredes son de color dorado y están decoradas con caracteres hebreos. Incluso los bancos tienen la forma de una letra: Lamedh, la "L" en hebreo. El arquitecto Manuel Herz la diseñó teniendo en mente la tradición ShUM. Este dedicó su trabajo al famoso rabino Gershom ben Jehuda de Maguncia.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Arnold
SchUM, tradición judía a lo largo del Rhin
Con el apoyo del gobierno de Renania-Palatinado y la comunidad judía, las tres ciudades quieren que su herencia judía sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Presentaron una solicitud a la UNESCO. Susanne Urban, de la Asociación SchUM, cree que podría tener éxito, porque cumple el criterio requerido de "llenar los vacíos". Hasta ahora solo hay unos pocos sitios judíos como Patrimonio Mundial.